Siete años de cárcel para el cura que la Iglesia protegió pese a conocer sus abusos continuados a un menor en Toledo

La víctima sufrió las agresiones sexuales en el seminario durante dos años y denunció los hechos en 2010, mientras que el Arzobispado mantuvo al sacerdote en su puesto hasta 2015. Además de la condena de prisión, deberá indemnizar con 40.000 euros al joven.
El sacerdote Pedro Francisco Rodríguez Ramos, en 2019, durante una charla como rector del Santuario de los Sagrados Corazones de Jesús y María de la ciudad de Toledo.
photo_camera El sacerdote Pedro Francisco Rodríguez Ramos, en 2019, durante una charla como rector del Santuario de los Sagrados Corazones de Jesús y María de la ciudad de Toledo.

TOLEDO.- Siete años de cárcel es la pena que la Audiencia Provincial de León ha impuesto al sacerdote Pedro Francisco Rodríguez Ramos, por un delito de abuso sexual continuado, cometido sobre un menor entre los años 2005 y 2007 en el Seminario Menor de Toledo 'Tomás de Villanueva', donde ejercía como docente y al que la víctima tenía como director espiritual.

Una sentencia que ha adelantado el diario El País, en la que se establece una indemnización para la víctima de 40.000 euros, al considerar probados los hechos denunciados por el joven, que empezó a sufrir los abusos cuando tenía 14 años.

El tribunal considera probado que el sacerdote comenzó a abusar del menor en el año 2005, prolongándose hasta dos años después, y que los hechos más graves tuvieron lugar en La Bañeza (León), durante unos ejercicios espirituales que duraron ocho días, aunque los abusos habían comenzado antes en el seminario toledano.

Según se puso de manifiesto durante el juicio, el sacerdote habría regalado un teléfono móvil a la víctima, con el que hablaba todas las noches, y meses después, durante la visita de Benedicto XVI a España, en una localidad de las afueras de Valencia a la que acudieron, se habrían repetido los tocamientos.

Sin embargo, fue en la localidad leonesa donde durante unos ejercicios espirituales en la residencia de monjas en la que el sacerdote ejercía como asesor, donde llevó a la víctima a su habitación y allí "introdujo su pene en la boca y le dijo que se masturbara", tal y como recogió en su escrito la Fiscalía.

Abusos que tendrían continuación ya de vuelta en Toledo, durante los meses siguientes, hasta que en 2007 el menor comunicó al sacerdote que le gustaba una chica y que ya no quería volverle a ver.

Sin embargo el joven no denunció los hechos hasta que no fue mayor de edad, en 2010, momento en el que su madre también trasladó al entonces arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez Plaza, lo sucedido, sin que este hiciera nada al respecto durante al menos cinco años. Un año antes también habían tenido conocimiento de los abusos otros sacerdotes, aunque tampoco se actuó al respecto.

Pese a ello, Rodríguez Plaza hizo oídos sordos al caso y mantuvo hasta el año 2015 en el seminario al sacerdote, quien sí fue apartado de sus labores docentes durante la instrucción del caso, siendo trasladado a Perú, donde pasó temporadas en el seminario de Moyobamba.

Ahora la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de León condena a Pedro Francisco Rodríguez por los abusos sexuales cometidos contra el que fuera su alumno.

Por su parte desde el Arzobispado de Toledo se ha difundido un comunicado en el que defiende que su actuación fue la correcta desde que tuvo conocimiento de las acusaciones, aunque dicen respetar la sentencia, que aún no es firme y se prevén ulteriores actuaciones judiciales.

No obstante, aseguran que "en ningún momento el denunciante se ha dirigido a la autoridad eclesiástica diocesana para presentar acusación formal en sede canónica contra el sacerdote en cuestión", esquivando así el hecho de que el entonces arzobispo y varios sacerdotes de la diócesis sí habrían sido conocedores de los abusos cometidos. De este modo, y puesto que no se presentó como tal esa acusación formal, insisten en el procedimiento canónico abierto tras la apertura del juicio oral, que se encuentra "bajo supervisión del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y aún no ha llegado a concluirse". Al tiempo insisten en que el sacerdote sigue "apartado del ministerio público" desde el momento en que se produjo la apertura del juicio oral.

Mismo mensaje que ha lanzado desde la Conferencia Episcopal Española su secretario general y obispo auxiliar de Toledo, César García Magán, quien también ha aclarado que el derecho civil y el derecho canónico son independientes", por lo que el fallo de la Audiencia Provincial de León y el del Dicasterio para la Doctrina de la Fe no tienen por qué coincidir. 

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