Revocan la condena a un sacerdote por abusos a un menor en Toledo y León al haberse vulnerado su derecho de defensa

El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha estimado el recurso de apelación y le absuelve por considerar que en la fase de instrucción se le privó de las herramientas para defenderse.
El sacerdote Pedro Francisco Rodríguez Ramos, en 2019, durante una charla como rector del Santuario de los Sagrados Corazones de Jesús y María de la ciudad de Toledo.
photo_camera El sacerdote Pedro Francisco Rodríguez Ramos, en 2019, durante una charla como rector del Santuario de los Sagrados Corazones de Jesús y María de la ciudad de Toledo.

TOLEDO.- El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha revocado una sentencia de la Audiencia de León que condenó a siete años de prisión y al pago de una indemnización de 40.000 euros a un sacerdote, Pedro F.R., por abusar sexualmente de un alumno de manera continuada tanto en Toledo como en La Bañeza (León).

La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha estimado el recurso de apelación interpuesto por el religioso y le ha absuelto por considerar que "durante la fase de instrucción se le privó de manera injustificada de las herramientas a las que tenía derecho para defenderse".

"Con ello se vulneró su derecho de defensa sin que la explicación que dio la Audiencia -al resolver los tres recursos interlocutorios en los que se basa la sentencia impugnada- pueda compensar ese déficit de contradicción observado", precisa la resolución judicial.

En el juicio, celebrado el 29 de mayo de 2023, la víctima sostuvo que los abusos comenzaron en 2005 y se prolongaron hasta 2007, cuando tenía entre 14 y 16 años, y que los más graves tuvieron lugar en La Bañeza (León) durante unos ejercicios espirituales que duraron 8 días, aunque habían comenzado antes en el Seminario de Toledo.

Declaró que denunció a otro sacerdote lo sucedido en 2009 pero al comprobar que no se tomaban medidas optó por llevar el caso a la justicia en 2016.

El cura negó los hechos e insistió en que el joven que lo denunció es una persona problemática que buscó su apoyo al sufrir acoso por parte de sus compañeros en el seminario menor de Toledo en el que estudiaba.

Durante la instrucción del caso, el acusado fue apartado de sus labores docentes por la Diócesis de Toledo y pasó temporadas en un seminario de Perú.