Opinión

Carta abierta a Emiliano García-Page: está olvidándose de Tomelloso

Para ser sinceros, Sr. Emiliano García-Page, se le acumulan las promesas con Tomelloso y su comarca, por eso me permitiré recordarle su frase pronunciada el 22 de mayo de 2019 en su asistencia a Tomelloso, por uno de los almuerzos organizados por las directivas del sector agroalimentario de la ciudad: "Tomelloso es una ciudad sin complejos, un gran pueblo que tiene marca propia". Pues bien, esa marca de la que habla con tanto orgullo, la está destrozando de tal manera que está acabando con la paciencia de muchos vecinos. Anecdótico que, desde entonces, no le hemos vuelto a ver el pelo por aquí.

Por supuesto, nunca entenderemos esa inquina con Tomelloso, la octava ciudad más grande de Castilla‑La Mancha y la tercera de la provincia de Ciudad Real. Sin embargo, el único municipio entre los diez más grandes de la región sin conexión ferroviaria, Tesorería de la Seguridad Social ni Oficina de Administración de Hacienda. Injusto e incomprensible ¿verdad?, pero como representante que es de los tomelloseros, los cuales también le han votado, más que considerarlos como un grano en el culo, imposible de rascarse, debería replantearse el ponerse manos a la obra por la obligación de su cargo. Por eso le invito a echarle un vistazo al Pacto por Tomelloso (2019)

En lo relativo a sus competencias regionales, aún llevamos esperando desde 2016 la construcción del nuevo centro de salud, como sabe, el actual se cae a trozos (literalmente).También aguardamos a la ampliación de plantilla, especialidades y servicios del Hospital General de Tomelloso que cubre las necesidades de 80000 habitantes, con una manifestación incluida el pasado 2 de febrero, al igual que la remodelación de la Estación de Autobuses, aún a la espera. 

Aún hay más problemas por resolver y que, por desgracia, se acumulan como el arreglo de la Vereda, el arreglo de los accesos de las carreteras hacia Socuéllamos (CM-3102) y Pedro Muñoz (CM-3103) a su entrada a la ciudad con una clara falta de iluminación y sin ningún tipo de acerado, por no hablar de la necesidad de una rotonda en la intersección de ambas vías donde ya se ha sufrido más de un accidente de tráfico. Dentro de esta intervención, sigue demandándose el arreglo total de la carretera que une Tomelloso con Pedro Muñoz, utilizada diariamente por particulares, camiones y autobuses que conducen sobre un asfalto deteriorado y llena de baches, dando destino a Madrid y a Cuenca, enlazando esta última con la N-420. Ni hablemos de la ampliación del ITECAM y la falta de titulaciones de Formación Profesional que, cada vez va a menos en el municipio a pesar de la demanda de este tipo de estudios, además del tan solicitado Grado Profesional en el Conservatorio de Música, que ya cuenta con nuevas instalaciones pero sigue sin impartirse.

Pero lo que a cualquiera llama la atención de usted es que sea presidente de Castilla-La Mancha porque durante un tiempo se llega a pensar que lo es de España, con esa obsesión en los asuntos catalanes, el pacto PSOE‑Unidas Podemos con los independentistas, Puigdemont o Quim Torra. Sinceramente, eso a un castellanomanchego ni le va ni le viene en su día a día y, como presidente de la región, es de obligación centrarse en quién le ha votado y para quién ha de trabajar. Como Presidente de la Junta de Comunidades su papel no solo es defender y paliar las necesidades autóctonas y de competencia regional, sino servir de portavoz e interlocutor de las reivindicaciones de cualquier municipio de Castilla-La Mancha ante el Gobierno Central, más aun garante del cumplimiento de esas reclamaciones y eso no lo ha hecho por Tomelloso.

Parece mentira su falta de sensibilidad pero, al menos, sus predecesores en el gobierno tenían el valor de venir aquí y prometer un tren digno, para luego quedarse en promesas. Pero usted ni promete, ni tan siquiera se aventura a solicitarlo públicamente en sus varias reuniones con el Ministerio de Fomento, por lo que ahí vemos su compromiso con una demanda histórica y estructural para la ciudad. No se encuentra razón alguna para negarnos una conexión plena de tren convencional a uno de los grandes motores económicos de la región. La ciudad que más alcohol (de origen vínico) produce del mundo, por delante de Manila, la mayor Cooperativa vinícola de Europa y segunda del mundo, además de una docena de bodegas agrícolas de gran volumen, punta de lanza del sector agroindustrial y un pilar regional del sector siderúrgico, por no hablar de una comarca con más de 50000 habitantes. Paralelamente su interlocución y el de su Gobierno con el Ministerio de Justicia, serviría para allanar el camino de los años que esperamos que se consume ese interés del Gobierno por la construcción del Palacio de Justicia, cuyos terrenos están cedidos al organismo judicial, pero sin noticias al respecto. Por eso su apoyo y fuerza es indispensable para que ese proyecto se haga realidad.

Ya puestos en el tema político, cabe mencionar que cuando la política activa pasa a convertirse en "política de despacho" los ciudadanos se hartan de la demagogia y el populismo barato. Desde luego el Palacio de Fuensalida no tiene vistas a los 79.463 km2 qué abarca Castilla-La Mancha, por muchos Consejos de Gobierno Itinerantes que haga como simple lavado de cara frente a la ciudadanía. La región no se basa en las capitales de provincia, los puntos estratégicos empresariales o la zona macroeconómica montada en torno a Madrid y su influencia sobre Toledo y Guadalajara, porque la situación de Tomelloso también la vive la despoblación del valle de Alcudia y el Campo de Montiel, el desempleo en la región histórica de La Mancha, las pérdidas económicas de miles de agricultores, la falta de comunicación en la Serranía conquense y guadalajareña o la falta de recursos hídricos, no solo en la cabecera del Tajo, sino prácticamente en toda la región. 

Así que si, en alguno de sus ratos libres, siente que le falta algo por hacer, acuérdese de Tomelloso y las cosas pendientes por cumplir. Siendo triste que, perteneciendo al mismo partido que gobierna en el Ayuntamiento de Tomelloso, ambos con mayoría absoluta, sea capaz de dejar en evidencia a sus compañeros de partido, siendo los únicos a los que no les queda otro remedio que dar la cara frente a los ciudadanos, a aquellos a los que usted no dedica ni un minuto. Espero no verle en 2023, en plena campaña electoral, lanzando promesas no cumplidas o, en algún otro almuerzo empresarial de los que "ya que me invitan, prometo algo", porque entonces tendrá razón aquel famoso refrán: "alcaldes y zapatos nuevos, a los tres días, aprietan menos".


Eduardo Rubio Aliaga
Tomellosero, docente, escritor e historiador

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