GUADALAJARA.- El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha arremetido este martes contra esa gauche divine de quienes "vienen dando carnés de modernidad" y tan solo les vota el 5 por ciento de los electores. Se ha referido así al ministro de Cultura, Ernest Urtasun, tras la polémica suscitada por su decisión de suprimir el Premio Nacional de Tauromaquia argumentando la existencia de una mayoría social contraria al maltrato animal.
Lo ha hecho en la localidad en la localidad guadalajareña de Azuqueca de Henares, donde este martes se ha celebrado una reunión del Consejo de Gobierno itinerante, cuya comparecencia posterior ha aprovechado para calificar esta decisión de "maltrato oficial" al sector taurino y considerar al ministro como "un lobo" al que se ha puesto a cuidar a las ovejas, por ser su decisión puramente "ideológica".
Un planteamiento ante el que el jefe del Ejecutivo castellanomanchego reaccionaba anunciando la intención de crear otro premio a la tauromaquia, abierto a otras comunidades autónomas, planteando así un nuevo pulso al Gobierno de Pedro Sánchez, al considerar "de justicia" reconocer "la valía" de las personas de este sector.
En este sentido, ha querido dejar claro que el anuncio realizado el pasado viernes, respecto a un premio que no pretende ser "una sustitución literal del que había" y sobre el que ya ha mantenido contactos con las principales organizaciones para "definir" el modelo, no fue solo "un gesto", sino que tenía "una intencionalidad". Así, tras asegurar que respeta todas las opiniones, "también la del ministro de Cultura" y que entiende que haya "multitud de gente con sensibilidad hacia los animales", ha echado mano de la metáfora para señalar que a él no se le ocurriría nunca "poner al lobo a cuidar a las ovejas".
Así, ha recalcado que España decidió por ley que la tradición taurina es patrimonio cultural y se le encarga al ministro de Cultura la competencia de cuidar de la actividad taurina. Sin embargo, igual que "no se entendería que un ministro de vivienda quisiera acabar con la vivienda, ni que la ministra de Empleo quiera acabar con el empleo, tampoco que el encargado de cuidar al sector taurino quiera acabar con él".
Y aunque la posición de Urtasun es "legítima", considera que "políticamente sería más honesto" que esa competencia se llevara directamente desde Moncloa, "sin tener que hacer ningún cambio normativo", puesto que abarca a todo el Gobierno, al encontrarse ante "un ministro que odia algo que tiene el encargo de proteger".
Para el jefe del Ejecutivo castellanomanchego, "la ideología está ahí", pero es necesario "compatibilizarla con otras muchas cosas", y sin pretender "dar consejos sobre cómo organizar gobiernos", considera que sería "de sentido común" que "alguien se abstenga de tomar decisiones sobre algo que manifiestamente odia".
Considera que "para que el sector pueda dormir con tranquilidad", la competencia legal de tutelar la actividad taurina "no debe dejarse llevar por odios", más si vienen de "una minoría que se considere ilustrada por ser moderna" y se atreva a decir quién es del año 2024 y quién sigue en el medievo.
No acepto el rol de que una minoría nos diga lo que es ser moderno y lo que no. A esa Gauche Divine.
— Emiliano García-Page (@garciapage) May 7, 2024
Todas las opiniones son respetables, pero España decidió por ley que la tradición taurina es patrimonio cultural. El lobo no puede cuidar a las ovejas. pic.twitter.com/jrO21meMDF
"No aceptamos bajo ningún concepto esa gauche divine, esa gente que viene dando carnés de modernidad a unos y quitándoselos a otros", ha subrayado Page, antes de apostillar que quienes defienden la tauromaquia "no somos gente de boina, gente atrasada", mientras que "a quienes se arrogan la España de hoy, les han dejado en el 5 por ciento; no sé si la que no les vota es del siglo pasado", ha apostillado, en alusión a Sumar -formación del gobierno de coalición a la que pertenece el ministro Urtasun-.
Ha criticado así a quienes pretenden "apropiarse" del concepto de modernidad del país, actuando únicamente "para sus votantes y sus compromisos", advirtiéndoles de que todavía "tienen mucho camino para encontrarse" con el 95 por ciento restante de la población.
"Ya tenemos edad de tener políticos ilustrados; me vale con que lean un poquito", ha sentenciado.
