Cárcel para el guarda de un coto de caza por matar aves protegidas y dárselas de comer a sus hurones

  • Los animales fueron mutilados con cepos y sus cadáveres amontonados a la intemperie. La escena fue descrita como "un campo de exterminio" por los agentes medioambientales, quienes afirmaron no haber visto antes "nada tan atroz".
  • Un juzgado conquense ha condenado al guarda a un año, siete meses y un día de prisión, además de inhabilitarle por cinco años y obligarle a pagar las costas del proceso y una indemnización de 268.000 euros.

TOLEDO.- Un año, siete meses y un día de prisión, así como el pago de 268.000 euros en concepto de indemnización es la condena que el Juzgado de lo Penal número 2 de Cuenca ha dictado para el guarda de un coto de caza por la muerte de numerosas especies protegidas de fauna silvestre, así como el uso de medios ilegales para la caza.

Una sentencia que ha dado a conocer la Asociación Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha (APAM-CLM), desde la que explican que este guarda había convertido el coto de caza en "un auténtico campo de exterminio", en el que mataba "indiscriminadamente" a aves rapaces de especies protegidas.

Los hechos por los que se le condenan se remontan al mes de abril de 2016, cuando agentes medioambientales de la demarcación de San Clemente (Cuenca) procedían a realizar una inspección, programada dentro del 'Plan de lucha contra el uso de cebos envenenados' en un coto de caza de la localidad conquense de Villar de la Encina.

Durante la misma, y tras haber localizado lazos instalados para la captura de predadores en varios puntos de terreno acotado, así como jaulas trampa y un cepo activado, para todos los cuales se carecía de autorización, procedieron a solicitar explicaciones al guarda del coto.

Según los agentes, la imagen que encontraron en las inmediaciones del cobertizo en el que el ahora condenado guardaba sus enseres "será difícil de olvidar", ya que allí había multitud de cadáveres de águilas, búhos, milanos, cuervos y otros tantos cuerpos de animales que eran imposible identificar. Cadáveres mutilados, tirados sin más a la intemperie y otros restos por identificar, amontonados o mezclados con restos de cadáveres de aves de corral, explican.

Durante los registros practicados, fueron intervenidos y decomisados un total de 29 cepos para captura de predadores, dos jaulas trampa con cebo vivo, 28 jaulas no homologadas para captura de conejos, 60 lazos de cable de acero y 255 anzuelos (poteras) utilizados presuntamente para introducirlos en cebos de carne y causar la muerte por hemorragias internas al animal que los ingiriese.

Desde el colectivo de agentes medioambientales castellano‑manchegos recuerdan que los cepos, muy usados durante el siglo pasado, están hoy "totalmente prohibidos", tanto su uso como su tenencia, en toda la Unión Europea, así como por normativa estatal y autonómica al tratarse de un método de captura masivo y no selectivo, y por la crueldad de su uso, ya que produce "terribles mutilaciones" a los animales que quedan atrapados en ellos, además de "un sufrimiento atroz".

Junto a todo ello, los agentes localizaron también un jaulón para cría de aves de corral con hurones que, en ese momento, devoraban los cadáveres de varias águilas ratoneras.

Se activaba así el protocolo de venenos, hallando los agentes un arcón congelador en el que el guarda ahora condenado metía los cadáveres de aves rapaces protegidas que servían de comida a los hurones, tal y como él mismo reconoció.

Los agentes aseguran que nunca habían visto "nada tan atroz". De hecho, el informe forense elaborado por los veterinarios especializados del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Albaladejito en Cuenca y que realizaron tanto la identificación de los cadáveres y restos encontrados, como las necropsias de cada uno de los cadáveres, afirma que todos los cadáveres encontrados por los agentes medioambientales en el coto de caza de Villar de la Encina pertenecen a especies incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas.

Se trata de un milano real, tres águilas reales, seis azores, ocho milanos negros, nueve ratoneros, una culebrera europea, nueve búhos reales, una gineta y seis cuervos, detallan desde la Asociación Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha.

Las necropsias realizadas a cada uno de ellos concluyen que todos fueron capturados con cepos, los cuales mutilaron antes de su muerte las extremidades inferiores de los ejemplares capturados, además, estos informes clínicos determinan que todos ellos presentan signos inequívocos de haber sido devorados después por los hurones que el guarda tenía enjaulados.  

El Juzgado también ha condenado al guarda a cinco años de inhabilitación, además de prohibirle el ejercicio de la pesca y la caza durante el mismo periodo de tiempo, así como a las costas del proceso.

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