La memoria de los represaliados del franquismo en Almagro empieza a ver la luz con la exhumación de su fosa

Se trata de la primera fosa que se exhuma en la provincia de Ciudad Real, fruto de la investigación del proyecto 'Mapas de Memoria'. Los restos de casi treinta víctimas de la dictadura serán recuperados y durante los trabajos se continuará tratando de localizar a las familias con las que aún no se ha establecido contacto.
Este lunes han comenzado los trabajos de exhumación para la recuperación de las víctimas de la represión franquista enterradas en la fosa común civil del cementerio de Almagro. PeriódicoCLM
photo_camera Este lunes han comenzado los trabajos de exhumación para la recuperación de las víctimas de la represión franquista enterradas en la fosa común civil del cementerio de Almagro. PeriódicoCLM

CIUDAD REAL.- La localidad ciudadrealeña de Almagro ve desde este lunes, 3 de mayo, cómo se abre una nueva fase en el proceso de dignificación de parte de sus vecinos represaliados, y cuyos cuerpos siguen aún, más de ochenta años después, sin identidad, sin nombre ni vecindad.

Para devolverles esa dignidad arrebatada dará comienzo la exhumación de la fosa del cementerio civil, el 'corralillo' o 'cuarto de los desgraciados', como se conocía en la localidad este lugar, en el que se espera encontrar los restos de 26 hombres que fueron allí enterrados, junto a otros dos cuyas familias ya recuperaron sus cuerpos.

Sofío Alcaide López (25 años, Pozuelo de Calatrava), José María Almansa Camacho (40 años, Bolaños de Calatrava), José Barrios Córdoba (24 años, Almagro), Juan Francisco Bermejo Montero (34 años, Almagro), Millán Carrasco Martínez (52 años, Almagro), José Antonio Carrillo Cañizares (35 años, Almagro); Leoncio Cazallas Ruiz (52 años, Calzada de Calatrava); Juan Manuel Córdoba Ávila (33 años, Valenzuela de Calatrava); José María Fernández Cabrera (29 años, Almagro); Fernando García Martínez (56 años, Almagro); Ignacio García Tejero (44 años, Pozuelo de Calatrava); Roque Golderos Cañizares (26 años, Valenzuela de Calatrava); Bautista Golderos Ruiz (52 años, Valenzuela de Calatrava); José López Bermejo (47 años, Almagro); Alejandro López Galindo (42 años, Pozuelo de Calatrava); Bonifacio Lozano Rugeros (36 años, Almagro); José Montero González (33 años, Almagro); Faustino Moraga Mercado (37 años, Bolaños de Calatrava); Ramón Porrero de Toro (42 años, Bolaños de Calatrava); Lucrecio de Pradas Martín (24 años, Calzada de Calatrava -Huertezuelas-); Antonio Prado Ríos (25 años, Bolaños de Calatrava); José María Puentes Puentes (35 años, Bolaños de Calatrava); Jesús Rasero López (51 años, Valenzuela de Calatrava); Emilio Robledo Romero (35 años, Almagro); Julián Roso García (56 años, Pozuelo de Calatrava), y Miguel Velasco Ruiz (48 años, Moral de Calatrava).

Junto a todos ellos, que murieron fusilados en su mayoría entre mayo de 1939 y junio de 1940, estuvieron también enterrados el maestro republicano Gervasio Alberto López Crespo, vecino de Almagro de 47 años, y Candelario Pérez González, también vecino de Almagro de 44 años, -con cuyo cuerpo se cerraba la fosa en marzo de 1947-, cuyos restos fueron recuperados por sus familias en los años 60.

Un total de 28 nombres que se suman a los otros 42 que se encuentran enterrados en la fosa de la parte católica del cementerio, y a cuyos restos será complicado acceder debido a los continuos movimientos que ha experimentado el camposanto.

Setenta hombres en total, de jornaleros a maestros, pasando por médicos, pastores, panaderos o ebanistas, de los cuales según los registros 66 fueron fusilados, 3 murieron en prisión y 1 por suicidio, y todos ellos enterrados en el cementerio de Almagro, aquellos que habían confesado en la parte católica y quienes no, en la zona civil, un cuarto anexo al camposanto, en el que se solía enterrar personas sin humanidad católica, es decir fetos, suicidados o represaliados franquistas.

Fosa ésta cuya apertura se pone en marcha tras un arduo trabajo de investigación llevado a cabo por el equipo del proyecto 'Mapas de Memoria', financiado por la Diputación Provincial de Ciudad Real, que en colaboración con investigadores de la UNED y el equipo del Laboratorio de Antropología Forense de la Universidad Complutense de Madrid. Todos ellos tratarán de devolver los cuerpos a quienes deben tenerlos, sus familias, y hacerlo de forma pública, puesto que su lloro, entonces, se tuvo que hacer de manera privada y recogida, por miedo a seguir el mismo camino que ellos.

Familias algunas de las cuales aún no se ha conseguido localizar, y a las que se continuará buscando por parte de este equipo multidisciplinar a la par que se realiza la exhumación de la fosa.

Abierta la fosa se seguirá indagando en los archivos, buscando a los familiares y haciendo entrevistas a pie de fosa, puesto que también el gesto de quitar tierra, ayuda a quitar el miedo y que, en muchos casos, haya quien hable por primera vez.

SEGUIRÁN MANZANARES Y AGUDO

La de Almagro será la primera fosa que se pueda abrir en la provincia de Ciudad Real gracias a la labor de investigación del proyecto 'Mapas de Memoria' que se ponía en marcha hace ya más de diez años. Una labor que ha permitido identificar a las más de 4.000 víctimas represaliadas del franquismo existentes en la provincia, tanto en las 53 fosas localizadas como en otros lugares del país.

A ella seguirán las fosas de Manzanares y Agudo, en las que hay 288 y 13 víctimas, respectivamente. Se tratará así de poner nombre y vecindad a unos cuerpos ahora "huérfanos", a los que se intentará devolver su dignidad.

Una vez identificados los nombres y halladas las fosas, ha llegado el momento de proceder a la exhumación de los cuerpos. Fosas que no se limitan al espacio físico, a un lugar apartado, sino que se encuentran en el dolor de la gente, en un estado de ánimo, tal y como destacaban durante la presentación de esta actuación, por lo que su exhumación tiene gran importancia no solo desde el punto de vista histórico, sino también de la justicia y los derechos humanos.

Unos trabajos que se llevarán a cabo en tres fases. Una primera, la que inicia este lunes, con la apertura de la fosa y el comienzo de la exhumación. Un proceso sobre el terreno que se prevé se extienda durante tres o cuatro semanas.

Posteriormente, durante varios meses se llevará a cabo, ya en el Laboratorio de Antropología y Odontología Forense de la Universidad Complutense, para posteriormente dar paso a la investigación genética.

Un complejo proceso en el que se tratará de buscar la verdad escondida hoy bajo tierra, que culminará con la devolución de los restos a las familias y la publicación de un informe final integrado sobre la exhumación.

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