Podemos queda descabezado en Toledo al dimitir su líder arremetiendo contra el partido y la coalición con IU

La formación morada sigue diluyéndose en Castilla-La Mancha con la renuncia de Pedro Labrado, quien dice no estar dispuesto a seguir aguantando el "ninguneo" de sus socios y a una dirección que "no me ampara cuando se arrastra por el suelo mi honorabilidad".
El hasta ahora portavoz de Podemos en la ciudad de Toledo, Pedro Labrado Pintado, en una imagen de archivo. PeriódicoCLM
photo_camera El hasta ahora portavoz de Podemos en la ciudad de Toledo, Pedro Labrado Pintado, en una imagen de archivo. PeriódicoCLM

TOLEDO.- Podemos no consigue remontar el vuelo en Castilla-La Mancha, sumido en el desencanto de quienes hace unos años vieron en la formación un soplo de aire nuevo perdido con la llegada a las instituciones, y las guerras internas que, aunque ya no tan expuestas al público como en otros momentos, siguen sumando víctimas.

El último en bajarse del carro es el hasta ahora portavoz de la formación morada en la ciudad de Toledo, Pedro Labrado Pintado, quien el pasado miércoles dirigía a los militantes una carta, a la que ha tenido acceso PeriódicoCLM, comunicando su dimisión del cargo y los motivos que le han llevado a tomarla.

Una decisión que dice haber tomardo tras reflexionar sobre el pasado el presente y el futuro de Podemos Toledo, en particular, y Podemos Castilla-La Mancha, en general.

Un pasado que remonta al año 2019, durante el proceso de conformación de la candidatura municipal de Unidas Podemos. Asegura Labrado que entonces se produjeron unos hechos que "no fueron ajustados a los documentos de nuestro partido ni ajustados al más simple ejercicio de lealtad y compañerismo que se le suponía a una organización como la nuestra".

Atribuye a su "inexperiencia en la política" en aquel momento la que le llevó a "ser responsable y no hacer ruido, e intentar sumar dando la cara, aunque me la fueran a partir como finalmente ocurrió".

Se refiere así Labrado al rocambolesco proceso de 'no primarias' y ajuste de la confluencia firmada a nivel regional que se tradujo en contradicciones, condicionantes y renuncias a la hora de configurar la lista con la que se presentarían IU y Podemos al Ayuntamiento, dejando fuera a Ganemos que en los anteriores comicios había logrado cuatro concejales y su entrada así en el Gobierno municipal. El cabeza de lista, y todavía entonces edil en el Consistorio toledano, Javier Mateo, dimitía como candidato y dejaba IU a raíz de la situación generada, tras más de 23 años de militancia en el partido.

Esto llevó a confeccionar una lista en la que, siguiendo lo establecido por el pacto regional, los dos primeros puestos serían para IU (Txema Fernández y Olga Ávalos) y los dos siguientes para Podemos. Labrado ocuparía el tercer lugar en la lista, seguido por Helena Galán (que era una de los cuatro concejales de Ganemos Toledo, precisamente) con quien después empezaría un enfrentamiento cuyo desenlace también incluye entre los motivos que le llevan a dimitir ahora.

Y es que para Pedro Labrado, "lo que mal empieza, mal acaba". Así, asegura que tras la jornada electoral se han sucedido "actos de deslealtad, ausencia de compañerismo e incumplimientos de lo acordado" por parte de Izquierda Unida, alcanzándose -dice- "cotas impensables para una persona como yo, que había llegado hasta aquí con la intención de aportar un granito de arena para ayudar a mejorar la vida de la ciudadanía en general y en particular la de la ciudad de Toledo".

Según Labrado el incumplimiento de lo acordado "ha sido total", lo cual califica de "incomprensible" para quienes "esperamos que los partidos de izquierdas funcionen de otra manera".

Recuerda cómo la ausencia de dirección del partido a nivel regional, tras la dimisión en bloque planteada tras la debacle electoral que sacó a Podemos de las Cortes -después de haber condicionado la actuación del Gobierno la anterior legislatura y sentar en el Palacio de Fuensalida a dos de sus miembros-, dificultó el poder reconducir la situación.

Asimismo señala cómo el equipo técnico que se constituyó para preparar la III Asamblea Ciudadana Autonómica "no fue capaz de abordar esta situación de incumplimientos de los acuerdos electorales", como tampoco lo ha sido -apunta Labrado- la nueva dirección regional salida de la misma.

Una situación que asegura intentó reconducir tras su elección como portavoz de Podemos en Toledo el pasado mes de diciembre, aunque cree que "ha sido predicar en el desierto".

A todo ello se suma el hecho de que durante el desarrollo de esa última Asamblea Ciudadana Autonómica Labrado fue, según explica en la carta, "víctima de falsas e infundadas acusaciones de acoso grave a una compañera". Se refiere así al nuevo enfrentamiento que se abría con Helena Galán, quien se postulaba entonces a la secretaría general de Podemos en Castilla-La Mancha, mientras que Labrado formaba parte de la lista de otro de los candidatos, José Luis García Gascón, quien finalmente obtenía el mayor porcentaje de votos.

Defiende Labrado la falsedad de aquellas acusaciones vertidas en redes sociales y medios de comunicación, con el único fin de desprestigiarle "y conseguir un puñado de votos manchados de mentira y trapacería".

Una situación que llevó a una doble denuncia ante los órganos de arbitraje del partido, primero el comité electoral -embarrando aún más el tenso proceso de primarias- y después a la comisión de garantías democráticas autonómica.

Labrado pedía que se sancionara a Galán por haber vertido las falsas e infundadas acusaciones contra su persona y la restitución de su honor "dañado gratuitamente", al tiempo que exigía medidas de rectificación por los mismos medios por los que le había injuriado.

Según explica Labrado en la carta dirigida a los militantes de Podemos, tras un año de espera si bien la Comisión de Garantías reconoce que quien le injurió cometió una infracción leve y dos graves, lo que en teoría debería suponer según el reglamento de la propia comisión, el reconocimiento de una infracción "muy grave", decide resolver el expediente "con un apercibimiento verbal a la infractora y nada para reparar mi imagen y honor".

Y es que según el hasta ahora portavoz municipal de formación morada en Toledo, ese apercibimiento verbal estaría únicamente reservado para las infracciones leves, frente a las sanciones "más importantes" que se establecen para infracciones graves y muy graves, como la suspensión temporal de militancia o la expulsión del partido.

Considera que se ha llegado así a un punto en el que sus ilusiones "se han agotado", lo que le lleva a no estar dispuesto a "seguir aguantando el ninguneo y los incumplimientos de Izquierda Unida".

Del mismo modo tampoco puede seguir con la responsabilidad de ser portavoz a nivel municipal de un partido que "no me ampara cuando se arrastra por el suelo mi imagen y mi honorabilidad desde dentro del propio partido".

Todo ello es lo que le lleva a hacer efectiva su dimisión como portavoz de Podemos en la ciudad de Toledo, aunque dice dar por buenos los más de seis años de militancia activa en Podemos, "en aras de construir un espacio progresista" que pusiera en el centro de la política los problemas de la gente corriente.

Asegura que seguirá con esta militancia, pero "desde la tranquilidad de mi casa", apostilla. Dice marcharse como llegó, "con las manos limpias y la cabeza bien alta", y concluye su misiva con un "¡nos vemos en las calles!".

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