Olmeda del Rey recuerda con una placa a un superviviente del campo nazi de Mauthausen

Félix Murcia se exilió a Francia y formó parte de diversas asociaciones de deportados hasta su muerte. Su padre también fue víctima de la represión, falleciendo en una prisión franquista.
Familiares de la víctima junto a la placa instalada en su vivienda. Foto: ARMH de Cuenca
photo_camera Familiares de la víctima junto a la placa instalada en su vivienda. Foto: ARMH de Cuenca

CUENCA.- Olmeda del Rey honra la memoria de Félix Murcia García, uno de los vecinos de la localidad conquense que acabó deportado al campo de concentración nazi de Mauthausen, siendo uno de los pocos supervivientes del horror hitleriano.

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) de Cuenca ha colocado una placa en la calle El Trabajo, frente a la vivienda donde residió el represaliado hasta el comienzo de la Guerra Civil española.

Se trata del segundo reconocimiento que se realiza en este municipio de poco más de cien habitantes, después de que el pasado mes de junio se instalara un rótulo en homenaje a Alfredo Ruescas Fernández, otro de los casi cien conquenses deportados a la red de exterminio creada por los fascistas a lo largo y ancho del continente europeo.

Félix Murcia nació en Piqueras del Castillo, aunque siempre vivió en Olmeda del Rey. Tras el golpe del 18 de julio, se alistó como voluntario en el Ejército Popular de la República, y se exilió en febrero de 1939 a Francia.

Envuelto en los avatares de la Segunda Guerra Mundial al servicio del ejército francés, fue detenido como prisionero de guerra y posteriormente deportado el 26 de abril de 1941 al campo de concentración de Mauthausen.

Mientras Félix partía a uno de los subcampos del complejo, su padre murió en la prisión de guerra de Cuenca tras ser capturado por el régimen franquista. Una vez liberados los campos, se estableció en la localidad francesa de Besançon, donde formó su hogar hasta su muerte en 1983.

Durante esos años formó parte activa de asociaciones de deportados y se involucró en la iniciativa de erigir el monumento en Mauthausen, que recuerda a los republicanos españoles que murieron en el campo.

80 AÑOS DE SILENCIO

La ARMH de Cuenca ha explicado que con este pequeño gesto se pretende "subsanar la terrible injusticia" que ha supuesto para los deportados españoles los ochenta años de silencio y olvido por parte de las autoridades.

En ese sentido, han agradecido de nuevo la "celeridad y disposición" mostrada por la alcaldesa, la popular Ana Marínez Checa, a la hora de autorizar la colocación de las dos placas en recuerdo a los deportados de la localidad.

Al mismo tiempo, han lamentado que no hayan sido atendidas su peticiones en otros ayuntamientos de la provincia, pese a que la asociación asume todos los costes del proceso. Municipios como El Provencio, Huete, Villaconejos de Trabaque, Poyatos y Alcázar del Rey; todos gobernados por alcaldes del Partido Popular.

Más sorprende la falta de disposición en los ayuntamiento con regidores del PSOE, siendo la memoria histórica una de las banderas de la formación progresista. Así, la asociación ha criticado que no se les haya escuchado el Buendía, con siete deportados, La Peraleja o la propia capital provincial.

"Triste es que acompañen la impunidad de silencio y oscuridad, cuando la luz es lo que precisa", comentan desde el colectivo memorialista.