TOLEDO.- A once días de cumplirse dos años desde que se confirmó el primer caso de covid en Castilla-La Mancha, el ritmo de bajada de la incidencia de la sexta ola se está acelerando, de forma que los datos preliminares de esta semana apuntan a que se reducirá un 50 por ciento con respecto a la anterior.
Así lo ha asegurado este viernes el director general de Salud Pública, Juan José Camacho, quien ha dado por superada esta última ola de covid en el transcurso de la rueda de prensa semanal que realiza para analizar la evolución de la pandemia en la comunidad autónoma.
Comparecencia en la que también ha informado sobre el inminente despliegue de las unidades móviles de vacunación en los campus universitarios de la región para la administración de las dosis de recuerdo a los alumnos de estudios superiores.
Camacho ha comentado que el pico de la sexta ola en Castilla-La Mancha "se alcanzó hace cuatro o cinco semanas", y que después se inició un descenso más lento al principio y ahora más acusado.
Un descenso que corroboran los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad, que sitúan la incidencia acumulada en 750 casos por 100.000 habitantes a catorce días y en 241 casos a siete días.
"La curva descendente en cuestión de casos sigue a buen ritmo", ha declarado el director general, destacando que los datos preliminares de esta semana "dicen que la tendencia y el ritmo de bajada se están acelerando".
El experto de la Consejería de Sanidad ha apuntado a un descenso "del 50 por ciento o por encima" respecto a la semana precedente, cuando en semanas anteriores el ritmo se situaba entre el 30 y el 40 por ciento.
El descenso de la incidencia también se está notando en las hospitalizaciones. Después de registrarse cifras de más de 600 pacientes ingresados, la actual tesitura confirma que hay una tendencia favorable, con 276 pacientes en cama convencional, 33 en las uci y otros dos enfermos con vigilancia especial que no requieren de respirador.
No obstante, Camacho ha considerado que en la sexta ola la incidencia acumulada tiene una utilidad mucho más reducida, por lo que se ha mostrado partidario de cambiar el modo de vigilancia de la pandemia para realizar un seguimiento más parecido al de la gripe.
El director general de Salud Pública ha señalado que, aunque cada enfermedad tiene sus particularidades, se puede hacer una vigilancia similar, con muestras aleatorias a personas que acuden con patologías respiratorias y un estudio de la enfermedad en los pacientes que ingresan en los hospitales.
Ha confiado en que siga bajando la incidencia de la pandemia y en que se pueda conseguir una normalización de la sociedad e "ir olvidando, poco a poco, estos dos años tan duros".
Al respecto, ha planteado que "nosotros mismos nos planteemos si la forma de medir es útil para la toma de decisiones", y ha defendido la gradualidad y reversibilidad que tienen que medidas como suprimir el uso de mascarillas en exteriores, o reducir el tiempo de aislamiento para los infectados y las cuarentenas para los contactos, que todavía están siendo estudiadas por los expertos.
En este contexto, y a preguntas de los periodistas sobre el uso de las mascarillas de los escolares en las aulas, Camacho ha explicado que "estamos pendientes del informe de los técnicos", y ha recordado que ya se ha retirado en otros entornos de mayor riesgo como las residencias.
Y ha avanzado que, si se dan las circunstancias y lo aconsejan los técnicos, Castilla-La Mancha estará a favor de la retirada de las mascarillas en los colegios, aunque con condiciones, porque el entorno educativo es seguro, y la patología de las personas de corta edad es mucho mejor.
Asimismo, preguntado por la celebración de los carnavales, Camacho ha indicado que se mantiene el real decreto de febrero que establece las condiciones en las que la mascarilla puede ser obligatoria al aire libre, y al respecto, ha opinado que en un desfila de carnaval se pueden mantener las distancias de seguridad, a diferencia de otro tipo de eventos como un concierto.
