CIUDAD REAL.- Hace casi un año, el 14 de julio de 2021, la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico recibió la solicitud de inicio de procedimiento de evaluación de impacto ambiental de un proyecto para una planta fotovoltaica de 229 MWp en los términos municipales de Brazatortas y Almodóvar del Campo, en la provincia de Ciudad Real y en pleno Parque Natural del Valle de Alcudia.
Once meses después, el promotor, Enel Green Power España, no ha obtenido el resultado esperado y la documentación presentada no ha sido suficiente, por lo que la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) ha sido negativa, teniendo en cuenta para ello los impactos asociados y los efectos sobre los factores ambientales derivados de la vulnerabilidad del proyecto y puestos sobre el papel en el proceso de participación pública y consultas.
El proyecto engloba cuatro instalaciones principales: la planta solar fotovoltaica, la subestación elevadora, la línea subterránea de evacuación y la línea eléctrica aérea de evacuación. Abarca una superficie de 402,13 hectáreas divididas en dos sectores, con una ocupación real de los paneles de 110,9 hectáreas.
Durante la tramitación de la evaluación ambiental, el proyecto recibió una serie de alegaciones en relación a los impactos significativos en los que se fundamenta y motiva la resolución negativa.
Mientras que el promotor defendía que la ubicación elegida era ambientalmente más favorable porque respetaba todas las zonas y superficies con presencia de hábitats prioritarios en buen estado de conservación y se situaba sobre pastizales muy degradados, la Dirección General de Medio Natural de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha instaba al promotor a valorar otras alternativas, en concreto el Valle del Ojailén, si bien la Dirección General de Economía Circular avisaba de la acumulación de proyectos en esta zona.
El estudio de impacto ambiental realizado describe los efectos potenciales sobre los factores del medio, suelo, subsuelo, geodiversidad, agua, aire, cambio climático, flora, biodiversidad, paisaje, población, salud humana, bienes materiales y hasta patrimonio cultural. Y, sobre todo, pone especial hincapié en el tratamiento sobre los factores fauna, espacios protegidos y Red Natura 2000.
De hecho, el factor fauna es el más relevante que se vería afectado por el proyecto porque en su entorno se encuentran espacios de interés con planes de recuperación de especies amenazadas que utilizan la zona del proyecto como área de dispersión y alimentación.
Parejas de águila imperial ibérica, el águila perdicera, el buitre negro, el alimoche, el águila real, el buitre leonado, el aguilucho cenizo, el milano real, el cernícalo primilla, el águila culebrera, el ratonero común, el aguilucho lagunero, el águila calzada, el milano negro y el cernícalo vulgar, además de aves nocturnas, aves acuáticas, la cigüeña negra, la grulla, el sisón, el lince ibérico, quirópteros y herpetofauna, campan por el Valle de Alcudia y podrían verse afectados por el proyecto.
Por otro lado, el estudio de impacto ambiental también se fija en que durante la hipotética fase de construcción de la planta fotovoltaica se produciría un aumento del tránsito de vehículos y, por ende, de atropellos de animales terrestres; e identifica como el principal impacto el derivado de la destrucción y fragmentación del hábitat y la pérdida o modificación de la vegetación.
En este proceso, el promotor propuso en varias ocasiones una serie de medidas que contemplan, entre otras cosas, la realización de desbroces fuera de la época de nidificación y cría de la avifauna, la eliminación del vallado existente en la finca y el diseño de uno nuevo de tipo cinegético y permeable a la fauna, el uso de viales existentes, elementos de señalización, sistemas de escape para ejemplares que quedaran atrapados, y en relación al lince ibérico también medidas para evitar el atropello o colisión.
Sin embargo, la Dirección General de Medio Natural del Gobierno regional informó negativamente sobre la instalación de la planta solar en la parte central del Valle de Alcudia por el valor faunístico de la zona.
Y la Subdirección General de Biodiversidad Terrestre y Marina del Ministerio se suma al mismo argumento y destaca la extraordinaria importancia de la zona para muchas especies amenazadas.
A todo esto se añade también la oposición de la Sociedad Española de Ornitología SEO/BirdLife, que puso el foco en que el proyecto de la planta fotovoltaica supone la pérdida permanente de 402,13 hectáreas de superficie útil y de 6,4 kilómetros de línea eléctrica, lo que supondría el deterioro de los hábitats y la introducción de perturbaciones que afectarán a las aves en peligro de extinción, por lo que sentenciaban que la zona "no es ambientalmente compatible con el desarrollo del proyecto".
Tras todas estas alegaciones, el promotor defendió que el proyecto se ha basado en un "riguroso trabajo de campo" cuyo resultado es una implantación que "evita los impactos graves sobre la fauna y la vegetación", así como que es compatible con los elementos faunísticos y florísticos asociados a los espacios Red Natura 2000.
Pero al Ministerio para la Transición Ecológica no le convencen las explicaciones del promotor y finalmente ha decidido una declaración de impacto ambiental desfavorable al proyecto porque "causará impactos adversos significativos sobre el medio ambiente, sin que las medidas de prevención, corrección y compensación previstas por el promotor constituyan una garantía suficiente para la adecuada protección del medio ambiente".
