Las monedas han sido depositadas en el Museo de Ciudad Real para su estudio y conservación.

CIUDAD REAL.- En el interior de un recipiente de cerámica algo deteriorado, así se descubría en la excavación del Cerro de Miradores de Caracuel de Calatrava, un tesoro "único en la región", compuesto por 473 monedas de bronce de época tardorromana, que se encuentra ya depositado en el Museo de Ciudad Real.

Un tesoro que era presentado por la consejera de Educación, Cultura y Deporte, Rosa Ana Rodríguez, acompañada por el alcalde de Caracuel, Ismael Laguna; la viceconsejera de Cultura, Ana Muñoz; así como por el director de la excavación, José Luis Fuentes y el director del Museo, José Ignacio de la Torre, quienes coincidieron en subrayar la importancia del mismo.

Un conjunto de monedas caracterizadas por su bajo peso (entre 5 y 6 gramos cada una), fruto de las devaluaciones constantes de la moneda a finales del siglo III y principalmente en el IV d.C. Entre sus piezas se encuentra una heterogénea muestra de moneda circulante de diferentes dinastías, mancando su momento final la unidad más reciente en su acuñación.

Monedas que ahora habrá que limpiar y restaurar, tal y como explicaba el director de la excavación, José Luis Fuentes, quien destacaba que se trata de un depósito monetal "único en la región", que además se presenta de manera "muy coherente" y que podría ser "la punta del iceberg" de un tesoro mayor.

Una hipótesis que se plantea pensando que si quien guardó en este recipiente cerámico las monedas era adinerada, tendría no solo piezas de bronce, sino que también podrían existir otros de oro y plata "aún por encontrar".

Un hallazgo que se ha producido durante los trabajos que se llevan a cabo en la localidad ciudadrealeña desde el año 2021, en el marco del proyecto de investigación arqueológica y patrimonial 'Carcuvium', impulsado por el Ayuntamiento de Caracuel de Calatrava, y apoyado por por la Asociación para el Desarrollo de Los Montes Norte, la Diputación de Ciudad Real y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. 

Una investigación basada en la realización de estudios bibliográficos, históricos, arqueológicos y artísticos del término municipal, en cuya realización se han empleado tecnologías auxiliares, como las prospecciones arqueológicas por georradar en el Cerro de Miradores, así como en las parcelas circundantes, donde se supone la existencia de restos de un lugar de ocupación romana -una mansio, una aldea o, incluso, el municipium de Carcuvium-.

Un espacio de 6,8 kilómetros cuadrados que el arqueólogo considera como "la reserva arqueológica de la provincia de Ciudad Real", donde se encuentra un poblado de la Edad del Bronce y, en el Cerro de Miradores, el oppidum protohistórico de Carcuvium, del que se conservan sus espacios defensivos, oligárquicos y domésticos.

Junto a ello también se encuentra un barrio denominado 'vicus', o posiblemente una mansión o establecimiento que aparece señalado en el Itinerario Antonino (a una distancia de XX m.p.s. de Sisapo en la vía Per Lusitania ab Emerita Caesaraugustam), además de un poblamiento visigodo, otro islámico y un castillo que subrayan la importancia de esta zona, en la que se cruzaban las calzadas que discurrían de Toledo a Córdoba y de Extremadura a Levante.