En la imagen más de un centenar de vecinos, durante la tarde de este miércoles, formalizando la 'Plataforma STOP Planta Bio-Gas'. - PASCUAL SERRANO

ALBACETE.- El proyecto de instalación de una planta de producción de biometano en la localidad albaceteña de Fuentealbilla, de poco más de 1.800 habitantes, ha hecho saltar las alarmas entre diversos colectivos de la zona, que ven en esta iniciativa una seria amenaza medioambiental y un riesgo innecesario para los vecinos.

Muestra de ello las más de doscientas personas que este miércoles se han dado cita en la Casa de la Cultura de la localidad -casi medio centenar se tenían que quedar fuera por falta de espacio y otras cien se conectaron por streaming, según ha podido saber PeriódicoCLM- para constituir la 'Plataforma STOP Planta Bio-Gas', preocupadas por las consecuencias que esta instalación puede traer a su pueblo y la comarca, ante lo que no descartan emprender movilizaciones.

Y es que el proyecto que se presenta como "la solución" para transformar en biogás los cientos de toneladas de purín generados en veinticinco explotaciones ganaderas por 110.000 cerdos, genera grandes dudas tanto al impacto a nivel contaminante como visual, los olores que generará en la zona e incluso el destino final del biometano que se pretende producir, puesto que no existe en ese entorno red de conexión.

Cuestiones sobre las que llama la atención la Asociación para la Conservación de los Ecosistemas de la Manchuela (ACEM) en su escrito de alegaciones al proyecto, al considerar que existen "suficientes motivos" para que se resuelva de forma negativa el expediente de esta instalación, promovida por Biogás Manchuela S.L., que se prevé instalar en las parcelas 5 y 73 del Polígono 35 de Fuentealbilla.

Alegaciones en las que recuerdan que si bien el metano se produce de forma natural, el problema se presenta cuando la actividad humana, en forma de grandes explotaciones ganaderas en intensivo, es la causante. Surge así entonces la necesidad de gestionar esos gases de efecto invernadero, minimizando el impacto de la actividad humana y no buscando soluciones "paliativas" a un problema en cuyo origen se encuentra la alta concentración de ganadería intensiva. Por ello consideran "muy discutible" que se puedan obtener "grandes beneficios ambientales" en este proceso de producción forzada de biogás.

Menos en este caso concreto, en el que si bien se plantea como la solución para más de una veintena de explotaciones ganaderas, que ya de por sí generarán 649 toneladas al día de purín, siendo este un volumen mayor al de la entrada prevista en el proyecto, cifrado en 450 toneladas diarias, de modo que las 200 toneladas diarias restantes continuarían contaminando el medio.

Hecho al que desde ACEM suman el de la falta de detalle relativo a los insumos de la industria agrícola, puesto que no se recoge de qué almazaras y bodegas se trata, como tampoco el volumen que garantizan para suministrar a la central, al igual que ocurre para la industria alimentaria.

De este modo consideran que se deja la puerta abierta a la introducción de otros residuos no especificados en el proyecto, "un riesgo inaceptable", sentencian.

Frente a ello, no encuentran beneficio alguno, ni siquiera la reducción de los costes de gestión de purines y demás residuos animales que menciona el proyecto, ya que estos se limitan básicamente al transporte "y este se tiene que efectuar de todos modos", apostillan.

Algo en lo que encuentran precisamente uno de los talones de Aquiles del proyecto, la pretendida mejora de la calidad del aire y reducción de los olores, ya que serán alrededor de 230.000 toneladas de residuos orgánicos las que entren en la planta y un tránsito estimado de 12.000 camiones al año para transportarlas, factores ambos que condicionarían ese supuesto progreso.

Camiones, a razón de 35 diarios -uno y medio por hora- que deberían acceder a la planta por el único acceso planteado, disponiendo también de un solo arco de desinfección, otra de las cuestiones sobre las que llaman la atención desde la asociación.

¿DE DÓNDE SALE EL DIGESTATO?

Por otra parte consideran "sorprendente" que uno de los objetivos que se marque el promotor con este proyecto sea la reducción del aporte de purín al suelo, sustituyendo este por digestato (material residual generado a partir de un proceso para obtener energía de la materia orgánica de los residuos), de mejores condiciones fertilizantes y de manejo que el purín en bruto. Un planteamiento que se acompaña de respaldo científico o técnico alguno, cuando sí hay instituciones oficiales que sostienen todo lo contrario, denuncian, como también el hecho de que en el proyecto no figure el digestato como producto de salida, por lo que se preguntan de dónde saldrá, aunque temen que se desvíe del proceso de compostaje "cuando convenga", para acabar en los campos que supuestamente habrían sido cedidos.

Y si no hay datos sobre el origen del digestato, tampoco hay certezas sobre la creación de empleo y riqueza que la puesta en marcha de este proyecto conllevaría para la comarca. Para este colectivo, los argumentos del promotor tampoco se sostendrían en lo relativo a la diversificación económica -al estar ligada la actividad de forma indisoluble a la actividad agrícola y ganadera-, ni a la creación de puestos de trabajo -puesto que se plantea empleo especializado y, por tanto, con escasa repercusión en la zona-, oponiéndose así frontalmente a la filosofía de la economía circular bajo cuyo paraguas se pretende justificar este proyecto.

Dudas que también suscita el hecho de que en lo que respecta a las salidas se plantee un sumatorio de 181.310 y 300.000 metros cúbicos de biometano, que teniendo en cuenta que el peso de ese volumen sería de 2.100 toneladas -considerando una riqueza del 95 por ciento del biometano producido- daría como resultado un peso total de salidas de 183.410 toneladas, quedando sin explicación las restantes 47.490 toneladas, sobre las que se desconoce si se perderían en forma de evaporación, durante el proceso o terminarían como sobrantes del proceso.

Respecto al diseño de la planta, consideran que no ofrece garantías y presenta numerosas lagunas sobre determinados productos contaminantes, los cuales "directamente se ignoran", al tiempo que se presenta un balance de materias "desajustado y falto de explicación".

En este sentido, aseguran que la instalación de esta planta de producción de biometano tendrá un enorme impacto en la zona, tanto visual como ambiental. Respecto a lo primero, argumentan que el proyecto contempla una superficie construida de gran volumetría, la cual "podría exceder" el diez por ciento permitido por las normas de urbanismo de Fuentealbilla.

Pero además de ese impacto sobre el paisaje, desde la Asociación para la Conservación de los Ecosistemas de la Manchuela recuerdan el alto potencial contaminante de esta actividad.

En este sentido, señalan en sus alegaciones que, basándose en precedentes existentes, la afectación y molestias a la población de Fuentealbilla "va a ser enorme", puesto que los olores producidos en el manejo de esa "inmensa cantidad" de desechos orgánicos y purines "llegarán sin duda al municipio".

Asimismo el colectivo plantea sus dudas sobre si parte del digestato y de los purines saldrían del proceso para su vertido directo a los campos, y echa en falta información básica respecto al pozo, las granjas y cultivos -serían necesarias 121 hectáreas cedidas, que no aparecen por ninguna parte-, que considera debería ser aportada por el promotor del proyecto para que se pudiera hacer una valoración al respecto.

EL METANO, ¿DÓNDE IRÁ A PARAR?

Pero las dudas que genera este proyecto en ACEM no acaban aquí, puesto que el promotor tampoco indica, según señalan en su escrito de alegaciones- una estimación de la cantidad de biogás que se espera obtener con el predigestor, ni a qué sistemas de calentamiento internos de la propia planta de biorrefinería hace referencia.

Se desconoce si estos gases se van a quemar o si van a ser emitidos, como tampoco se menciona qué cantidad de ácido sulfúrico se producirá en el proceso de desulfuración del biogás a través de bacterias, ni qué se hará con él.

Demasiadas dudas para un proyecto que deja sin aclarar numerosas "incógnitas", incluida cuál será el uso posterior del biometano producido, ya que no existe en la zona red de conexión, ni contemplar equipo de licuación ni compresión. Algo que hace temer a ACEM que el biometano "irá a parar directamente a la antorcha de combustión".

En lo que respecta a los suministros que abastecerían la planta, si bien se afirma en el proyecto que el agua se obtendrá de un sondeo, desde la asociación subrayan cómo no consta el documento que acredite ni la solicitud ni la concesión del mismo.

Cuestiones todas ellas que para la Asociación para la Conservación de los Ecosistemas de la Manchuela son motivos suficientes para que se deniegue la autorización a esta planta de producción de biometano.