El acusado de violar a su expareja en Ciudad Real alega ante el juez que fue "sexo duro"

La Fiscalía pide 12 años de cárcel para el procesado por abusar de la madre de su hija después de que rompieran su relación sentimental. La víctima asegura que fue amordazada para que no se oyeran sus gritos y él que el acto sexual era consentido.

CIUDAD REAL.- Doce años de prisión es a la condena que se enfrenta un ciudadano colombiano acusado de violar a su expareja hace dos años en Ciudad Real. Una violación que el procesado no reconoce, sino que califica lo sucedido como "sexo duro"

Así lo manifestaba este miércoles durante su declaración ante el juez en la Audiencia Provincial de Ciudad Real, durante la cual aseguraba que la presunta agresión fue una relación consentida y que las marcas que ella presentaba por todo el cuerpo y los arañazos de él en la cara, fueron resultado de "prácticas de sexo duro", pero de mutuo acuerdo, según el testimonio del acusado recogido por el diario LanzaDigital

En su relato, J.A.H.P. ‑iniciales del nombre del acusado‑ habría explicado que tras romper la relación sentimental que había mantenido durante cuatro años y medio con la víctima, ambos se habían seguido viendo por la hija que tienen en común y que en dos ocasiones previas a la denuncia habían mantenido relaciones sexuales consentidas. 

Un extremo reconocido por la propia víctima, que sin embargo rechaza que lo sucedido la madrugada del 28 de febrero de 2016 sea equiparable. Según su relato, esa noche salió con unas amigas para despedirse, puesto que tan solo unos días después se marchaba a vivir a otro lugar, y acudieron a una discoteca latina. Allí coincidieron con el acusado y otros amigos, conversando y bailando normalmente, hasta que sobre las seis de la mañana decidió marcharse y él se ofreció para acompañarla a casa. 

En el recorrido hacia su domicilio, pasaron cerca de la vivienda del acusado, que la invitó a subir con la excusa de mostrarle dónde se alojaría su hija cuando le tocase visitar al padre. La víctima no desconfió y accedió a subir al piso. 

Según su testimonio, habría sido entonces en el propio rellano de la vivienda comenzaría una discusión y que el procesado, que "no estaba bebido" ‑según precisaba la víctima‑, la habría conducido a la fuerza hasta una habitación, en la que abusó de ella. "Me hizo mucho daño", declaraba este miércoles la víctima, quien subrayó que su expareja utilizó una camiseta como mordaza para que no se oyeran sus gritos

Asimismo, durante su declaración, la víctima detallaba la humillación que sintió después de que tras la agresión, el acusado sin dar importancia a lo sucedido le dijera "ahora vas y me denuncias", apostillando además que eso le había pasado por no dejarle ver a su hija. 

Tras huir de allí, la denunciante se dirigió a casa de su tío, donde había dejado a la niña, y contó a su familiar lo sucedido. Se avisó a la Policía Nacional, cuyos agentes encontraron a la mujer "llorando y muy alterada", que tras escuchar su relato avisó a una ambulancia y se puso en marcha el protocolo contra la violencia de género. 

Se detuvo así a J.A.H.P, que por estos hechos permaneció en prisión preventiva durante un mes, y sigue teniendo una orden de alejamiento tanto de su expareja como de la hija en común. 

Para el fiscal, los hechos que se juzgan constituyen un delito de agresión sexual con penetración vaginal, por lo que solicitan una condena de 12 años de cárcel y 750 euros de indemnización para la víctima por las heridas causadas. Asimismo, se piden 10 años de participación en programas de educación sexual y la prohibición de acercarse a menos de 500 metros a la denunciante y a su hija. 

Por su parte, desde la acusación particular se añade el agravante de parentesco, por lo que se eleva la indemnización hasta los 1.500 euros. 

Finalmente la defensa del colombiano ha pedido su absolución. 

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