La cabecera del Tajo supera por primera vez en doce años los 1.000 hectómetros cúbicos de agua embalsada

La Asociación de Municipios Ribereños advierte de la necesidad de mantener este volumen como lámina estable y recuerda que tras un ciclo húmedo pueden llegar largas sequías.
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photo_camera Entrepeñas y Buendía superan los 1.000 hectómetros cúbicos de agua embalsada. - ASOC. MUNICIPIOS RIBEREÑOS

GUADALAJARA.- Los embalses de la cabecera del Tajo, Entrepeñas y Buendía, superan los 1.000 hectómetros cúbicos por primera vez desde el año 2012. Una situación que promete una lámina "decente" de agua de cara al verano, pero ante la que se hace necesario mantener "los pies en el suelo" y ser conscientes de que tras un ciclo húmero pueden llegar largas sequías, por lo que "no conviene dilapidar el agua ante la avaricia de la agroindustria levantina".

Una llamada de atención que se hace desde la Asociación de Municipios Ribereños que, tras muchos años de malas noticias, ve cómo "la esperanza" llama a su puerta, aunque prefieren ser realistas y ponderar que el vaso sigue "medio vacío", puesto que Entrepeñas se encuentra al 58,3 por ciento de su capacidad y Buendía al 32,56 por ciento, por lo que "es mucho todavía lo que podría almacenarse".

Desde la asociación insiste en que este debería ser el mínimo estable que deberían mantener los embalses de cabecera. "Una lámina de alrededor de 1.000 hm3 debería ser el semáforo rojo, no un ámbar o un verde como pregonan desde Levante, donde ya dan por suya el agua de la cabecera del Tajo", subraya el presidente de la organización, Borja Castro.

Y es que, aunque la situación es buena y a pesar de los trasvases se espera un verano con agua, en el que los Ribereños invitan a "descubrir lo maravillosa que es nuestra comarca", ante las voces que ya "se frotan las manos esperando agua a mansalva", Castro advierte que "esta agua es del río Tajo, patrimonio de todos los españoles, no de los regantes".

Por ello, desde la asociación quieren que este sea "un punto de inflexión", para que los embalses puedan cumplir su función de abastecimiento humano y garante de la salud del río cuando se atraviesen periodos de sequía. "Los embalses son cajas de ahorro para los momentos complicados, no pagas extra a dilapidar como si no hubiera un mañana", recalca.

"En Alicante y la Región de Murcia tienen otras fuentes de agua disponible, sin entrar al necesario redimensionamiento de sus regadíos, que deberían afrontar para hacer su industria sostenible y sobrevivir al cambio climático sin destrozar el Mar Menor", añade Castro.

Así, los veintidós municipios de la España rural que defienden la salud del Tajo desde sus embalses de cabecera piden al Ministerio para la Transición Ecológica que acelere el cambio de las reglas de explotación del trasvase y las adecue a las necesidades del río, no a los intereses económicos de una agroindustria que, en su exceso, se muestra perjudicial para el medio ambiente.

Reglas de explotación, cabe recordar, que según lo contemplado en el plan hidrológico del Tajo aprobado en enero de 2023, deberían haberse modificado en un plazo máximo de doce meses y sin embargo, todavía no se ha hecho. Para ello sí se abría hace unas semanas un diálogo entre el ministerio y las partes implicadas, con el objetivo de alcanzar un punto de acuerdo respecto a las nuevas pautas.

Desde Castilla-La Mancha se reclaman medidas para evitar los trasvases "injustos" con el río y se advierte que de no conseguirlo está dispuesta a exigir el cumplimiento íntegro de las sentencias del Supremo respecto a los caudales ecológicos.

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