GUADALAJARA.- Concluye el año hidrológico y los embalses de la cabecera del Tajo lo hacen en cifras muy similares a las de hace un año, con Entrepeñas al 24 por ciento de su capacidad, con 195 hm3 almacenados, y Buendía al 17,11 por ciento, con 291,7 hm3. En total, apenas 486 hm3, frente a los 475 del año pasado.
Datos que subrayan desde la Asociación de Municipios Ribereños de Entrepeñas y Buendía, que lamenta que ni la DANA ni las copiosas lluvias de septiembre hayan conseguido frenar "la sangría", y los embalses continúen perdiendo volumen de agua embalsada, puesto que solo el último cambio en las reglas de explotación y el criterio del Ministerio en nivel 3 han conseguido "amortiguar" en parte los efectos de la sequía.
Los defensores del Tajo y los embalses de Entrepeñas y Buendía asisten así "impotentes" a una situación en la que la Justicia no cesa de darles la razón, pero "los tiempos políticos" frenan actuaciones que son de urgente necesidad. "La salud del Tajo no entiende de política y la investidura fallida de antemano ha dilatado aún más la situación, que ya era agónica", lamentan desde la asociación.
El colectivo considera que cuenta con el apoyo de la Unión Europea, a través de su Directiva Marco del Agua y de la Justicia, que ha ratificado "una y otra vez" las decisiones tomadas por el Ministerio de Transición Ecológica, al que agradecen todo lo avanzado en esta legislatura.
"Los recortes de trasvases han amortiguado el golpe en un año muy difícil, pero el Gobierno de España, ahora en funciones, debe materializar cuanto antes ese nuevo hachazo al Memorándum de Cospedal para elevar la lámina de agua en Entrepeñas y Buendía", reclama presidente de los Ribereños, Borja Castro.
"La gestión del agua en España ha cambiado en los últimos años y deberá hacerlo más para adaptarnos a periodos de lluvias intensas y prolongadas sequías, un escenario en el que embalses como los nuestros, de gestión plurianual, deben adquirir un papel protagónico y satisfacer las necesidades de todos los españoles, no ser relegados a simples aljibes para los caciques de la agroindustria", concluye.
