García-Page: "El indulto sería uno de los más graves errores de la democracia si se produce"

El jefe del Ejecutivo castellanomanchego defiende que el indulto nunca debe tener finalidad política y que en ningún caso debe conllevar una cesión, ni peajes, ni una negociación, al tiempo que advierte de las consecuencias tanto para el país como para el PSOE.
El presidente castellanomanchego, Emiliano García-Page, ha advertido sobre las posibles consecuencias del indulto. | FOTO: JCCM

TOLEDO.- El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, considera que de producirse el indulto a los independentistas catalanes presos por el procés, sería "uno de los más graves errores de la democracia".

Considera que son muchas las razones, los argumentos jurídicos y constitucionales, "pero también políticos" -ha recalcado- para pensar que si esta hipótesis que parece se baraja desde hace meses sería un error histórico.

Así lo ha señalado el jefe del Ejecutivo castellanomanchego, tras recibir en un centro de salud toledano la vacuna contra la covid-19, al ser preguntado por las últimas manifestaciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sobre el posible indulto.

Un contexto en el que ha vuelto a dejar clara cuál es su posición respecto a esta posibilidad de que el Gobierno indulte a los presos del procés. Así ha señalado que como jurista que es, le duele personalmente que se hable permanentemente de la figura del indulto "desde un perfil político". Considera que los indultos "nunca debieran ser ni de origen ni de finalidad política, por su propia definición constitucional", como tampoco -ha precisado- deben ser colectivos.

De este modo cree que el posicionamiento del Tribunal Supremo, mostrándose contrario a que se produzca el indulto, "está muy puesto en razón", aunque incluso en algunos aspectos le parece "moderado".

Pero de igual modo que el indulto no debe tener un perfil político, cree que "menos aún" cuando se hable de indultos deba "parecer una transacción". En este sentido ha subrayado que "en ningún caso" el indulto puede significar una cesión, porque de ese modo sería "exactamente lo contrario de una medida de gracia".

Para García-Page quizás se tendría que haber llegado a una solución política antes que la judicial, pero "en todo caso, distingo". Recuerda que "los culpables del lío en el que estamos medidos son los independentistas" que provocaron a conciencia una crisis constitucional y vulneraron las leyes a sabiendas de que lo hacían, y por ello ahora no hay que engañarse ni inventar cuentos, puesto que "pasó lo que pasó".

Así, desde el momento en que se vulnera la legalidad, "el estado que se considere estado de derecho, tiene que protegerla y hacerlo con decisiones judiciales en última instancia".

Un ámbito judicial en el que ha subrayado la ausencia de controversias a este respecto, puesto que "era evidente lo que estaba pasando" y eso tiene consecuencias. Cree así que "hay que entender que la culpa no las pueden tener las sentencias judiciales", ni ser calificadas "ni de esto ni de aquello".

Así ha querido recordar que hace unos años el "tremendo" cambio político que se producía en España, con una moción de censura a consecuencia de una sentencia brutal contra el partido que entonces estaba en el Gobierno. Una decisión judicial que "comportó un giro por completo en el panorama político español" y que "nadie ha calificado de venganza". "Tiene la misma base de legitimidad aquella sentencia que otras", ha apostillado García-Page. Es por ello que él no entraría a dar "ningún tipo de matiz ni responsabilidad a las decisiones judiciales".

Pese a todo ello, el presidente de Castilla-La Mancha considera que en el fondo "lo más grave" de que se produjera el indulto sería que "la gente que pervirtió a sabiendas, deliberadamente el orden constitucional; la gente que quiso vulnerar mis derechos como español, insisten hoy en que volvería a hacerlo".

Así ha planteado "en qué posición quedaría el que toma la decisión de indultar, sin garantizarse primero la renuncia expresa -aunque no me parezca suficiente-, a volver a las andadas"; pero también "en qué posición quedaría este país" que, en su opinión, sería llevado a "un escenario de frustración colectiva y constitucional de una enorme envergadura".

Y es que aunque se pueda tener la mejor voluntad del mundo, "la voluntad tiene que ser unilateral", puesto que "cuando se quiere perdonar, tiene que ser sin cesión, sin peajes y sin diálogo ni negociación; lo contrario es lo contrario", ha advertido Emiliano García-Page.

Por otra parte, también ha destacado que en su opinión una posible decisión de indultar a los independentistas "no ayudaría en el fondo a enfocar el problema de Cataluña", teniendo incluso más posibilidades de "resultar estéril" al ver que "pueden volver a las andadas sin consecuencia".

"CUANDO LAS COSAS SON LO QUE PARECEN"

Pero García-Page, también secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha, ha aprovechado la ocasión para lanzar un mensaje a su propio partido. Así, como dirigente político, "yo soy del PSOE" -ha recalcado-, "pero mi bandera es la misma que la de todos y lo último que querría es que el indulto injustificado de alguien que todavía quiere seguir haciendo lo mismo, se convierta en una condena para los que toman la decisión o la organización que lo sustenta".

En este sentido ha subrayado que más allá de lo que digan otros partidos, en España "la gente sabe perfectamente lo que pasa", por lo que no hay que llamarse a engaño. "Cuando las cosas son lo que parecen, es muy complicado establecer ningún tipo de argumentario", ha apostillado.

No obstante, Emiliano García-Page cree que "todavía se está a tiempo", por lo que le gustaría que "hubiera un replanteamiento". "Puedo entender las ganas de hablar, de dejar los tribunales a parte de un conflicto político", ha señalado, pero "una solución al problema que plantean los independentistas de Cataluña solo puede empezar cuando los propios independentistas renuncien a volver a las andadas".

Más allá de esto, "los gestos de buena voluntad, si es que lo son, se convierten en posibles errores históricos que conducen a la esterilidad de las soluciones".

Y aunque en este momento no hay una decisión tomada, sí que se trata de una hipótesis que "está tomando cuerpo", por lo que García-Page desea, desde lo más profundo de sus sentimientos, de sus convicciones constitucionalistas y como ciudadano español, así como desde sus "convicciones socialistas", que "no se tome esa decisión".

Preguntado hasta dónde está dispuesto a llegar si se mantiene esta decisión, García-page ha señalado que su conciencia "lo tiene claro", por lo que llegará "hasta donde me permitan mis capacidades, tanto dialécticas como institucionales".

Asimismo se ha mostrado convencido de que el tema terminará en los tribunales, "en el Supremo y cabe que termine en el Constitucional", por lo que "no es una cosa de hoy para mañana".

Por ello se ha adelantado a recalcar que los Presupuestos Generales del Estado que hoy están en marcha "tienen difícil mejoría", por lo que considera que no habría que vincular una posible necesidad de aprobar otras cuentas a esta decisión.

"Aquí tendría que hacer un esfuerzo la oposición en su conjunto, si el gobierno rechazara el órdago independentista no vincularlo a una ruptura de la legislatura", porque de ese modo "todo se pervierte".

García-Page ha recordado que Rajoy ya estuvo tres años con el mismo presupuesto, y el PSOE con el que dejó Montoro otro año y medio. Por ello cree que el presupuesto actual "está preparado para varios años", para la eventualidad de que sea difícil sacar adelante otros en esta coyuntura atomizada de la política española.

"No se me ocurre que haya algo tan sumamente importante como para que resulte una contrapartida", y en sí misma, ha apostillado, "la contrapartida ya me parecería inaceptable en términos políticos y morales".

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