"Cuanta más agua sacabas, más agua había": los pueblos de Toledo golpeados por la DANA no recuerdan algo igual en un siglo

CRÓNICA | Los vecinos de Polán, Argés y Guadamur continúan limpiando sus calles al mismo tiempo que evalúan los daños y hacen memoria sobre fenómenos similares.
Una calle del municipio de Guadamur, en Toledo, inundada el miércoles a causa de la depresión aislada en niveles altos. Foto: ÁNGELES VISDÓMINE
photo_camera Una calle del municipio de Guadamur, en Toledo, inundada el miércoles a causa de la depresión aislada en niveles altos. Foto: ÁNGELES VISDÓMINE

TOLEDO.- Las localidades próximas a Toledo que se han visto gravemente afectadas por la riada de este miércoles se afanan en trabajos de limpieza para que la actividad pueda recuperarse al mismo tiempo que evalúan los daños y hacen memoria sobre fenómenos similares, hace casi un siglo en el caso de Polán.

Los alcaldes de Polán y Argés, Pedro Cano y Jesús Guerrero, y la alcaldesa de Guadamur, Sagrario Gutiérrez, han explicado este viernes cómo se encuentran sus municipios dos días después de la riada que se ha llevado por delante numerosos bienes que todavía están cuantificando.

En el caso de Polán, los trabajos se centran este viernes en quitar tierra y limpiar las calles, según ha dicho el alcalde, quien ha agregado que están evaluando las viviendas afectadas, que estiman inicialmente en unas 40 viviendas y 30 vehículos con independencia de los daños en parques y calles en las que se ha levantado el aglomerado.

Todavía queda reparar el gimnasio y la pavimentación dañada, y en cuanto a las viviendas hay dos "gravemente afectadas", con daños estructurales, cuyos moradores se han tenido que marchar, y otras 50 ó 60 que han visto anegados garajes y otras zonas.

En el yacimiento arqueológico visigodo de Guarrazar se ha caído parte del vallado, ha dicho Gutiérrez quien ha recordado que hace treinta años hubo una riada, pero más localizada "y con 30 centímetros de agua por las calles, no metro y medio como hemos tenido ahora, y la velocidad que tenía la corriente".

El pleno de Guadamur se reunirá este lunes, 6 de septiembre, en sesión extraordinaria y urgente, para la solicitud de zona de emergencia.

En Argés siguen los trabajos iniciales de limpieza y achique de agua, ya que hay muchos locales afectados, y lo prioritario es facilitar el tránsito peatonal y del tráfico.

Ya en una segunda fase se arreglarán jardines y otras infraestructuras, ya que los daños han sido "catastróficos", ha reconocido el alcalde, que ha avanzado que habrá que hacer "grandes obras" para poner a punto las instalaciones.

Entre las zonas más "agresivamente" afectadas se encuentra un gran edificio central, situado en la plaza de la Constitución, dentro del cual se ubica el Ayuntamiento, una farmacia, una entidad bancaria, un restaurante, un comercio, los garajes de un complejo residencial.

Allí ha entrado agua hasta una altura de 1,20 ó 1,30 metros y gran parte del achique que realizaron los bomberos del Consorcio durante la madrugada del jueves fue precisamente en este edificio, donde "fueron muchísimas horas achicando y cuanta más agua sacabas, más agua había", ha precisado el regidor.

En el Ayuntamiento, por ejemplo, se ha visto "muy gravemente afectado" parte del archivo, que estaba en los sótanos.

Además de la plaza de la Constitución, las zonas más afectadas han sido la avenida del campo de fútbol, las calles Javier Molina, Jardín, Nardo y Méjico y las colindantes o transversales a ellas. En cuanto a viviendas, solamente hay una muy afectada, la más próxima al campo de fútbol.

Jesús Guerrero recuerda la fecha de otra gran riada en Argés (se encontraba en un evento familiar y por eso lo recuerda con exactitud): fue el 11 de octubre de 2008, víspera del Pilar, y también fue "muy grande y causó estragos importantes" pero la de ahora "supera con creces los desperfectos".

Argés también se acogerá a la declaración de zona de emergencia, según el alcalde quien ha señalado que "es más necesario que nunca que arrimemos el hombro todas las administraciones" ya sea con la declaración de zona catastrófica o la concesión de una línea de ayudas que pueda sacar la Junta o la Diputación.

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