Memoria y dignidad, Tembleque entrega a sus familias los restos de quince represaliados asesinados por el franquismo

Un emotivo acto ha puesto punto final a tres años de trabajos de investigación, exhumación e identificación de las víctimas que fueron arrojadas 'en caliente' a la fosa común en abril de 1939.
Las familias de quince represaliados asesinados en la cárcel de Tembleque han recibido hoy sus restos. - ASOC. MANUEL AZAÑA
photo_camera Las familias de quince represaliados asesinados en la cárcel de Tembleque han recibido hoy sus restos. - ASOC. MANUEL AZAÑA

TOLEDO.- Ochenta y cuatro años después los familiares de quince de las víctimas de la represión franquista, asesinadas en la cárcel del pueblo y arrojadas 'en caliente' a la fosa de Tembleque (Toledo), han recuperado sus restos, los cuales tras recibir el homenaje de su pueblo, han vuelto a ser inhumados en el mausoleo reconstruido del cementerio de San Isidro y que durante décadas les mantuvo en el olvido.

Un emotivo acto de reparación en el que ha participado el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, así como el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Francisco Tierraseca; el alcalde de Tembleque, Jesús Fernández, y el presidente de la Asociación Manuel Azaña, Isabelo Herreros, junto a representantes de distintas administraciones e instituciones.

Ceremonia que ha tenido lugar en el centro social del Ayuntamiento temblequeño, ubicado en la Plaza Mayor, en cuyo entorno se encontraba la cárcel del pueblo, en la que fueron asesinados los represaliados a los que hoy se homenajeaba.

Un acto de dignificación, reparación y recuerdo a los olvidados temblequeños que en 1939 salieron detenidos de sus casas para nunca regresar, sufrir torturas y morir asesinados por defender los valores de la democracia y la libertad, y al que se ha podido llegar después de tres años de intenso trabajo y esfuerzo por parte de la Asociación Manuel Azaña, en colaboración con las familias de las víctimas y el ayuntamiento de la localidad, contando con ayudas de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática y del Gobierno regional.

Proceso que daba comienzo dando de alta la fosa de Tembleque, para poder iniciar los trámites con la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, en paralelo a una intensa fase de documentación, en la que sirviéndose de fuentes orales, entrevistas con familiares y la búsqueda de datos en el Registro Civil, se pudo dar paso a los trabajos de exhumación de los cuerpos.

Labores de exhumación que se desarrollaron en noviembre de 2022, tras el informe elaborado por los historiadores Joaquín Iborra e Ignacio Cabello, cuya investigación ha permitido arrojar luz sobre lo que sucedió a los cerca de 160 hombres y mujeres que pasaron por la cárcel municipal de Tembleque. Interrogatorios y torturas para conseguir una confesión que les comprometiera, siendo así "juzgados, encarcelados o fusilados por adhesión, auxilio o excitación a la rebelión" contra el gobierno surgido del golpe militar de julio de 1936.

Golpes y torturas que sufrieron todos ellos, como se ha constatado en el análisis de los restos, llegando incluso seis de ellos a ser ejecutados con un tiro en la cabeza.

Algunos de ellos fueron enterrados en esta fosa común del cementerio, la cual permaneció oculta y olvidada cerca de cuarenta años, hasta que en 1977 familiares de las víctimas se hicieron con la propiedad del espacio que ocupaba y financiaron la construcción de un panteón conmemorativo.

Tras recuperar los restos de la fosa, llegó el momento de la identificación de los represaliados. Labores que el pasado mes de agosto llevaban a poner nombre y devolver la dignidad a doce de ellos, y que ahora tras completarse las investigaciones concluyen con la entrega de los restos a las familias de las víctimas y la reinhumación, ahora no de forma anónima, en un mausoleo que recuerda a quienes murieron en la defensa de sus valores.

Fosa que durante décadas fue testigo silencioso del proceso de depuración ideológica llevado a cabo en Tembleque, y al que hoy han vuelto los restos de catorce de las quince víctimas a las que ya se han conseguido identificar.

No lo harán los restos de José Domingo Martínez, cuyo hijo, a sus 84 años, podrá cumplir con la promesa que hizo un día de enterrarlo junto a su madre.

Pendientes de poner nombre y apellido, así como la historia que les llevó a esa fosa, quedan los restos de una mujer y un niño, también localizados durante el proceso de exhumación, y de los que no se tienen datos.

De este modo Tembleque, los familiares de las víctimas y sus vecinos, han cerrado este sábado el capítulo del olvido en que los republicanos represaliados en la fosa de abril de 1939 han estado sumidos durante más de ocho décadas. Un acto cargado de emoción y de reivindicación de la memoria de quienes perdieron su vida por la barbarie de aquellos que nunca creyeron en la democracia y la libertad.

Comentarios