Una familia de Toledo busca ayuda para comprar un barco con el que salvar vidas en el Mediterráneo

  • Los López-Lancha quieren adquirir una embarcación de medio millón de euros para colaborar en el rescate de personas que huyen a través del mar de países como Libia.
  • Hace un año y medio consiguieron que su campaña de recogida de ropa térmica para refugiados en la frontera de Serbia desbordase todas las previsiones.

TOLEDO.- Una familia toledana se encuentra tras la última iniciativa puesta en marcha para tratar de ayudar a los miles de personas que cada día se embarcan para intentar cruzar el Mediterráneo en busca de un futuro mejor en Europa. Un proyecto humanitario que pasa por comprar, equipar y botar un barco, con el objetivo de socorrer y evitar la deportación de las personas rescatadas en alta mar a sus países de origen.

Propósito que difundía a través de sus redes sociales el que fuera director de la Biblioteca de Castilla-La Mancha, Juan Sánchez, quien en su perfil de Facebook reproducía el mensaje recibido de esta familia, que pretende poner en marcha un "barco-salvador" para el que se encuentran recopilando apoyos -según indican- por todo el país.

Se trata del matrimonio formado por Sagrario Lancha y Gerardo López Laguna, y de su hijo Juan López Lancha; una familia que desde hace años vienen dedicándose a atender a los más necesitados, prestando especial atención a los refugiados, todo ello desde su convicción cristiana, según ellos mismos han relatado en diversas ocasiones.

Unos valores que son el punto de partida del proyecto, que sin embargo se encuentra abierto "a todo hombre y mujer de buena voluntad", que quiera sumarse a esta iniciativa promovida por un grupo de personas de diversas procedencias. Toledo, Barcelona, Madrid, Ibiza, Málaga e Italia son algunos de los lugares desde los que se ha fraguado esta propuesta, cuyos promotores han conseguido dar un barco que se encuentra amarrado en Málaga, el cual podría servir para esta misión de rescate.

Así lo indican en el mensaje emitido para dar a conocer su proyecto, en el que subrayan su intención de poner en marcha una misión de rescate "en aguas del Mediterráneo o allá donde mueren hermanos y hermanas que huyen y migran buscando un futuro mejor".

Aseguran que el barco ha sido ya inspeccionado, "junto con un amigo de Barcelona conocedor del mar" -precisan-, así como por un capitán de barcos mercantes y un jefe de máquinas que, según detallan, trabajaría actualmente en Salvamento Marítimo. Personas que estarían dispuestos a ayudarles en esta misión "con todo lo que puedan", y si les fuera posible "participar en esta misión".

"EVITAR QUE ALGUIEN MUERA AHOGADO"

Los promotores de la iniciativa son conscientes de las complicaciones del panorama político actual, pero también que "el drama migratorio va en aumento". Por ello subrayan que "la única pretensión" de esta iniciativa "es evitar que alguien muera ahogado en el mar".

Y aunque precisan que se contará en el proyecto con la participación de un sacerdote malagueño, subrayan que "creyentes o no", basta con que estén dispuestos a ayudar, están llamados a sumarse a esta misión de rescate. "La motivación es salvar a personas y la postura un público desacuerdo con la política migratoria y con la injusticia".

Así, y tras dejar claros sus objetivos, pasan a detallar lo que necesitan para poder sacar adelante el proyecto. Lo primero es el dinero para comprar el barco, "prepararlo, abanderarlo, equiparlo" y obtener los certificados oportunos, para pasar así las correspondientes inspecciones. Gestiones que estiman tendrán un coste de medio millón de euros. A esto habrá que sumar más dinero para hacer frente al mantenimiento del barco una vez en marcha la misión, gastos del puerto, equipamiento, combustible, víveres y reparaciones, explican en su comunicado.

Un barco al que dicen quieren bautizar con el nombre 'Boza', que según explican responde al "grito de triunfo que lanzan cuando son rescatados o llegan a su meta".

Pero además de los fondos necesarios para la adquisición y puesta en funcionamiento del propio barco, también buscan personal para atenderlo. Se buscan así un capitán primero y segundo, capacitados para dirigir un remolcador de altura multifuncional de 47 metros; un jefe de máquinas y su ayudante; marineros, médicos, enfermeros y ATS, así como "todo tipo de voluntarios dispuestos a ayudar de cualquier manera".

Todo ello de manera desinteresada puesto que, dejan claro, "el sueldo es inexistente", puesto que "Dios lo pagará".

Respecto a los plazos para la puesta en marcha de la misión, explican que dependerán "del dinero y las gestiones", que de comenzar ahora se extenderían durante "dos o tres meses".

Pero en su llamamiento tampoco olvidan plantear las "situaciones hipotéticas" que se podrían plantear una vez en alta mar y tras rescatar a las personas. Así señalan que "la convicción primera" será la no colaboración con la deportación voluntaria de personas a Libia u otro país del que salgan.

Para recibir las aportaciones económicas a la iniciativa, detallan un número de cuenta bancaria que estaría a nombre del matrimonio promotor de la iniciativa, Sagrario Lancha y Gregorio López, y se gestionaría a través de la Asociación Zaqueo Toledo.

Concluyen esta presentación de su proyecto, asegurando que no se trata de algo suyo, sino que "es responsabilidad de todos", de ahí que realicen esta llamada. Confían en recibir "la respuesta de muchos", invitando así a todos a partir "hacia los que sufren".

HACE UN AÑO, ROPA TÉRMICA PARA SERBIA

Pero este no es el primer llamamiento en busca de ayuda que realiza esta familia. Así, en enero de 2017 conseguían movilizar a decenas de personas en la provincia de Toledo en una singular campaña de recogida de ropa térmica para los refugiados.

Una campaña difundida a través de Whatsapp, que consiguió en tan solo unos días recopilar cientos de prendas con el objetivo de que pudieran ser entregadas en los campos de refugiados de la frontera de Serbia.

Todo comenzó tras ver los efectos de la ola de frío que arreciaba en la zona, para lo cual la madre de esta familia, Sagrario, decidió redactar un mensaje que hizo llegar a una veintena de personas, para que recogieran ropa términa y la almacenaran en un salón de la parroquia de Santa Beatriz de Silva, en el barrio toledano de Valparaíso. Un llamamiento que empezó a circular por toda la ciudad, llegando también a numerosos pueblos de la provincia, lo que hizo que la iniciativa llegara a "desbordarse".

Fue tanta la cantidad de ropa de abrigo recibida, que a esta familia se le quedó pequeña la furgoneta que habían alquilado para hacer el viaje, pudiendo únicamente llevar consigo 700 lotes de ropa térmica. El resto decidieron entregarlo a Cáritas, para que desde esta organización se pudieran ocupar de su distribución entre las personas más necesitadas.

DE ULTRADERECHA A AYUDAR A REFUGIADOS

Una iniciativa con la que esta familia toledana saltó a los medios de comunicación locales. Sin embargo, no era tampoco la primera ocasión en la que los López-Lancha explicaban a la prensa su trabajo con los refugiados. Así, por ejemplo, Gerardo López era entrevistado en noviembre de 2015 por El Español, donde detallaba la experiencia vivida en su reciente viaje a Eslovenia para ayudar a los refugiados que trataban de alcanzar Croacia, y confesaba haber pasado "de la extrema derecha a acoger refugiados iraquíes". Y es que, según detallaba López en dicha entrevista, durante sus años de juventud llegó a encontrarse "perdido", contando entre sus amigos a Ricardo Sáenz de Ynestrillas; una época en la que pasó un par de veces por la cárcel y de la que consiguió salir tras encontrar respuestas "en el cristianismo, y después en mi mujer, Sagrario".

Así relataba el primero de sus viajes a la frontera entre Eslovenia y Croacia, a 2.000 kilómetros de Toledo, para llevar una furgoneta cargada de ropa, mantas y comida, a los centenares de refugiados que se hacinaban allí a diario tratando de alcanzar el corazón de Europa. Una aventura en la que ya entonces estaba embarcada toda la familia, con la que ahora también pone en marcha el proyecto del barco-rescatador.

Para su hijo, Juan López Lancha, el contacto con los medios tampoco es nuevo. Así, en julio de 2014, relataba su experiencia misionera en Perú, impulsado a compartir su experiencia desde la Delegación de Misiones de Toledo, cuyo responsable le entrevistaba y recogía en un artículo publicado en varios medios de la región.

Entonces tenía 19 años recién cumplidos, y aseguraba haber decidido entregar su vida a los pobres "a tiempo completo". Recordaba entonces la vinculación existente en su familia a la figura del sacerdote toledano José Rivera -entonces en proceso de beatificación- y del que aseguraba sus padres eran "hijos espirituales" del mismo.

Al igual que hiciera su padre un año después, explicaba que a él Dios le había "sacado de la mierda directamente", porque había hecho "cosas que no se debían hacer y sobre todo mucho daño a la gente que me quería", afirmaba. Una situación de la que consiguió salir, aseguraba, y de ahí su "compromiso misionero" que ya le había llevado ese año a viajar a la India y a Perú para entregarse a los pobres.

Una familia que ahora se embarca en este nuevo proyecto, para el que dicen contar ya con apoyos, aunque de momento falte el dinero para poder comprar el barco.

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