Bailes, botargas, baños en el río y otras costumbres para celebrar el año en Castilla-La Mancha

El avance de la sexta ola del coronavirus vuelve a marcar una vez más la forma de despedir el año y recibir al nuevo en los hogares y en los municipios del conjunto de España, también en Castilla-La Mancha, donde hay localidades que tienen sus propias costumbres, algunas de las cuales se podrán celebrar y otras tendrán que esperar a una mejor situación al finalizar el 2022.
Robledillo de Mohernando (Guadalajara) recibe el año nuevo con su tradicional botarga de  casados. | TURISMO GUADALAJARA
photo_camera Robledillo de Mohernando (Guadalajara) recibe el año nuevo con su tradicional botarga de casados. | TURISMO GUADALAJARA

TOLEDO.- Comer las 12 uvas y practicar diversos rituales para despedir el año y dar la bienvenida al siguiente son tradiciones más universales pero en algunos rincones de Castilla-La Mancha tienen unas costumbres muy particulares y originales que pasan por bailes, botargas, baños en el río o representaciones de autos sacramentales que este año siguen marcadas por la pandemia de la covid-19 y solo algunas podrán llevarse a cabo.

Son numerosas estas costumbres singulares en muchos pueblos de la región castellanomanchega en las que participan todas las generaciones y se implican los vecinos de las localidades que buscan en las manifestaciones culturales hacer de la Navidad un tiempo distinto.

Algunas de estas diferenciales tradiciones están incluso declaradas Fiestas de Interés Turístico Regional y atraen a visitantes que quieren vivir estas costumbres arraigadas en municipios de la comunidad autónoma que forman parte de su idiosincrasia, y hay otras que no son tan reconocidas pero sí conocidas por los vecinos del entorno.

Una de estas tradiciones, que se mantiene este año a pesar de la sexta ola de la covid-19, son 'Los bailes del Niño' de Caudete (Albacete), organizados por la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús para rememorar la alegría de los pastores ante el nacimiento del Jesús.

Si la pandemia lo permite, esta localidad albaceteña concluye el año 2021 y da la bienvenida al 2022 con bailes en la plaza de la Iglesia, cuyo origen se remonta a finales del siglo XVI y principios del siglo XVII, cuando tras varias revueltas moriscas, la Diócesis de Orihuela -a la que pertenecía Caudete desde el año 1565- reforzó la estructura eclesiástica de la zona y unos años después, en 1576, nació la Cofradía con el objetivo de ensalzar la celebración de la Navidad y desde 1613 hay constancia de los tradicionales bailes.

Desde entonces, esta celebración se establece en torno a un Reinado Infantil y dos Reinados Adultos, que forman más de 250 parejas de bailadores, que confluyen en la procesión de la imagen del Niño Jesús el 1 de enero.

Además, la peculiaridad de las parejas es que son las mujeres las que buscan a su compañero de baile y, en el caso de los adultos por tratarse de dos días, realizan los mismos bailes durante las dos jornadas.

Este año el formato acordado por la Cofradía para 'Los bailes del Niño' no incluye ambos reinados ni la llamada 'Noche de puja', en la que los bailadores compiten por bailar con los nombrados reinas y reyes, con el objetivo de poder cumplir así con la normativa sanitaria y siempre con la prudencia de tener que adaptar los actos a la situación que sobrevenga.

Con todo, el día 25 de diciembre estaban programados los bailes infantiles con la concentración de las parejas de bailadores en una plaza y un pasacalles hasta otra plaza donde los bailes se suceden durante una hora aproximadamente.

Los bailes de adultos están previstos para el 2 y 6 de enero, con el mismo formato y la ejecución de tres jotas como tradición ineludible, y todos los participantes -niños y mayores- y también el público debe respetar el uso de la mascarilla y la distancia de seguridad.

Esta tradición de los caudetanos pone ese toque singular a estas fiestas en la provincia de Albacete, pero también hay otras provincias que cuentan con costumbres diferentes como la de Guadalajara, donde el municipio de Robledillo de Mohernando celebra 'La botarga de los casados'.

También pendiente de la evolución de la pandemia, aunque el año pasado sí mantuvo la tradición, el 1 de enero un personaje enmascarado, conocido como 'botarga' y vestido con un traje de telas de colores amarillo, rojo y verde; recorre las calles de Robledillo persiguiendo a niños y mozas, llamando a las puertas y pidiendo limosna hasta que repican las campanas para la misa de Año Nuevo.

La persona disfrazada de botarga porta una rama de árbol con la que golpea y anuncia su llegada a calles y casas con unas campanillas que lleva a la cintura y cascabeles por todo el traje, y los vecinos esperan con entusiasmo su llegada para celebrar así el nuevo año.

Y mientras en Albacete bailan y en Guadalajara reciben al enmascarado, la provincia de Ciudad Real acoge otras tradiciones y costumbres entre las que destaca una pasada por agua como es el fin de año en el río Bullaque, que en este final de 2021 había sido cancelado ante el avance de la variante ómicron y el pésimo estado del río.

Este año no, pero cada 31 de diciembre, salvo en 1995 y en 2020 que se hizo de forma virtual, los vecinos de El Robledo y de localidades cercanas, hace más de 25 años, cumplen la tradición de despedir el año dándose un baño en las aguas del río Bullaque con la finalidad inicial de festejar el caudal después de que en los años 90 se secara tras un largo período de sequía.

A pesar de la cancelación decretada por el Ayuntamiento, la imagen del chapuzón en las aguas heladas del Bullaque ha vuelto a disfrutarse este año, después de que alrededor de medio centenar de personas, en su mayoría jóvenes, hayan decidido no saltarse la tradición y zambullirse en el río.

Otra de las sonadas cancelaciones este año de tradiciones de Castilla-La Mancha es la del Auto Sacramental de los Reyes Magos de Vianos (Albacete), que tampoco ha podido resistir a la rápida propagación de la variante ómicron y al aumento de los casos positivos en el municipio, por lo que el Ayuntamiento ha decidido suspenderlo en una reunión urgente el día de Navidad a raíz de los consejos de las autoridades sanitarias para evitar todo tipo de actos que reúna a muchas personas y supongan el riesgo de contagios masivos.

Pese a celebrarse en su mayor parte al aire libre, el Consistorio de este municipio albaceteño no puede garantizar la seguridad de los asistentes ni el distanciamiento social de sus vecinos ni de la afluencia de público que a menudo se da cita en Vianos para conocer y disfrutar de su auto sacramental declarado Fiesta de Interés Turístico Regional que se celebra en la madrugada del 5 al 6 de enero desde el siglo XIX.

Representa 147 versos de uno de los autos de fe más antiguos de España, tuvo su mayor época de esplendor en los años 40 del siglo XX y después dejó de representarse en el año 1959 y fue recuperado en 1978.

El texto original al que dan vida más de una decena de vecinos de Vianos consta de ocho actos que corresponden al Auto de los Reyes Magos del siglo XII encontrado en el Cabildo de la Catedral de Toledo, escrito en castellano antiguo y que narra el encuentro de los tres Reyes Magos en su peregrinar para adorar al Niño.

Todas estas tradiciones, la mayoría vinculadas a las celebraciones eclesiásticas de estas fechas y otras con un marcado carácter de encuentro social, se celebren o no a causa de la pandemia, hacen de Castilla-La Mancha un lugar singular para celebrar la entrada y salida de año.

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