Un viaje para descubrir los misterios del universo sin moverse de Castilla-La Mancha

El Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha, ubicado en Cuenca, cumplía en enero 23 años desde su inauguración. Una apuesta consolidada y una opción pedagógica, a la vez que lúdica, para profundizar en el conocimiento del origen del planeta y su evolución.
A lo largo del recorrido el visitante del Museo de las Ciencias puede encontrarse con lugares únicos para conocer todo sobre la observación del cielo.
photo_camera A lo largo del recorrido el visitante del Museo de las Ciencias puede encontrarse con lugares únicos para conocer todo sobre la observación del cielo.

TOLEDO.- Para los amantes de las ciencias y para quienes quieren empezar a descubrir o dar respuesta a muchas de las preguntas que genera el origen del universo, el Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha se convierte en un oportunidad única, además de una alternativa perfecta para un turismo diferente con base en la ciencia.

La ciudad de Cuenca acoge desde el año 1999 la sede de este museo que invita a viajar en el tiempo y a conocer la Tierra, la exploración geológica de Marte, la importancia de la investigación espacial, la teledetección, la meteorología y el clima, así como acerca al debate sobre el cambio climático y el uso responsable e impacto de las energías renovables.

El Museo de las Ciencias implica al visitante de una manera muy especial porque interacciona con él, puede no solo ver y escuchar sino también participar, tocar y ser parte de los contenidos, las instalaciones y los módulos experimentales que alberga.

En pleno casco histórico de la capital conquense, en la plaza de la Merced, el museo consta de dos edificios, un antiguo convento y una construcción más contemporánea que han ido evolucionando con el paso de los años y han tenido algunos hitos destacables como la articulación del contenido interactivo en el recorrido por las áreas 'Historias de futuro' y 'El motor de la vida' en 2009, y una mejora en 'Los tesoros de la Tierra' en 2017.

Cuenta con dos espacios expositivos temporales con una temática que va variando, en concreto el espacio principal está destinado a exposiciones temporales en el sótano del edificio de 450 metros cuadrados, y en la planta principal hay otro pequeño espacio de 50 metros cuadrados.

En la actualidad, no hay ninguna exposición temporal en el sótano, pero en la planta principal se puede disfrutar de la muestra '50 años en la Luna', que hace un recorrido por la carrera espacial, con imágenes y datos muy interesantes sobre este hecho histórico y prensa de la época gracias a la colaboración de coleccionistas e investigadores.

La exposición muestra, entre otras cosas, el primer satélite artificial que orbitó el planeta, el Sputnik I; el primer ser vivo en órbita terrestre, la perra Laika; o el primer ser humano que pisó la Luna el 21 de julio de 1969, Neil Armstrong, que pronuncio una frase para la historia: "Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad".

Si el museo en sí ya es una experiencia única, el planetario es uno de sus grandes atractivos, una cúpula de 10 metros con 74 butacas en la que poder ver una reproducción del cielo nocturno con unas 7.000 estrellas visibles, los planetas y la Luna.

La incorporación del sistema digital al planetario permitió que los programas contengan animaciones y que puedan realizarse sesiones astronómicas en directo, además de que, en conjunto, el planetario tiene un objetivo claramente didáctico pero también compatible con actividades científicas, educativas y divulgativas.

Es tal el potencial del Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha que tiene un amplio programa de actividades a lo largo de todo el año, sobre todo con talleres participativos además de las visitas en grupos de hasta 30 personas -para respetar las medidas covid por la pandemia- de la mano del personal de sala del museo y las visitas, también guiadas, para grupos escolares.

También creó el Experimentarium y Laboratorio para aplicar una metodología experimental y activa, dirigida por personal especializado y adaptada a las necesidades e intereses de los participantes en estas actividades.

En definitiva, el Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha es, cuando menos, un elemento más al alcance de quienes quieren practicar el llamado turismo científico que da a conocer lugares que tienen relación con las ciencias y los personajes que forman parte de su historia y que han dejado un legado que pervivirá durante siglos.

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