Siguiendo las huellas de los juglares y El Cid, una invitación a recorrer Guadalajara en 24 o 48 horas

A completar en uno o dos días y en cualquier época del año, dos propuestas para descubrir fortalezas, villas y plazas con sabor a medievo.
Hita, la villa del Buen Amor, es el punto de partida de la ruta de los juglares medievales. - AYTO. HITO
photo_camera Hita, la villa del Buen Amor, es el punto de partida de la ruta de los juglares medievales. - AYTO. HITO

TOLEDO.- Cualquier fin de semana puede ser una ocasión perfecta para aprovechar y hacer turismo por Castilla-La Mancha y, en solo dos días, poder recorrer los caminos que hicieron los juglares medievales o El Cid en municipios, en este caso, de la provincia de Guadalajara.

Se trata de pequeñas rutas por lugares que pisaron en su día, en primer lugar, juglares medievales como el famoso arcipreste de Hita, localidad conocida como la Villa del Buen Amor y el punto de partida de la ruta que bien se puede recorrer en 24 horas.

Hita conserva la puerta de su muralla y el castillo en el cerro de cuando vivió el famoso arcipreste y todos los años vuelve a la Edad Media con su festival medieval que celebra el primer fin de semana de julio.

De Hita, la ruta pasa a Jadraque, una localidad con una fortaleza-palacio mandado a erigir por Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza, conde del Cid, en el siglo XV y los visitantes a este lugar no pueden dejar de probar el cordero y cabrito asado al horno de leña típico de este municipio guadalajareño.

La siguiente parada es Atienza, villa amurallada donde también poder degustar la gastronomía de la tierra y divisar desde la altura de su castillo cómo fue la frontera entre cristianos y musulmanes, además de que el domingo de Pentecostés acoge la tradicional Caballada, que recuerda la salvación del rey Alfonso VIII sacándolo de la ciudad.

La pedanía de Imón, con su explotación de sal de roca conservada desde tiempos romanos; Riba de Santiuste, con un castillo que mantiene sus salas, torres, salones interiores y paseo de ronda intactos desde la Edad Media; y Palazuelos, con su muralla y el característico picote en la plaza como columna que simboliza que un juez nombrado entre los vecinos impartía justicia, completan esta ruta de los juglares de un día.

La de 48 horas, siguiendo el rastro de los artistas ambulantes de la Edad Media, tiene como punto y seguido Sigüenza y como llegada Molina de Aragón.

Sigüenza o la ciudad del Doncel es eminentemente medieval, ya que no ha sufrido grandes transformaciones desde la Edad Media y su casco histórico devuelve al visitante a los siglos del románico, pero además de su patrimonio también ofrece turismo de tiendas y gastronómico así como una pequeña ruta por las puertas de su antigua muralla, la puerta del Sol, la del Toril y la puerta Nueva.

Por su parte, Molina de Aragón fue la capital del señorío independiente de los reinos castellano y portugués e invita a pasear desde la plaza de España hasta el puente por una zona típicamente medieval, conocer sus casas-palacio de los marqueses de Villel, de los Montesoro y de los Arias, además del palacio del virrey de Manila, Juan Valdés y Tamón, y su gran castillo desde cuya torre de Aragón se puede observar toda la comarca; así como da la posibilidad de degustar un dulce original y exclusivo como las uñas de vaca.

No solo los juglares pueden ser un 'guía turístico' estupendo por tierras guadalajareñas sino que también lo es el Cid, en base a cuya figura se plantean dos rutas, la de su conquista y la del destierro, ya que este caballero del rey Alfonso VI fue desterrado del reino de Castilla en el siglo XI pero antes de conquistar Valencia, organizó varias incursiones en una de las cuales su lugarteniente, Álvar Fáñez, tomó la ciudad de Guadalajara.

La ruta de la conquista del Cid también puede realizarse en 24 o 48 horas, la primera desde la iglesia románica de Campisábalos hasta las Lagunas de Puebla de Beleña con bellos parajes donde observar aves migratorias, pasando por Galve de Sorbe -donde visitar el castillo de don Juan Manuel autor de El Conde Lucanor-, Condemios de Arriba -ejemplo de arquitectura negra-y Cogolludo -con el Palacio Ducal de Medinaceli y las ruinas de su castillo-.

Sin embargo, la ruta de 48 horas que rememora la conquista del Cid Campeador comienza en la señorial Jadraque, donde visitar la Casa de los Verdugos, la Casa de las Cadenas, la Casona de san Juan y el Castillo del Cid, pero no el antiguo caballero sino el hijo del cardenal Mendoza que construyó esta fortaleza para resaltar su grandeza y su supuesta descendencia del Cid histórico.

Continúa por Hita, Castillo de Torija -muy bien conservado y que acoge el Centro de Interpretación Turística de la provincia de Guadalajara- y culmina en Guadalajara capital, con su puente sobre el río Henares y el Alcázar como escenario de lucha de Alvar Fáñez.

Algunos de estos municipios se repiten en la propuesta de la ruta del destierro del Cid por el norte de Guadalajara, por donde huyó Rodrigo Díaz de Vivar en el siglo XI y aún hoy conservan su espíritu.

En este caso, la ruta prevista para hacerla en un día tiene su origen en Miedes de Atienza, donde el turista puede disfrutar de un gran pilón circular en la plaza, casas y palacios del siglo XVIII y enterramientos de la nobleza local en su iglesia; pasa por Atienza, donde el Cid visitó su castillo; sigue por el castillo de Palazuelos y termina en Sigüenza.

De su lado, la ruta del destierro del Cid de dos días descubre otras localidades de la provincia de Guadalajara como Estriégana, origen de este recorrido y donde destacan sus casonas de arquitectura popular que datan del siglo XVII; Maranchón, con tres torres muy características y una casa de picos que recuerda al Palacio del Infantado de la capital; y Rillo de Gallo, que conserva la memoria del Cid en su callejón del Arco; para culminar también en Molina de Aragón.

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