Cinco procesiones que no te puedes perder esta Semana Santa en Castilla-La Mancha

El Cristo Redentor por los cobertizos de Toledo, la procesión del Silencio de Albacete, Las Turbas de Cuenca, la Pasión Viviente de Hiendelaencina y el Santo Entierro de Ciudad Real son las propuestas para recorrer la región durante estos días.
El canto del miserere a la luz de los faroles que portan los caballeros penitentes es uno de los momentos destacados de la procesión del Cristo Redentor en Toledo.
photo_camera El canto del miserere a la luz de los faroles que portan los caballeros penitentes es uno de los momentos destacados de la procesión del Cristo Redentor en Toledo.

TOLEDO.- Tiempo de vacaciones y tiempo de recogimiento, la Semana Santa invita a disfrutar estos días desde el sentimiento religioso pero también desde el punto de vista turístico, pues son muchos quienes se desplazan a otros lugares para conocer la idiosincrasia de territorios como Castilla-La Mancha y sus fiestas, reconocidas por su interés turístico regional, nacional e internacional.

La Semana Santa de Castilla-La Mancha tiene sus peculiaridades como el resto de España y en esta comunidad autónoma prima en general el silencio en los recorridos procesionales de los cofrades y visitantes, en una festividad religiosa que vuelve a las calles después de dos años de pandemia por la covid-19 que ha impedido que los pasos salieran de sus sedes canónigas para realizar su habitual itinerario por calles y plazas.

Esta ruta por la Semana Santa castellanomanchega comienza la noche del Miércoles Santo en Toledo, cuya celebración está declarada de Interés Turístico Internacional desde el año 2014, con la procesión del Cristo Redentor y su capítulo de caballeros penitentes que este año celebra, además, su 75 aniversario.

Este capítulo fue fundado en la primera mitad del siglo XX, por lo que salió por primera vez a las calles toledanas en la noche del Miércoles Santo de 1947 para realizar un vía crucis de catorce estaciones portando a hombros la imagen del Cristo por angostas calles del Casco Histórico de la capital en tandas de caballeros separadas entre sí por un penitente que lleva una pesada cruz de madera.

La imagen del Cristo Redentor es una talla de madera policromada de autor desconocido de principios del siglo XVIII que desde 1859 permanece en el monasterio de santo Domingo El Real, origen y destino de la procesión, y representa a Cristo camino del calvario con su cruz a cuestas a punto de sufrir una caída e hincando la rodilla abatido por el peso y una cara que refleja el dolor y el sufrimiento a la vez que la resignación y la serenidad que transmite su mirada.

El silencio es, sin duda, la característica de este recorrido, solo roto por un tambor destemplado que marca el paso junto a la cruz guía y una campana donada por las monjas dominicas que cuelga de una viga de madera que portan los caballeros más jóvenes y cuyos toques inician el canto del miserere.

El punto álgido de esta procesión y el que desprende una mayor belleza es el paso del Cristo por los cobertizos de Toledo, el de san Pedro Mártir y el de santo Domingo El Real, que congrega a numerosos fieles y visitantes a pesar del estrecho espacio para disfrutar de este momento único de la Semana Santa toledana.

El Jueves Santo nos traslada a Albacete, cuya Semana Santa es de Interés Turístico Nacional desde marzo de 2017, donde a las doce en punto de la noche hace su salida de la parroquia de la Purísima Concepción hacia la Catedral el Cristo del Consuelo.

Los establecimientos del itinerario por el que pasa esta procesión apagan las luces de sus escaparates y la imagen del Cristo recorre por la oscuridad las calles de la capital albaceteña.

Es precisamente el silencio que la envuelve y la oscuridad cómplice la que hace especial esta procesión de la Semana Santa de Albacete, a la que no dudan en acudir numerosas personas para vivir este momento tan especial.

La tercera parada es en la otra Ciudad Patrimonio de la Humanidad de la región, Cuenca, que cuenta con una Semana Santa también reconocida a nivel internacional y en la que destaca la procesión Camino del Calvario conocida popularmente como Las Turbas, en la madrugada del Viernes Santo, casi al alba, con la salida del Nazareno desde El Salvador.

Las Turbas están formadas por 'actores' que representan la burla que sufrió Jesús camino de la Cruz y, para ello, cuentan con el ruido estruendoso de tambores y clarines aunque también hay momentos para el respetuoso silencio como cuando se canta el miserere en la escalinata de la iglesia de san Felipe Neri.

El recorrido por la Semana Santa de Castilla-La Mancha continúa por la provincia de Guadalajara, porque si bien la festividad de la capital está declarada de Interés Turístico Regional desde el año 1999 y es una muestra viva de la religiosidad y de la cultura popular, lo cierto es que en esta provincia el Viernes Santo, en Hiendelaencina, tiene lugar uno de los eventos más singulares de estas fechas.

La representación de la Pasión por actores no profesionales -gente del pueblo-, que preparan ellos mismos el vestuario y los escenarios, cumple este año su 50 aniversario, ya que fue en 1972 cuando se realizó por primera vez en Guadalajara y en España, y su importancia le ha llevado a lograr la catalogación de Interés Turístico Regional y la aspiración del reconocimiento a nivel nacional.

Los actores reviven desde el mediodía del Viernes Santo la última cena y otras escenas como la oración en el huerto de los Olivos, el juicio ante Caifás y Pilatos, la subida del Calvario y la Crucifixión, que se representa en un monte a las afueras, lo que le otorga una gran espectacularidad.

Y la última parada, también en Viernes Santo, es en la gran procesión del Santo Entierro de Ciudad Real, capital que también tiene una Semana Santa de Interés Turístico Nacional, que reúne a distintas cofradías y hermandades ante majestuosos pasos que recorren la ciudad.

La tarde del Viernes Santo en Ciudad Real se inicia con la procesión de una hermandad centenaria como es la del Santísimo Cristo de la Piedad, que en la actualidad preside el altar mayor de la Catedral.

Procesionan, de igual forma, el Descendimiento de la Cruz, un paso formado por seis imágenes (la Virgen, María Magdalena, José de Arimatea, Nicodemo, san Juan y el Cristo); la Hermandad de las Angustias con la Virgen con el cuerpo de Jesús en sus brazos, y el Santo Sepulcro con Cristo yacente asistido por los ángeles.

Cierra esta procesión la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores, conocido como el Ave María, con una dolorosa bajo palio de bambalinas.

En definitiva, muchas y muy variadas son las propuestas pasa pasar la Semana Santa en Castilla-La Mancha, aprovechar este tiempo vacacional para hacer turismo de interior y disfrutar de la belleza y sobriedad de estas fiestas en las cinco provincias.

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