Más de 2.000 kilómetros sobre dos ruedas para descubrir las cinco provincias de Castilla-La Mancha

La moto es una alternativa perfecta para recorrer las diversas rutas y llegar a todos los rincones de esta comunidad autónoma.
Las posibilidades para los amantes de las dos ruedas para recorrer y descubrir las tierras castellanomanchegas son infinitas. - TURISMO CLM
photo_camera Las posibilidades para los amantes de las dos ruedas para recorrer y descubrir las tierras castellanomanchegas son infinitas. - TURISMO CLM

TOLEDO.- Sobre ruedas y a los mandos de una motocicleta. Castilla-La Mancha se deja ver de cualquier manera y su riqueza turística es tal que recorrer carreteras y caminos en moto es una posibilidad más del gran abanico que ofrece esta región.

Cinco rutas moteras, con un total de 2.092 kilómetros, invitan a descubrir las cinco provincias castellanomanchegas de una manera diferente y conocer cultura, patrimonio, naturaleza y gastronomía con la libertad que ofrece este medio de transporte.

Las rutas diseñadas para recorrer en motocicleta por Castilla-La Mancha corresponden a cada una de las provincias y cada cual tiene una distancia diferente pero todas se pueden recorrer en dos días.

La más larga es la de la provincia de Ciudad Real, con 483 kilómetros divididos en dos etapas y ocho paradas, con un trazado que pasa por parte del camino narrado por Cervantes en su obra universal del Quijote.

Esta ruta ciudadrealeña parte de Campo de Criptana y concluye en la capital, aunque la primera etapa termina en Villanueva de los Infantes y la segunda comienza en Viso del Marqués.

Campo de Criptana ofrece al viajero la imagen más característica de los molinos contra los que don Quijote luchó al pensar que eran gigantes y están declarados Bien de Interés Turístico Cultural (BIC), y la belleza de su barrio denominado el 'Albaicín Criptano'.

La segunda parada de esta primera etapa es Argamasilla de Alba, el lugar donde fue encarcelado Cervantes, en concreto en la Casa Cueva de Medrano que se puede visitar, y uno de los municipios que reclaman ser el punto de partida del hidalgo caballero. A tan solo 12 kilómetros bien merece parar la moto para disfrutar del castillo de Peñarroya, junto a la presa del embalse del mismo nombre.

El recorrido continúa por Ruidera, en la comarca del Campo de Montiel, con su Parque Natural de las Lagunas de Ruidera y el salto de agua conocido como el Hundimiento de Ruidera; y la última parada de la primera etapa es Villanueva de los Infantes, que cuenta con un gran conjunto monumental y una Plaza Mayor digna de fotografiar.

En un segundo día para realizar la siguiente etapa, el turista se desplaza entre Viso del Marqués -el pueblo del palacio de los marqueses de Santa Cruz que alberga el Museo de la Marina-Archivo don Álvaro de Bazán- y Ciudad Real, que invita a pasear por sus calles o visitar, por ejemplo, la Casa del Arco y su célebre reloj de carrillón con las figuras de Cervantes, don Quijote y Sancho Panza.

En medio, las otras dos paradas de esta segunda etapa, el Parque Natural Valle de Alcudia y Sierra Madrona y Almadén, ciudad minera por excelencia de lo que da fe su Parque Minero y su título de Patrimonio de la Humanidad.

Cambiando de provincia, Albacete tiene diseñada una ruta en moto de una distancia similar a la de Ciudad Real, en concreto 461 kilómetros que empiezan en Almansa y terminan en Albacete capital, con un total de 14 paradas que pasan en la primera etapa por el embalse de Almansa, las lagunas de agua salada de Pétrola, Hellín, Nerpio y el embalse de la Fuensanta hasta llegar a Elche de la Sierra.

La segunda etapa tiene el mismo número de paradas (7), desde Liétor hacia Albacete subiendo en el camino a dos miradores de Ayna, el del Diablo y el del Sidecar; al nacimiento del río Mundo y Riópar Viejo o pasando por Alcaraz antes de llegar a la capital.

En este itinerario, atractivos turísticos como los escenarios de la película 'Amanece, que no es poco' de José Luis Cuerda, cuevas, castillos, museos, paisajes naturales inigualables y, en el destino final, el Pasaje de Lodares, el Museo de la Cuchillería o el Jardín Botánico de Albacete.

La tercera provincia para conocer en un viaje en moto es Guadalajara, con una ruta que abarca 422 kilómetros con 17 paradas comenzando en Tamajón, donde visitar la Ciudad Encantada y el pantano del Vado, y terminando en la capital.

La primera etapa recorre el norte de la provincia y municipios como Valverde de Arroyos, Galve de Sorbe, Albendiego, Atienza, Imón y Sigüenza hasta llegar a Molina de Aragón, y en este recorrido pueden acercarse a la famosa arquitectura negra de la zona, ver salinas, castillos y trazados medievales en un entorno que lleva a otras épocas.

Por su parte, la segunda etapa lleva a recorrer en motocicleta el sur de la provincia y sus entornos naturales, pasando por las localidades de Peralejos de las Truchas -inicio-, Poveda de la Sierra, Salmerón, Sacedón y Horche, con parada final en Guadalajara, donde el Palacio del Infantado y el Panteón de la Duquesa de Sevillano son de obligada visita.

En la provincia de Toledo, la ruta en moto planificada discurre por 377 kilómetros y nueve paradas que pueden realizarse también en un par de días, siendo su punto de partida Escalona de Alberche y termina en la capital castellanomanchega.

La primera parte atraviesa el norte de la provincia y la Sierra de San Vicente por Castillo de Bayuela, con su imponente castillo y una Plaza Mayor que fue escenario de las andanzas del Lazarillo de Tormes; el embalse de Cazalegas y Talavera de la Reina, la Ciudad de la Cerámica.

La segunda parte, con destino a Toledo, arranca en el Puerto de Robledillo y pasa por Ventas con Peña Aguilera, Consuegra y Tembleque, recorriendo La Jara en los primeros municipios, los molinos del cerro Calderico en Consuegra y respirando el espíritu del corral de comedias en la emblemática plaza de Tembleque, última parada antes de llegar a la Ciudad Imperial y aprovechar para subir en moto hasta el Valle y ver la mejor panorámica de Toledo.

Y, por último, en otros dos días la moto puede recorrer los 349 kilómetros de la ruta por la provincia de Cuenca distribuidos en 11 paradas, la primera de ellas Tarancón y la última la capital conquense.

Tarancón, Uclés, el parque arqueológico de Segóbriga, Buendía y Cañamares constituyen la primera de las dos etapas, cargada de cultura y en la que parar a conocer, entre otras cosas, el arco de la Malena de Tarancón, los alrededores del Monasterio de Uclés -conocido como El Escorial de La Mancha-, una de las ciudades romanas de Hispania mejor conservadas, la Ruta de las Caras de Buendía y la tranquilidad de los pequeños pueblos conquenses.

Beteta, Tragacete, Uña, el Ventano del Diablo, las torcas de Palancares y Cuenca son los seis puntos señalados en el mapa de la provincia para la segunda etapa, que invita a bajar de la moto para ver el castillo de Rochafrida en la primera parada, el Molino de la Chorrera o nacimiento del río Júcar en la segunda, el refugio de fauna de la laguna de Uña, el refugio natural en la cuarta parada, antiguas cavernas en la quinta y disfrutar del Patrimonio de la Humanidad del final de esta ruta en moto en Cuenca.

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