Una de las actividades programadas es un encierro de carretones en la plaza de toros. - ARCHIVO

GUADALAJARA.- Encierro de carretones y técnica de recortes profesionales, un taller de transformación de astas, una clase teórica en una escuela taurina y otra sobre la morfología del toro, así como una visita a una ganadería, son algunas de las actividades programadas por la Federación Taurina de Guadalajara para la primera edición de su campamento de verano taurino.

Una "alternativa de ocio y tiempo libre positiva", con la que "promover la cultura taurina entre los más pequeños y jóvenes", a través de un nuevo formato con el que favorecer el desarrollo personal y "la continuidad de nuestra cultura taurina", defienden los organizadores.

Una propuesta dirigida a niños y niñas de entre 8 y 14 años para la que se ofertaban sesenta plazas, de las que aún quedan vacantes algunas, tal y como apuntan en las redes sociales, a desarrollar del 1 al 7 de agosto en el Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara, concretamente en la localidad de Arbancón, que no ha escapado de la polémica, llegando incluso a plantear una queja ante el Defensor del Pueblo, al considerar que se está vulnerando una recomendación realizada por el Comité de los Derechos del Niño.

Queja en la que se insta a impedir "cualquier promoción de la tauromaquia entre personas menores de edad", puesto que desde este organismo de las Naciones Unidas, se recomendó "prevenir los efectos nocivos para los niños del espectáculo de los toros", instando al Estado a prohibir "la participación de menores de 18 años como toreros y como público en espectáculos de tauromaquia".

Petición que fue realizada en el año 2018 y de la que hasta la fecha, denuncian desde la Fundación Franz Weber, impulsora de esta queja ante el Defensor del Pueblo, "se ha hecho caso omiso".

Denuncian que en este campamento taurino se incluyen actividades relacionadas con la tauromaquia que estarían "contraviniendo" esta advertencia del Comité de los Derechos del Niño, como por ejemplo la visita a una ganadería "donde regularmente se realizan tentaderos reales con menores de edad". De este modo, critican, Castilla-La Mancha se estaría posicionando "en el camino contrario" al que han tomado otros territorios, como Baleares, Cataluña o Galicia, que sí han adoptado restricciones en la materia.

Por ello plantean esta queja ante el Defensor del Pueblo, firmada por la jurista Anna Mulà, en la que advierte que existe "un inexcusable deber de los poderes públicos de proteger a los menores de edad de actividades y espectáculos culturales" de este tipo, pudiendo vulnerar la comunidad normas como la ley del Menor o la ley de Educación, señalan.

Consideran que la prohibición o limitación de la tauromaquia a la infancia y a la adolescencia "es una medida que no interfiere en la libertad del niño de pensamiento cultural o el derecho de acceso a la cultura", mientras que sin tal limitación expone a los menores "a posibles efectos negativos que el maltrato animal genera en el desarrollo psicosocial".