Situación límite para el cultivo del azafrán en La Mancha, la DOP alerta del riesgo de extinción y pide ayudas directas

A los problemas "históricos" que arrastra el sector, se suma la ausencia de un mercado de cormos con suficientes garantías y la vertiginosa caía de la producción.
En 2021 se registró la menor producción de azafrán obtenida en la zona de la DOP desde su constitución en 1999.
photo_camera En 2021 se registró la menor producción de azafrán obtenida en la zona de la DOP desde su constitución en 1999.

TOLEDO.- El cultivo del azafrán en Castilla-La Mancha está en una situación límite y el riesgo de extinción de esta preciada especia es evidente. La voz de alarma la dan desde la Denominación de Origen Protegida (DOP) Azafrán de La Mancha, desde la que reclaman "medidas de apoyo financiero" que incentiven la puesta en marcha de nuevas plantaciones así como el mantenimiento de las actuales.

Desde el Patronato de la Fundación Consejo Regulador de la DOP estiman que serían necesarios 18,75 millones de euros para poder llegar a las 500 hectáreas de cultivo en un plazo de cinco años, así como otras medidas financieras adicionales destinadas a la importación de cormos libres de patógenos o al tratamiento de los cormos propios con técnicas de termoterapia.

Y es que, desde la DOP de este cultivo, bandera de la región por todo el mundo, explican que a las razones que históricamente el sector viene arrastrando y que no han sido tratadas de forma eficaz por parte de ninguno de los actores involucrados -Administración incluida-, se suman otros dos factores determinantes, como son la ausencia de un mercado de cormos con las suficientes garantías sanitarias y de control -lo cual condiciona la decisión de realizar una nueva plantación-, y la "vertiginosa caída" del rendimiento de la producción de azafrán, asociada a la disminución de la floración.

Según explican, hay indicios de que el cambio climático sería uno de los principales motivos de esta disminución, ya que el evidente incremento de las temperaturas durante el otoño, "estaría provocando el aborto floral", tal y como recogen los estudios científicos realizados por el Instituto Técnico Agronómico Provincial de Albacete (ITAP) desde finales de los años 90. Estudios en los que se pone de manifiesto que unas temperaturas medias superiores a 17ºC en esta estación limitan seriamente la floración del azafrán, y con ello la producción de la especia.

En este sentido, en el seno del Consejo Regulador de la DOP Azafrán de La Mancha se viene registrando una caída en el rendimiento superior a 5kg/ha entre los años 2015 y 2021, siendo la del año pasado la menor producción obtenida en la zona de la Denominación de Origen desde su constitución, en el año 1999, teniendo en cuenta el valor relativo de la superficie de cultivo.

Motivos todos ellos por los que desde el Patronato de la DOP apremian a la Administración a buscar "una solución eficaz" que permita salvar este cultivo. Así, exigen de forma urgente al Ejecutivo castellanomanchego, y concretamente al consejero de Agricultura, Agua y Medio Ambiente, Francisco Martínez Arroyo, que dentro del Plan de Desarrollo Rural (PDR) de la PAC que se abren en 2023 se incluyan, como medida agroambiental, estas ayudas tanto para la puesta en marcha de nuevas plantaciones de azafrán como para el mantenimiento de las ya existentes, de modo que permitan dar "el espaldarazo definitivo a este icónico sector".

Con la idea de poder alcanzar una superficie de 500 hectáras de este cultivo en cinco años como máximo, desde el Consejo Regulador se estima que si en estos momentos plantar una hectárea cuesta 50.000 euros, la ayuda para nuevas plantaciones debería cubrir al menos el 50 por ciento. De esta forma, apuntan, sería necesario un incentivo de 25.000 euros para al menos llegar hasta las 500 hectáreas, lo que supondría una inversión de 12,5 millones.

Por su parte para el mantenimiento anual de la plantación el coste oscila entre los 5.000 y los 15.000 euros, dependiendo de la producción. Entienden que se debería cubrir al menos el 50 por ciento del menor valor, por lo que el incentivo debería ser de 2.500 euros por hectárea.

De este modo alcanzan los 18,75 millones que consideran necesarios en el periodo de cinco años del PDR. Una inversión que desde el Patronato consideran "imprescindible" para salvar este cultivo.

FALTA DE APOYO ECONÓMICO

Al tiempo, dicen observar "atónitos" cómo en otras comunidades autónomas, por ejemplo en Andalucía y Aragón, existen ayudas directas para fomentar el cultivo del azafrán, mientras que en Castilla-La Mancha, que representa al menos el 90 por ciento de la producción de azafrán español, a la que pertenece la única DOP a nivel nacional para esta especia, y cuyo nombre, La Mancha, es desde hace siglos referencia del máximo prestigio a nivel internacional para el azafrán, "prácticamente no existen".

En este sentido recuerdan que el último apoyo económico realizado por la Administración regional para contribuir a la "supervivencia" de este cultivo data de 2002, quedando contemplada en la orden de 15 de julio de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente, por la que se regulaba un plan de ayudas para el cultivo del azafrán en Castilla-La Mancha. Orden que fue publicada en el Diario Oficial el 7 de agosto.

Una orden, explican desde el Patronato, en la que ya se ponían sobre la mesa algunos de los problemas que lastran al sector actualmente y que se han agudizado con el paso del tiempo, como son la disminución de la superficie dedicada a su producción, incluyendo su extinción en comarcas donde era característica su presencia; las importaciones masivas de azafranes de otros orígenes; la elevada exigencia de mano de obra acompañada de la mínima mecanización del cultivo y del proceso de transformación -monda y tostado-; así como la pequeña dimensión de las parcelas; la limitada integración de los productores en los sistemas de comercialización nacional e internacional, y el carácter social y familiar de este cultivo.

Junto a todo ello, desde la DOP Azafrán de La Mancha subrayan que esta especia, conocida también como el 'oro rojo', es mucho más que un condimento que aporta valor a los platos, puesto que es "un elemento con una gran carga antropológica, social y etnográfica", de modo que su desaparición supondría "una pérdida muy significativa del patrimonio cultural y gastronómico" de la comunidad autónoma. "Un lujo que no nos podemos permitir", sentencian desde el Patronato.

Por ello aseguran que además de lo que plantean como imprescindible, cualquier otra medida urgente de apoyo financiero al sector "sería bienvenida", ya sea para la importación de cormos libres de patógenos como para el tratamiento de los propios con técnicas de teremoterapia, las cuales se han demostrado eficaces para otros cultivos 'hermanos' como los ajos.

Para terminar, insisten en que esta situación sobre la que alertan, de una posible desaparición de este bien patrimonial, "no es en absoluto exagerada" dadas las condiciones actuales. Algo de lo que si llega a producirse "todos tendremos una cuota de responsabilidad", aunque "la misma será menor cuanto mayor sea la posibilidad de adoptar medidas económicas para reconducir la situación".

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