A 1 de septiembre las reservas de agua trasvasada en la cuenca del Segura eran 46,1 hm3 y quedaban otros 15,3 hm3 ya autorizados pendientes de envío.

TOLEDO.- De la cabecera del Tajo no saldrá este mes de septiembre agua para el regadío levantino, después de que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico haya dado luz verde a un trasvase 'cero', autorizando únicamente la derivación de los 7,5 hectómetros cúbicos destinados a abastecimientos urbanos que están reconocidos como mínimo en las reglas de explotación del trasvase Tajo-Segura.

Un volumen de agua a enviar desde los embalses de Entrepeñas y Buendía que determinaba la ministra Teresa Ribera, que tras el preceptivo informe de la Comisión Central de Explotación -en el que se dejaba abierta la posibilidad de autorizar de forma discrecional pero motivada hasta un máximo de 20 hectómetros cúbicos este mes-, decidía cerrar el grifo para el regadío y enviar únicamente agua para el abastecimiento urbano.

Una decisión en la que se han tenido en cuenta los principios de prevención y precaución, teniendo también en consideración las reservas de volúmenes de agua trasvasada disponibles en la cuenca del Segura, que a 1 de septiembre eran de 17,2 hectómetros cúbicos para riego (del total de 46,1 hm3 existentes), tal y como recoge en su informe la Comisión, en el que se señala también que aún está pendiente de trasvasar al Segura un volumen de 15,3 hm3 ya autorizado. Junto a ello también se han valorado los consumos futuros estimados de abastecimiento y regadío, así como la aplicación de la regla para los próximos seis meses.

Cabe recordar que ya en el mes de agosto, se redujo hasta los 2,5 hectómetros cúbicos el volumen de agua para regadío a enviar desde la cabecera del Tajo, una cuarta parte del total autorizado.

Por otra parte, durante la reunión de la Comisión de Explotación, se daba cuenta también de la situación del envío de agua a través del acueducto a la cuenca del Guadiana. Un envío previsto de 3 hectómetros cúbicos (autorizados el pasado abril para recuperar Las Tablas de Daimiel), que se ponía en marcha en el mes de agosto, durante el cual se derivaron desde la cabecera del Tajo un total de 0,725 hm3, lo cual permitió ampliar la superficie encharcada hasta las 49 hectáreas.

Del mismo modo se informaba sobre el estado de las obras para la reparación de la infraestructura de la Tubería Manchega, así como sobre las pruebas específicas que se han venido desarrollando para su puesta a punto.

"LA BARRA LIBRE SE HA ACABADO"

En la cabecera del Tajo la decisión del Ministerio de cerrar el grifo para el regadío ha sido recibida con satisfacción. Desde la Asociación de Municipios Ribereños de los Embalses de Entrepeñas y Buendía se lo agradecen la Ministerio, vistas las perspectivas de que el sistema pueda entrar en nivel 4 si no llueve en los próximos meses.

Y es que en este año hidrológico que está a punto de concluir, las aportaciones han quedado por debajo de los 500 hectómetros cúbicos, mientras que el volumen de agua trasvasada ha sido de alrededor de 240.

Ven así un nuevo "gesto" por parte del Ministerio, al que agradecen tanto la reducción de los niveles trasvasables en nivel 2 como estas decisiones, con las que se contribuye a reducir el impacto de un año "especialmente seco en cuanto a precipitaciones".

No obstante recuerdan que los embalses de Entrepeñas y Buendía son de gestión plurianual y que están diseñados para soportar ciclos secos de varios años, aunque "no para el saqueo de una industria privada, dañina y avariciosa, protegida por el Gobierno de la Región de Murcia".

Los Ribereños confían en que las lluvias de este otoño sirvan para recuperar mínimamente los embalses, y aunque subrayan que no van a negar nunca el agua para beber, advierten también de que no se puede "seguir soportando eternamente las necesidades privadas y privativas de la agroindustria".

Y es que, recuerdan, el agua "no es un bien comercial" y celebran que la "barra libre" para el regadío se haya acabado.