En marcha una recogida de firmas para tratar de frenar la instalación de una macrogranja junto al río Bullaque

Vecinos de El Robledo (Ciudad Real) reclaman una evaluación "más rigurosa" para el proyecto que plantea dos granjas de 1.990 cerdos cada una a solo un kilómetro de distancia.
La instalación porcina estaría situada a 700 metros del río Bullaque.
photo_camera La instalación porcina estaría situada a 700 metros del río Bullaque.

CIUDAD REAL.- El proyecto de instalación de una explotación porcina junto al río Bullaque y a menos de dos kilómetros de un núcleo habitado ha hecho saltar las alarmas en la localidad ciudadrealeña de El Robledo, de algo más de 1.100 habitantes, desde la que se ha puesto en marcha una recogida de firmas con el objetivo de frentar esta actuación.

Una petición lanzada a través de la plataforma change.org por parte de la Asociación de Vecinos El Roble, que han firmado más de 800 personas en apenas 48 horas, desde la que recelan de este proyecto que se plantea como dos granjas separadas por un kilómetro, "con el fin de esquivar la moratoria de macrogranjas vigente en Castilla-La Mancha".

Y es que, explican, cada una de las instalaciones se proyecta para albergar 1.990 cerdos, de modo que la tramitación se 'salvaría' con un estudio de impacto ambiental simplicado, evitando así el ordinario -a partir de 2.000 cabezas- que es "mucho más riguroso".

Entre los "errores" que detectan en el proyecto, se encuentra el de las distancias. Así, señalan que "no es cierto", como se indica en el mismo, que la distancia al municipio más cercano sea El Robledo, situado a más de 4 kilómetros, y en cuanto a suelo urbano más cercano "la urbanización Las Islas a 2,8 kilómetros". Y es que, según detallan en su exposición los vecinos, "Las Islas no es una urbanización, sino una aldea, y Las Tiñosillas, una aldea perteneciente al municipio de Porzuna", ambas situadas a 1,9 kilómetros del lugar en el que se pretende instalar la macrogranja.

Asimismo, consideran otro "error" que se señale en el proyecto que "en caso de lluvia abundante en la zona no tendrá problemas de inundaciones, ya que nuestra parcela no se encuentra aguas debajo de un arroyo". Algo que, subrayan, tampoco es así ya que "el arroyo del Camellar marca la linde de una parcela y pasa a 150 metros de la otra, aguas abajo".

Por otra parte, consideran que "no se justifica adecuadamente" en el informe la cantidad de agua precisa para alimentar a los cerdos, ni se explica si la Confederación Hidrográfica del Guadiana ha concedido la autorización pertinente para la extracción, toda vez que en su documento ambiental el proyecto indica que "el agua para el ganado así como para los servicios se tomará de un sondeo a realizar".

Del mismo modo, consideran que tampoco se corresponde a la realidad la repetida afirmación en el proyecto de que en la zona "hay gran cantidad de viñedos, olivos y encinas dispersas que funcionará como filtro verde aminorando los impactos". Desde la Asociación de Vecinos El Robel aseguran sin embargo que "la zona está completamente despejada de cualquier tipo de vegetación", por lo que algunas de las afirmaciones manifestadas en el proyecto, tales como "no tendrá ninguna afección sobre la población", "la afección sobre la salud humana será nula", o "la afección al paisaje será nula", pierden todo su valor.

Respecto a los riesgos que supondría la instalación de la macrogranja, desde el colectivo impulsor de esta recogida de firmas señalan que aunque las granjas no se encuentran en ningún área protegida, "a 600 metros está la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) Ríos de la cuenca media del Guadiana y laderas vertientes ES4220003, y a menos de 12 kilómetros se encuentra el Parque Nacional de Cabañeros. Un espacio que cuenta con el máximo grado de protección ambiental, adherido desde 2009 a la Carta Europea de Turismo Sostenible y que, además, está desarrollando un Plan de Sostenibilidad Turística que incluye al municipio de El Robledo, todo lo cual -consideran- "merece una evaluación más rigurosa del posible impacto".

Junto a todo ello, señalan también como elemento a tener en cuenta la proximidad a diversas masas de agua, como el arroyo del Camellar, que se encontraría a 150 metros de una de las granjas y dentro de otra de ellas; o la pequeña lagura cobijo frecuente de aves, sobre todo en épocas secas, que quedaría a 300 metros de la explotación porcina, o los 700 metros que la separarían del río Bullaque. Todo lo cual, apostillan, supone "un grave riesgo en caso de rotura, filtraciones o avenidas".

Respecto a la producción anual prevista de purines, cifrada en 8.556 metros cúbicos, y los 28.860 kg de nitrógeno, precisarían de una superficie de labor de unas 240 hectáreas de secano para emplearlas como abono orgánico, algo que sin embargo el estudio "no detalla dónde se van a esparcir, en qué cantidad y con qué periodicidad".

Igualmente, aunque en el estudio se indica que las granjas no tendrán efectos para la salud y el medio ambiente, indica también que "la ventilación de las naves se realizará de forma que no se produzca acumulación de polvo, gases, humedades o calor" y que para ello "existe un gran número de ventanas dispuestas al exterior con extractores", lo cual "afectará claramente al senderismo y al turismo rural", apostillan desde la asociación.

Por otra parte, apuntan también cómo el promotor de la iniciativa, Vallehermoso S.R.L., señala que dispone de espacio suficiente en su localidad de origen, Alhambra, donde ya tiene una granja alejada de la población, "pero no quiere ampliar la explotación existente".

Finalmente, y en lo que respecta a la creación de puestos de trabajo, subrayan desde el colectivo vecinal que en el propio proyecto el promotor señala que "solo harán falta dos peersonas para su funcionamiento".

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