Castilla-La Mancha a pie o en bici, grandes y pequeños recorridos en una amplia red de paseos, caminos y senderos

La riqueza de la región no tiene límites y son múltiples las opciones para recorrerla, descubriendo espectaculares paisajes, patrimonio y naturaleza.
La Senda de Viriato recorre la Sierra de San Vicente, enlazando antiguos caminos, senderos y cañadas.
photo_camera La Senda de Viriato recorre la Sierra de San Vicente, enlazando antiguos caminos, senderos y cañadas.

TOLEDO.- El turismo de naturaleza está de moda y más si cabe después de una pandemia que obligó a todos los españoles, casi sin excepción, a permanecer confinados en casa, por lo que salir a respirar aire puro fue la opción perfecta tras meses de confinamiento.

No todas las comunidades autónomas pueden presumir de un entorno natural y paisajístico como el de Castilla-La Mancha, que cuenta con grandes y pequeños recorridos para todas las edades hasta largas rutas de varios días en los que atravesar valles y montañas.

Desde antaño esta tierra ha sido cruce de caminos y frontera y, en la actualidad, dispone de una amplia red de senderos, caminos y paseos por los que recorrer Castilla-La Mancha de norte a sur y de este a oeste.

Las propuestas pasan por senderos que tienen homologación oficial o al menos mantienen una señalización, si bien siempre es recomendable informarse de manera previa de la situación de los caminos y no olvidar tener en cuenta la climatología y un buen equipamiento a la hora de planificar una salida al medio natural.

Por Castilla-La Mancha pasan los llamados senderos de gran recorrido pero también hay caminos naturales, las denominadas vías verdes y los pequeños recorridos, por lo que el turista o visitante tiene numerosas y variadas alternativas entre las que elegir.

Entre los senderos de gran recorrido, que están señalizados con marcas blancas y rojas y se encuentran homologados por las federaciones de montaña al contar con un mínimo de 50 kilómetros, están varios de España que atraviesan Castilla-La Mancha como el que va de Valencia a Lisboa, con un total de 1.112 kilómetros, que tiene paradas en varias localidades de la provincia de Guadalajara que pertenecen al Parque Natural del Alto Tajo.

Los pueblos de la arquitectura negra del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara conforman otro de los senderos grandes, que cruza sierras y macizos en más de 60 kilómetros donde nacen ríos y habita una fauna y una flora muy particular, además de su característica pizarra en muros y cubiertas de todo tipo de edificaciones que da nombre a este tipo de arquitectura.

También la provincia de Toledo es atravesada por uno de estos senderos, en concreto la senda de Viriato, de 141 kilómetros, que enlaza antiguos caminos, senderos y cañadas que unían los pueblos de la comarca de la Sierra de San Vicente.

Entre las provincias de Cuenca y Albacete, se encuentra la Vuelta a la Manchuela, 120 kilómetros de tierras de labor junto a los cauces de los ríos Júcar y Cabriel que tiene como punto de partida Mira en Cuenca y llega a Villalgordo del Júcar en Albacete.

La región ofrece otras muchas propuestas como el Sendero Castellanomanchego de 630 kilómetros que recorre la comunidad de norte a sur y pasa por las provincias de Guadalajara, Cuenca y Albacete hasta llegar a Andalucía y Murcia; o el Sendero del río Mundo, de 131 kilómetros, que une las localidades albaceteñas de Alcaraz y Hellín; el Circular del Segura, de 177 kilómetros por la Sierra del Segura y atravesando otros municipios de la misma provincia; y el Circular de Huete/La Alcarria Conquense, con 190 kilómetros con origen y destino en Huete.

La Ruta del Cristal de Hispania, de 163 kilómetros, cruza la ciudad hispano-romana de Ercávica hasta San Clemente, en Cuenca, y toma su nombre del camino que realizaba el yeso especular o cristalino desde las minas hasta las zonas costeras del Mediterráneo para su distribución al Imperio Romano.

Completan este listado los Senderos del Jarama, de 220 kilómetros y que se adentra también en la provincia de Guadalajara; el Camino Natural de Las Villuercas, de 62 kilómetros por la provincia de Toledo; el Camino de Aníbal, de 24 kilómetros por el límite de la provincia de Ciudad Real con la de Jaén; y la Cañada Conquense o De Los Serranos, de 132 kilómetros por Ciudad Real siguiendo parte de la antigua cañada real para la trashumancia del ganado en busca de pastos.

Además de los senderos de gran recorrido, desde el año 1993 el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente puso en marcha el programa de Caminos Naturales para aprovechar antiguas vías de ferrocarril, canales, vías pecuarias, sendas y caminos públicos.

En este sentido, Castilla-La Mancha forma parte del Camino Natural del Tajo, de 1.019 kilómetros que siguen la vera del río Tajo desde su nacimiento en los Montes Universales hasta la frontera portuguesa en Cedillo y atraviesa de este a oeste las provincias de Teruel, Guadalajara, Madrid, Toledo y Cáceres.

De igual forma, en esta región se puede pasear por el Camino Natural del Guadiana, de 1.004 kilómetros siguiendo el curso del río Guadiana a su paso por las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cáceres, Badajoz y Huelva.

El Camino Natural de los Humedales de La Mancha es íntegramente de esta comunidad, con 150 kilómetros por las lagunas de La Mancha Húmeda en las provincias de Toledo, Ciudad Real y Cuenca.

Los caminos naturales también incluyen el del Canal de María Cristina y sus ramales, de 33 kilómetros y que pasa por la provincia albaceteña; y el de la Sierra de Alcaraz, de 55 kilómetros a través del antiguo trazado de la línea de ferrocarril entre Baeza y Utiel en la misma provincia.

A estas rutas se suman de igual modo los cuatro recorridos del Camino de Santiago que pasan por Castilla-La Mancha (el Camino de Levante, el Camino del Sureste, la Ruta de la Lana y el Camino Manchego), el Camino del Cid y los Caminos de Guadalupe (el Viejo o de Talavera, el de los Bandoleros y el Nuevo Jareño).

Además de todos estos grandes recorridos y caminos naturales, las vías verdes son otra posibilidad para hacer turismo de naturaleza en la región, que son infraestructuras ferroviarias en desuso que han sido reconvertidas en itinerarios cicloturistas o senderistas en el marco de un programa coordinado por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles.

Las vías verdes que se pueden recorrer en Castilla-La Mancha son la de la Sierra de Alcaraz, de 74 kilómetros por la provincia de Albacete; la de Poblete, de 5,7 kilómetros tras la estela del AVE en Ciudad Real; la de Minas de San Quintín, de un solo kilómetro en el casco urbano de Almodóvar del Campo (Ciudad Real); la del Tajuña II, de 12,6 kilómetros por tierras alcarreñas; la Vía Vede de la Jara, de 51 kilómetros entre los municipios toledanos de Calera y Chozas y Santa Quiteria; y la del Trenillo de Villacañas a Quintanar de la Orden, de 26 kilómetros en plena Mancha toledana.

Y para quienes quieran hacer un recorrido más corto o breve, está la red de senderos de Pequeño Recorrido y Senderos Locales, con un total de 160 rutas homologadas por la Federación de Deportes de Montaña de Castilla-La Mancha y señalizados con líneas blancas y amarillas y blancas y verdes respectivamente, con menos de 50  y 10 kilómetros en cada caso, que los amantes del senderismo pueden recorrer en una sola jornada.

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