Naturaleza en estado puro o cómo dejarse atrapar por los tesoros que esconde la provincia de Cuenca

Cortados imponentes, gargantas espectaculares, rocas modeladas por la erosión y el agua durante siglos, protagonizan esta propuesta ecoturista.
Espectaculares paisajes, enclaves únicos y entornos de ensueño forman parte de la riqueza natural que atesora la provincia.
photo_camera Espectaculares paisajes, enclaves únicos y entornos de ensueño forman parte de la riqueza natural que atesora la provincia.

CUENCA.- Paisajes únicos, gargantas espectaculares, laberintos naturales en los que la piedra y el agua parecen cobrar vida, bosques e imponentes cortados, lagunas y hoces modeladas a capricho durante siglos, son algunos de los tesoros de la naturaleza de los que se puede disfrutar en la provincia de Cuenca.

Lugares que recorrer a tu aire, dejándote atrapar por el entorno, o a través de las actividades que ofrecen empresas especializadas de la zona, con visitas guiadas o rutas de senderismo interpretativo, entre otras. Una apuesta por el ecoturismo, en la que el respeto el medio natural y sus riquezas, debe estar siempre presente.

Un recorrido que bien podría comenzar por la propia capital, en la que las hoces de los ríos Júcar y Huécar han ido esculpiendo con los siglos un espectacular paisaje.

Dos cañones que superan en anchura los 1.000 metros, con un desnivel de más de 200 en algunos puntos, y que se encuentran incluidos en el inventario español de lugares de interés geológico.

En los alrededores de la capital, es precisamente uno de los ríos que la abrazan, el Júcar, el que a su paso entre Uña y Villalba de la Sierra forma un impresionante cañón, en el que la naturaleza se ha dado un capricho, modelando durante siglos figuras inverosímiles, a modo de hechizo, dando lugar así a la Ciudad Encantada.

Un lugar declarado Sitio Natural de Interés Nacional en 1929, en el que el Tormo Alto recibe al visitante, mientras los Amantes de Teruel, el Mar de Piedra, el Tobogán y la Cara del Hombre, entre otros, le esperan a lo largo del recorrido.

También a las puertas de la Serranía de Cuenca se encuentra uno de los miradores más espectaculares de la provincia, el Ventano del Diablo, desde el que se puede observar al Júcar abriéndose paso por la profunda garganta y unas vistas infinitas.

Roca que también es protagonista en otro de los mágicos enclaves que ofrece la Serranía conquense, como son los Callejones de Las Majadas. Un auténtico laberinto, fruto de la erosión de la roca caliza a lo largo de millones de años, dando lugar a formaciones espectaculares, dejando a la imaginación de quien lo recorre identificarlo.

Esa 'otra Ciudad Encantada' en la que James Bond (Pierce Brosnan) rodó una de las escenas de El mundo nunca es suficiente, en la que rocas y pinares son protagonistas.

Pero además de dejarse envolver por este laberinto, la visita bien merece subir hasta el mirador del Tío Cogote, uno de los balcones más espectaculares de la zona y desde el cual no es extraño disfrutar, a escasa distancia, del vuelo de buitres leonados.

Un contacto directo con la naturaleza que también se puede encontrar en pleno corazón de la Serranía Alta, visitando el Parque de El Hosquillo. Un espacio dedicado a labores de conservación, investigación y educación ambiental; un gran aula al aire libre ubicado enun valle asimétrico, con altos e inaccesibles riscos y laderas cubiertas de denso pinar, habitado por una amplia variedad de especies cinegéticas, pero también por dos especies en peligro de extinción como son el lobo ibérico y el oso pardo, emblema del parque.

Aunque si hay una parada obligada en la visita al parque natural de la Serranía de Cuenca es el Nacimiento del río Cuervo, que da nombre al Monumento Natural. Un espectacular manantial travertínico activo en el que el agua parece convertirse en piedra a través de sus cascadas, todo ello cubierto por un manto de musgo, que hace de soporte su dinámico perfil.

Cualquier época del año es una buena ocasión para recorrer este espacio protegido, y en cada una de ellas tiene su encanto. En los meses de verano lo más frecuente es encontrar gran parte de las cascadas sin agua, dejando al descubierto las tonalidades grises de la roca desnuda y seca, en contraste con el agua del río; con la llegada del otoño este entorno se llena de color debido a la caída de la hoja, mientras que en invierno el nacimiento se presenta nevado y engalanado con carámbanos. Por su parte es en primavera, con la abundancia de agua resultante del deshielo y el verdor de la vegetación cuando podemos encontrarlo en su mayor esplendor.

No obstante, la visita al Monumento Natural tiene mucho más por descubrir y para ello se pueden seguir uno de los tres itinerarios existentes: el sendero del Nacimiento del Río Cuervo, un recorrido circular de 1,5 kilómetros que permite visitar las cascadas y el nacimiento; el sendero de la Turbera, que parte un poco antes del anterior y atraviesa la turbera calcárea, y el sendero del Pinar, un itinerario de 11 kilómetros a través de zona de pino silvestre, ofreciendo en alguno de sus puntos unas vistas panorámicas espectaculares.

Aunque sin duda uno de los lugares más visitados durante la época estival en la provincia de Cuenca son las Chorreras el río Cabriel. A caballo entre los términos municipales de Enguídanos y Víllora, se trata de un espacio natural enclavado en la Reserva de la Biosfera del Valle del Río Cabriel, cuyo cañón de aguas cristalinas, pozas y pequeñas cascadas atraen a decenas de visitantes por su espectacular belleza.

Un monumento natural que se extiende a lo largo de kilómetro y medio del río, en el cual, desde hace 6.700 años se ha ido depositanto un enorme edificio tobáceo, adoptando formas diversas, llegando en algunos puntos a dar lugar a una auténticas cascada de agua fosilizada en piedra.

Otro monumento natural podría cerrar este recorrido por la provincia de Cuenca: las lagunas de Cañada del Hoyo. Un conjunto formado por dolinas de origen kárstico, de gran singularidad e importancia a nivel nacional.

Lo forman siete lagunas permanentes y cuatro torcas, cuya profundidad oscila entre los 4 y los 32 metros. Es posible recorrer las tres de titularidad pública, a través de un pequeño sendero, pudiendo observar así una de las características que las hacen tan especiales, su color, ya que -en apariencia- cada una de ellas presenta una tonalidad distinta.

Múltiples opciones para descubrir, recorrer y disfrutar del amplio patrimonio natural y paisajístico de la provincia de Cuenca.

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