TOLEDO.- El nuevo Hospital Universitario de Toledo no cuenta con el material tecnológico ni con los permisos necesarios para abrir sus puertas y atender en él a pacientes con coronavirus, aunque en una situación límite podría llegar a ser utilizado para albergar camas.
Una infraestructura que el Ejecutivo de Castilla-La Mancha ha puesto a disposición del Estado para que pueda hacer uso de las instalaciones si se necesitara "en caso extremo", sirviéndose para ello del Ejército, del mismo modo que se ha hecho con el recinto ferial de Ifema, en Madrid.
Premisas que ya avanzaba este domingo el presidente castellanomanchego, Emiliano García-Page, apuntando la disponibilidad de este centro aún sin inaugurar como último recurso, debido a la falta de recursos tecnológicos como humanos para poder atender en ese entorno a pacientes con coronavirus.
Un planteamiento sobre el que hoy ha insistido el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, quien ha subrayado cómo no se puede poner en marcha el hospital "sin la garantía que debe ofrecer".
En este sentido ha detallado que "aún no están instalados los respiradores" y todavía tiene permisos pendientes de recibir "para poder abrir como hospital".
Por ello y aunque la infraestructura ha sido puesta a disposición del Gobierno central, se debe ser consciente de que el nuevo hospital de Toledo únicamente podría ser utilizado "como un lugar más para albergar camas" y de asistencia "en una contingencia final".
Una situación que el consejero de Sanidad ha comparado con lo que se ha hecho en el recinto ferial madrileño ante una "necesidad extrema", como fórmula para buscar "hueco", pero no como hospital.
ANTE LAS PETICIONES DE PP Y CS
Fernández Sanz ha querido así zanjar la polémica surgida en torno a la petición de apertura del nuevo centro hospitalario, recordando que esta pandemia del coronavirus "nos ha sobrevenido" cuando se trabajaba para realizar "un buen traslado", lo que ha llevado a tener que "tomar decisiones a ese respecto", para "dedicarnos plenamente a la atención de la enfermedad".
Por ello no se puede compartir "desde la vía profesional" esa petición de poner en marcha el hospital sin las debidas garantías, puesto que no bastan las instalaciones para "dar respuesta a un ciudadano como merece". Condiciones que sí se dan "en los hospitales que tenemos en marcha".
Algo que a Fernández Sanz le sorprende que "no sea entendido de una manera tan sencilla" como es el hecho de que "el hospital no puede ser puesto en funcionamiento" como un centro ordinario, al no tener "ni permisos ni material suficiente para ello".
Es por ello que se ha puesto el edificio a disposición de la autoridad competente, pero siendo conscientes de que únicamente se podría utilizar en un caso extremo como hospital de campaña.
Ha respondido así a las reclamaciones realizadas desde el Partido Popular y Ciudadanos que han reclamado la apertura del nuevo centro hospitalario para atajar la crisis. Desde ambas formaciones se ha pedido en los últimos días que esta infraestructura se ponga a disposición de la lucha contra el coronavirus.
Para el consejero de Sanidad el nuevo hospital de Toledo "tendrá su momento", pero tiene claro que "en medio de una crisis como ésta no se puede hacer un traslado" desde el actual hospital general que está en funcionamiento en Toledo, el Virgen de la Salud.
En estos momentos "todo el mundo está dedicado al coronavirus desde el punto de vista profesional" y ahora hay que dedicarse a ello. De este modo, y puesto que la puesta en marcha de un hospital no es solo "amueblarlo", sino que precisa de otra serie de condiciones, no es el momento de abrirlo como centro ordinario.
A pesar de todo, el consejero ha manifestado que el Gobierno regional mantiene "la ilusión" de poder inaugurar el centro el próximo mes de junio.
