Agua, un recurso cada vez más escaso en Castilla‑La Mancha

Los castellano‑manchegos 'celebran' el Día Mundial del Agua con la amenaza de un nuevo trasvase del Tajo al Segura. Casi diez meses de sequía, así como las derivaciones hídricas encubiertas por el Gobierno central, han convertido 'el mar de Castilla' en un lodazal.

TOLEDO.- Castilla-La Mancha 'celebra' este 22 de marzo, Día Mundial del Agua, con la amenaza de un nuevo trasvase. Las lluvias de las últimas semanas han dado una tregua a los esquilmados embalses de cabecera del Tajo, llevándoles a rondar los 400 hectómetros cúbicos ‑límite por debajo del cual no se puede trasvasar‑ lo que les vuelve a situar en el punto de mira. Todo ello a pesar de encontrarse un 22 por ciento por debajo de la media anual de agua embalsada. 

Una nueva derivación de agua que volvería a incidir en las reservas que a buen seguro se harán necesarias en solo unos meses, cuando el calor apriete y la lluvia no haga acto de presencia durante semanas. Con el verano a la vuelta de la esquina, Castilla-La Mancha ‑por la que discurren siete demarcaciones hidrográficas y su territorio ocupa una parte importante de cuatro de las principales cuencas hidrográficas españolas‑ podría verse de nuevo abocada a plantear restricciones de suministro en diversas localidades, que una vez más verían cómo el agua pasa de largo para viajar hasta Levante. 

Un sombrío escenario en el que se conmemora este Día Mundial del Agua, en el que desde Naciones Unidas se recuerda el valor esencial de este elemento para el desarrollo sostenible. Los recursos hídricos, con la amplia gama de servicios que prestan, juegan un papel clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento ambiental y la sostenibilidad. 

Agua que además propicia el bienestar de la población y el crecimiento inclusivo, a la vez que incide en otras cuestiones relativas a la seguridad alimentaria y energética, a la salud humana y al medio ambiente. 

Por ello este año se quiere llamar la atención sobre cómo la naturaleza puede ayudarnos a superar los desafíos que plantea el agua en el siglo XXI. Y es que, recuerdan, son los problemas medioambientales, junto con el cambio climático, los que provocan crisis asociadas a los recursos hídricos; inundaciones, sequías y la contaminación del agua que se agravan con la degradación de la cubierta vegetal, los suelos, los ríos y los lagos. 

DEL 'MAR DE CASTILLA' AL LODAZAL

Cuestiones que en Castilla-La Mancha se viven en primera persona, tras sufrir durante meses los efectos de la sequía que convirtieron el que fuera conocido como 'el mar de Castilla' en un lodazal. Casi diez meses con los embalses de cabecera 'en coma', a pesar de lo cual se han producido diversas cesiones de agua, disfrazadas de venta de derechos, pero de una forma u otra agua trasvasada de la cuenca del Tajo hacia otros territorios, retorciendo así la ley el Gobierno de Mariano Rajoy. 

El último trasvase que se realizó desde los embalses de Entrepeñas y Buendía al Segura ‑sin contar las posteriores, y anteriormente mencionadas, cesiones de agua‑ se autorizó el 10 de mayo de 2017, por un volumen total de 7,5 hectómetros cúbicos. Tras él, los embalses rebasaron la barrera de los 400 hectómetros cúbicos de agua almacenada, algo que debía haber imposibilitando nuevas derivaciones, aunque no fue así

Y aunque la del Tajo ha sido la cuenca en la que más se han visualizado los efectos de la sequía y los trasvases, con una reducción del caudal que se ha traducido en frecuentes episodios de espumas al paso del río por la capital castellano‑manchega -asociados también a la deficiente depuración aguas arriba en la Comunidad de Madrid-, la situación en el resto de cuencas también ha sido complicada. 

SOLUCIONES DESDE LA NATURALEZA 

Desde Naciones Unidas se apunta así a soluciones naturales para dar respuesta a muchos de los desafíos relacionados con el agua. Desde plantar bosques a restaurar los humedales, pasando por reconectar los ríos con las llanuras aluviales, para devolver el equilibrio al ciclo del agua, al mismo tiempo que se contribuye a mejorar la salud pública y los medios de vida. 

Y es que hoy, más que nunca, se debe trabajar con la naturaleza, en lugar de contra la misma. Puesto que la demanda de agua seguirá siendo creciente en todos los sectores, el desafío será satisfacer esa demanda de una manera que no incremente los impactos negativos en los ecosistemas. 

Para ello se proponen distintos tipos de soluciones basadas en la naturaleza, que van desde lo personal hasta aplicaciones a nivel de paisaje, y que incluyen la agricultura de conservación.

APUESTA POR LA DEPURACIÓN 

Pero también desde Naciones Unidas se apunta hacia las aguas residuales que generamos, puesto que más del 80 por ciento son devueltas a los ecosistemas sin ser tratada ni reciclada. Sin embargo las oportunidades de explotar las aguas residuales como un recurso son enormes, puesto que siendo tratada de forma segura, esta agua es una fuente sostenible y asequible. 

Una línea en la que se viene trabajando también en Castilla-La Mancha, puesto que no vale solo con defender el agua, sino que se precisa asimismo poner los mecanismos necesarios para cubrir las necesidades reales. 

Por ello, la apuesta del Gobierno regional por la depuración que, en el ciclo del agua, se traduce en un sostenimiento del abastecimiento. Así, con el objetivo de asegurar el agua en cantidad y calidad para los municipios de la Comunidad Autónoma, recientemente se han aprobado dos partidas por importe total de 1,3 millones para mejorar el control de abastecimiento de agua potable en la región y para la toma de muestras y análisis para la aplicación del canon de depuración, cumpliendo así con la normativa necesaria respecto al control de aguas residuales. 

A lo largo de esta legislatura se han invertido ya más de 60 millones en materia de depuración, a los que se suman otros 25,5 millones relativos a los costes de explotación. Una demostración de que Castilla-La Mancha apuesta por la depuración, al convertirse en garantía para el desarrollo de los pueblos. 

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