Page condena los homenajes a Henri Parot por ser una "humillación" a las víctimas de ETA

El presidente de Castilla-La Mancha ha expresado su rechazo a las marchas convocadas para ensalzar al terrorista, que han sido suspendidas ante la polémica suscitada.
"Homenajear a Parot es homenajear a la violencia, el miedo y el asesinato a sangre fría", ha comentado el presidente en las redes. Foto: ESTEBAN GONZÁLEZ
photo_camera "Homenajear a Parot es homenajear a la violencia, el miedo y el asesinato a sangre fría", ha comentado el presidente en las redes. Foto: ESTEBAN GONZÁLEZ

TOLEDO.- El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha expresado su rechazo más firme a los homenajes hacia figuras vinculadas al terrorismo de ETA después de que la red de apoyo a los presos de la disuelta banda, Sare, convocase una marcha en reconocimiento a Henri Parot, condenado por la comisión de múltiples atentados en los que murieron 82 ciudadanos.

La convocatoria prevista para este sábado en la localidad guipuzcoana de Mondragón fue suspendida este viernes ante la polémica suscitada, siendo sustituida por diversas concentraciones en contra de las "cadenas perpetuas encubiertas".

A través de un mensaje difundido en las redes sociales, el dirigente autonómico ha comentado que ensalzar a terroristas como Parot es "homenajear la sangre, la violencia, el miedo y el asesinato a sangre fría".

García-Page también ha opinado que realizar este tipo de marchas supone una "humillación" para las cientos de víctimas de la organización terrorista y para sus familias. El presidente ha finalizado su mensaje recordando la importancia de la "memoria".

Henri Parot es considerado uno de los etarras más sanguinarios. Formó parte del comando itinerante de ETA, responsable del asesinato de varios militares, guardias civiles y fiscales, como Carmen Tagle. El comando también fue autor de los atentados a la casa cuartel de Zaragoza y la dirección general de la Guardia Civil en Madrid.

Parot fue detenido en abril de 1990 en la ciudad de Sevilla mientras conducía una furgoneta cargada con 300 kilos de explosivos. Actualmente cumple una condena acumulada de 41 años en la cárcel de León, después de que fuera trasladado el pasado mes de marzo desde Cádiz, dentro de la política de acercamiento de los presos etarras al País Vasco.

El apellido del preso sirvió para bautizar la doctrina del Tribunal Supremo que alargó las penas de numerosos reclusos hasta que derogada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasbrugo en el 2013.

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