Una ruta por 100 castillos que atesoran la historia de Castilla-La Mancha

Unos mejor conservados que otros, estas fortificaciones de gran majestuosidad que envuelven el pasado y en Castilla-La Mancha son muy numerosas y están ubicadas en todas las provincias hasta alcanzar el centenar.
El castillo de Zafra (Guadalajara) fue la 'Torre de la Alegría' en la sexta temporada de Juego de Tronos. —  DIEGO DELSO
photo_camera El castillo de Zafra (Guadalajara) fue la 'Torre de la Alegría' en la sexta temporada de Juego de Tronos. — DIEGO DELSO

TOLEDO.- Los castillos por definición son lugares fuertes cercados de murallas pero es en su interior donde atesoran la historia del lugar donde se ubican y el paso de los siglos al que solo algunos han logrado resistir.

Castilla-La Mancha ofrece un gran abanico de posibilidades para hacer turismo de castillos porque llegan al centenar, repartidos por las cinco provincias de la región, si bien son más numerosos en Guadalajara y Toledo.

Algunos están mejor conservados que otros, de los que solo quedan ruinas y restos que no obstante también pueden visitarse, a otros muchos que conservan su figura más o menos original y están en un perfecto estado de conservación que invita a ser visitados.

Los castillos, frecuentemente, reciben el nombre del lugar en el que están aunque otros se lo deben a episodios históricos que guardan sus murallas, y muchos de los que se han restaurado han pasado a manos de administraciones que han decidido usarlos como cementerios en algunas ocasiones, como espacios culturales en otras, o incluso algunos acogen establecimientos hosteleros como paradores.

La imagen visual que aportan estas fortificaciones es incuestionable y pueden disfrutarse hasta desde las carreteras y desde los coches de quienes transitan por toda la región.

Guadalajara es una de las provincias con mayor número de castillos, de los que destacan varios por su historia, estado o utilidad actual y también pasada, porque varios de estos edificios emblemáticos fueron residencias de arzobispos; y pueden encontrarse hasta 26 castillos en ella.

El castillo de Anguix en Sayatón o los de Arbeteta, Atienza, Castilnuevo, Cifuentes, Cogolludo, Embid, Escamilla, Establés, Galve de Sorbe, Guijosa (pedanía de Sigüenza) o el castillo de Torresaviñán, constituyen una ruta turística de visita a castillos por la provincia guadalajareña.

Destacan en Guadalajara el castillo de Jadraque, cuya arquitectura revela el incipiente renacimiento español y deja ver su influencia Italiana, al tiempo que es un castillo palacio residencial del siglo XV de casi 100 metros que tuvo como primer propietario a Rodrigo Díaz de Vivar, conde del Cid e hijo primogénito del cardenal Mendoza; y el castillo de Molina de Aragón, cabeza del Señorío de Molina con su característica Torre de Aragón que es una reconstrucción del siglo XIX desde cuya terraza se divisa toda la comarca de Molina.

Los castillos de Palazuelos, Pelegrina, Piedra Bermeja (en Brihuega), Pioz, Riba de Santiuste (en Sigüenza), Santiuste, el propio castillo de Sigüenza -habilitado como Parador Nacional de Turismo en la actualidad y que fue residencia de obispos-, el de Torija -Centro de Interpretación Turística de la provincia de Guadalajara-, el de Valfermoso de Tajuña, el de Villel de Mesa, el de Zafra (en Campillo de Dueñas, convertido en la 'Torre de la Alegría' en la sexta temporada de Juego de Tronos) y el de Zorita de los Canes, completan la lista de estas fortificaciones en la provincia.

Toledo tiene el mismo número de castillos que Guadalajara, 26, y en esta provincia también muchos de ellos son visitables, otros son privados, otros pertenecen a ayuntamientos e incluso algunos fueron cárceles en su día.

En la provincia toledana, la ruta por los castillos lleva a Almonacid, Barcience, Casarrubios del Monte -de ladrillo y mortero de cal- o Consuegra, con un edificio restaurado desde 1960 junto a los famosos molinos que permite recorrer sus murallas y el patio de armas y acceder a su interior para disfrutar de su mobiliario y armas y recordar así los tiempos en los que fue parte de la dote del rey Alfonso VI cuando se casó con la princesa musulmana Zaida.

También en esta provincia puede visitarse el interior o el exterior de castillos como el de Dos Hermanas (Navahermosa), Escalona, Guadalerzas (Los Yébenes), Guadamur, Malamoneda (Hontanar), Malpica de Tajo, Manzaneque, Maqueda -que fue cuartel de la Guardia Civil-, Mascaraque, Mejorada, Monreal (Dosbarrios), Montalbán (San Martín de Montalbán), Oreja (Ontígola), Orgaz, Oropesa -también Parador- o Peñaflor (Cuerva).

Asimismo, destaca el castillo de Peñas Negras, en Mora, uno de los más importantes de Castilla-La Mancha a nivel arquitectónico por su composición en piedra para adaptarse al terreno y desde el que se puede visualizar el manto de olivos tan singular de esta localidad, además de contar en su haber con pertenecer en su a la taifa toledana y ser testigo de luchas entre cristianos y musulmanes.

Polán, el castillo de Puñoenrostro de Seseña, el de Torre Tolanca en Sonseca, el de Villalba en Cebolla y la Torre de Bayuela en Castillo de Bayuela, que es Centro de Interpretación de la Sierra de San Vicente, son otras alternativas de visita en la ruta por los castillos de Toledo.

Cuenca se sitúa como la tercera provincia con un mayor número de castillos en Castilla-La Mancha, un total de 21, entre los que se encuentran el de Acuña en Huelves o el de Alarcón, famoso por ser una fortaleza medieval cuya fundación se atribuye al rey Alfonso VIII que fue reformada durante el Renacimiento por el infante don Juan Manuel y el marqués de Villena.

En esta provincia el castillo de Belmonte es otra de sus fortificaciones más atractivas, convertido en museo y espacio cultural, que tiene origen renacentista y reformas que datan del siglo XIX por encargo de la emperatriz de Francia Eugenia de Montijo, así como conserva habitaciones, galerías, una capilla y varios arcos.

La veintena de castillos de la provincia conquense invita a visitar el del Buen Suceso (Cañada del Hoyo), el de Cañete, el de Cardenete, el de Garcimuñoz, el de Enguídanos, el de Fuentes (Villarejo de Fuentes), el de Gascueña, el de Haro, el de Huerta de la Obispalía, el de Huete, el de Bobadilla (Moya), el de Monteagudo de las Salinas, el de Puebla de Almenara, el de Santa Ana (Henarejos), el de Torrebuiceit (Torrejoncillo del Rey), el de Torrefuerte (Salvacañete) y el de Villora.

Y si hay un castillo conocido en la provincia de Cuenca es el de Uclés, que se extiende por un kilómetro cuadrado y está rodeado de murallas y torreones, que fue nunca conquistado y se convirtió en monasterio en los siglos XVI y XVII y al que denominaron 'El Escorial de La Mancha'.

Por su parte, la provincia de Ciudad Real cuenta con 14 castillos de los que muchos fueron testigos de batallas y entre los que destacan el de doña Berenguela, en Bolaños de Calatrava, con una torre del homenaje de cuatro pisos, mazmorra en su sótano y una terraza con almenas y en el que, según la leyenda, nació el rey Fernando el santo, hijo de doña Berenguela; y el castillo de los Donceles, en Chillón, desde el que se divisan Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía y que en la actualidad es la iglesia de san Juan Bautista y santo Domingo Silos.

El listado de castillos de la provincia ciudadrealeña incluye los de Alhambra, el de Caracuel de Calatrava, el de la Estrella o de Montiel, el de Miraflores en Piedrabuena, el de Montizón en Villamanrique, el de Peñarroya -conocido por su romería-, el de Pilas Bonas en Manzanares -que es una hospedería-, el de Salvatierra en Calzada de Calatrava, el de Terrinches, la Torre-Castillo de Higuera en Villamanrique, el castillo Puebla del Príncipe -es una biblioteca- y el Torreón y Palacio del Gran Prior en Alcázar de San Juan.

Mientras tanto, Albacete es la provincia castellanomanchega con menos castillos -solo uno menos que Ciudad Real-, un total de 13  que, sin embargo, también cuentan la historia entre sus murallas y han sufrido, en su mayor parte, reconstrucciones y restauraciones a lo largo del tiempo.

Castillos como el de Carcelén, que es biblioteca, sala de exposiciones y su patio es la plaza mayor; el de Caudete, el de Chinchilla de Montearagón -fue cárcel-, el de Jorquera -fue cementerio-, el de Montealegre del Castillo, el de Peñas de san Pedro, el de Riópar Viejo, el de Socovos, el de Taibilla y el de Yeste, que acoge conciertos, exposiciones, charlas, jornadas y hasta bodas civiles.

Pero si hay castillos en la provincia de Albacete conocidos son los de Alcalá del Júcar, construido por los almohades entre los siglos XII y XIII y en torno al que se disponen las casas escalonadas en un cerro; el de Alcaraz, compuesto por cinco murallas y cuatro grandes puertas y que fue punto estratégico entre el Reino de Murcia, el de Granada y el Mediterráneo; y el de Almansa, uno de los mejor conservados en esta zona gracias a que se evitó la solicitud de demolición del Ayuntamiento en 1919 por su estado ruinoso e incluso fue declarado en 1921 Monumento Histórico Artístico Nacional.

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