Page siembra dudas sobre su candidatura en 2023: "No lo tengo decidido, a lo mejor no me dejan"

El líder de los socialistas en Castilla-La Mancha asegura que no aspira a presidir el Gobierno de España y que es momento de dar paso a gente joven.
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, afirma que no tiene aspiración políticas nacionales. | JCCM
photo_camera El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, afirma que no tiene aspiración políticas nacionales. | JCCM

TOLEDO.- Ni confirma ni desmiente. Parece que todo el mundo lo tiene claro, al menos en Castilla-La Mancha, pero él mismo deja la duda en el aire. Emiliano García-Page dice que no tiene "nada decidido" de cara a presentar candidatura en las elecciones autonómicas de 2023 e incluso ha deslizado que puede que no le dejen ser el cabeza de lista, apuntando a Ferraz.

De hecho, ha asegurado que ni siquiera es "dueño" de sus propias decisiones sino que una cosa así la tiene que decidir el partido y que, aunque sea el jefe del PSOE en la región, "ya no significa nada, solo hay un jefe para toda España y los demás estamos aquí de monaguillos".

Siendo consciente de que sus polémicas y enfrentamientos con el Gobierno de España y su presidente, Pedro Sánchez, podrían pasarle factura política, el secretario general del PSOE en Castilla-La Mancha niega que, como dicen "muchos en Madrid", sea un socialista "atípico" sino que es totalmente "típico" y dice lo que no le gusta porque es su "obligación". Primero, con él mismo; y segundo, con la organización política que lidera en la región.

Es más, añade que se ha criado en un ámbito político en el que "se tiene que hablar y opinar, por qué no", así como ha considerado que "ninguno de los que están en Madrid, hubieran llegado a donde están sin haber criticado, atacado o llevado la contraria".

Además, se ha afanado en incidir en que no tiene "ambición nacional ninguna" y que en el propio partido lo saben. No se siente con esa "capacidad" y ve que hay mucha gente preparada y que los que vengan después tienen que ser jóvenes.

Con respecto a la polémica de las últimas encuestas encargadas por los principales partidos en la región y los resultados dispares -cada una beneficia al que las hace-, ha opinado que el 90 por ciento de las cuentas "no sirve para reflejar lo que piensa la gente y si supieran algunos como se hacen, menos", y que solo sirven para "orientar lo que tiene que pensar la gente".

Y aunque se define "tranquilo pero nada relajado" porque quiere ganar lo máximo posible, reconoce que existe el riesgo y la amenaza de que pueda existir un gobierno PP-Vox en la región. "El que niegue esa posibilidad, se miente a sí mismo", afirma, porque las elecciones "pueden terminar siendo siempre muy caprichosas y complejas y no hay ningún tipo de garantía, el que trabaje con ellas se equivoca".

Tiene confianza en que hay alcaldes que "van a ganar de calle" pero en el ámbito regional pone el acento en una circunstancia que señala que no se ha dado en ningún sitio. Mientras el presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, "va a hacer todo lo posible por no tener que pactar con Vox"; o el candidato 'popular' de Andalucía, Juanma Moreno, intenta "escaquearse de que le digan que necesita a Vox"; en Castilla-La Mancha "no han esperado ni a que se presente Vox, ni a que haya elecciones ni resultados y ya han ido a llamar a su puerta para decir que se presenten juntos".

Cómo será la confianza que tengan los dirigentes del PP de esta tierra, se ha preguntado, si ya reconocen que tienen que pactar para gobernar y eso es como decir: "Vótenme pero no mucho".

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