En busca de osos y paisajes inigualables descubriendo los rincones de la provincia de Cuenca

Un recorrido por el entorno natural, especialmente pensado para hacer con niños, que se combina con la oferta gastronómica de la zona, ideal para reponer fuerzas tras uno o varios días por la Ruta del Oso.
El río Escabas cruza la Serranía conquense con sus aguas cristalinas y singular belleza.
photo_camera El río Escabas cruza la Serranía conquense con sus aguas cristalinas y singular belleza.

TOLEDO.- Una mañana entre osos, ciervos, corzos, cabras montesas y jabalíes es un plan perfecto para hacer con los más pequeños y la provincia de Cuenca cuenta con los lugares idóneos para ello en el marco de la denominada Ruta del Oso.

El parque cinegético El Hosquillo en Las Majadas es el punto de partida de este itinerario de búsqueda de osos. Su reciente apertura de la temporada de visitas 2022, el pasado 19 de marzo, está marcada todavía por la pandemia de la covid-19, por lo que tanto durante la visita como el tiempo de espera en la puerta de entrada al parque hasta su acceso se deben respetar las medidas de seguridad.

Las visitas son guiadas por monitores del parque, al que se accede en vehículo particular, que llevan a los visitantes a establecer un contacto directo con el Parque Natural de la Serranía de Cuenca en el que está enclavado este espacio y donde ocupa una superficie de 910 hectáreas.

Según la propia historia de El Hosquillo, fue creado como parque cinegético experimental en 1964 y desde 1986 es gestionado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha que desarrolla labores de conservación, investigación y educación ambiental.

Y es que este lugar se configura como un laboratorio natural para estudiar diferentes especies de fauna y, por tanto, un gran aula al aire libre para aprender sobre la conservación de los recursos naturales a través del equipo de monitores preparado para ello.

Su nombre proviene de la orografía hosca -de ahí El Hosquillo- en la que está ubicado el parque, en concreto, en un valle asimétrico que termina por donde discurre el río Escabas y el arroyo de las Truchas.

Dentro del parque se pueden observar una gran diversidad de aves y poblaciones de especies cinegéticas como ciervos, corzos, gamos, muflones y cabras montesas mientras que el protagonista y emblema del parque es el oso pardo.

De hecho, el naturalista y divulgador Félix Rodríguez de la Fuente dedicó a los osos de El Hosquillo su primer documental sobre la fauna española en su serie 'El Hombre y la Tierra'.

En otras temporadas también ha podido verse en este espacio natural otra de las especies en peligro de extinción como es el lobo ibérico, pero en 2022 el propio parque informa en su página web de que no cuenta con lobos en sus instalaciones.

La Ruta del Oso es un itinerario y no tiene una única parada, El Hosquillo es el origen, pero desde allí el visitante puede trasladarse a restaurantes ubicados en el municipio de Las Majadas donde degustar platos típicos de la provincia de Cuenca como arroz serrano, patatas con níscalos, morteruelo o ciervo.

De un museo natural como El Hosquillo a otro museo, en este caso concebido como espacio de exposición, en la capital conquense, donde los más pequeños pueden pasar una tarde muy amena y divertida en el Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha, en el que el planetario muestra los avances en la explotación de Marte y pueden verse fósiles muy bien conservados del yacimiento de Las Hoyas.

Cuenca es también famosa por su gastronomía y, después de visitar el Museo de las Ciencias, es también una alternativa para ir de tapeo por el casco histórico de esta capital castellanomanchega.

Si la visita por la provincia de Cuenca se extiende más de un día, hay otras opciones para hacer turismo de naturaleza como la que ofrece el entorno de Uña, en cuyo trayecto desde la capital el visitante podrá disfrutar de las Hoces del río Júcar, un fenómeno natural provocado por la erosión de las aguas en la roca caliza que es un deleite para la vista.

Este camino invita también a parar en el Ventano del Diablo, una cueva en una peña de roca con cientos de metros de desnivel desde la que divisar el Júcar, desde el término municipal de Villalba de la Sierra; y en Uña también se puede recorrer la ribera de la laguna por la carretera que lleva a la Escuela Regional de Pesca y ver aves como ánades o cigüeñas.

El arroyo de la Madera y otros miradores de las Hoces del Júcar, un acueducto de hierro o la laguna de la Uña, son otros de los atractivos de estas tierras que se pueden conocer si se alarga la visita.

Después, probar platos típicos de esta zona ayuda a reponerse tras el turismo natural y entre ellos se encuentran el cordero asado, el morteruelo, el mojete serrano y el ajoarriero, así como las codornices escabechadas o los zarajos.

Y la localidad de Huete es un buen punto y final a este itinerario, donde los turistas pueden trasladarle a épocas pasadas en las que poblaban este municipio los judíos, mudéjares y cristianos.

Fruto de su presencia, Huete conserva su castillo que fue alcazaba musulmana, aunque tan solo una torre de las dieciséis que llegó a tener se mantiene en pie, junto a aljibes y canalizaciones de agua; pero también se puede conocer el carácter más noble de este histórico municipio por sus casas palacio de familias como los Lara y los Castro.

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