TOLEDO.- El expresidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, anima al PSOE regional a "cuidar el plus regionalista" con el que nació esta formación, para evitar así lo ocurrido en Castilla y León con la aparición de partidos "regionalistas, localistas y provinciales".
Así lo manifestaba este lunes Barreda durante la presentación de su autobiografía 'Historia vivida, historia construida' en la Biblioteca de Castilla-La Mancha donde señalaba que "mucha gente se ha preguntado por qué en Castilla-La Mancha no ha sucedido lo que en Castilla y León".
La respuesta, remarcaba, es que "desde el primer momento tuvimos claro que el PSOE tenía que ser el partido de Castilla-La Mancha, de la región, regionalista" y tener ese "plus", además del político e ideológico correspondientes a sus siglas.
"De dedicarnos por encima de cualquier otra consideración al interés general", algo que ha indicado que hizo en su momento José Bono, él mismo y que ahora está haciendo "estupendamente" García-Page, añadía.
Sobre el libro, Barreda destacaba algunos detalles pero sin desvelar todo el contenido como, desde el punto de vista más personal, cuando conoció a su esposa, Clementina Díez de Baldeón.
En este sentido ha dicho que "sería otro si no la hubiera conocido a los 17 años y hubiera compartido mi vida con ella durante todo este tiempo", así como cuando ella le instó a "acabar primero la carrera y luego hacer la revolución", recordaba.
En el plano más político, el expresidente castellanomanchego homenajeaba a quienes "se quedaron en el camino pero también empujaron para conseguir la libertad y la democracia, aunque luego no se vio compensado personalmente si bien sí cívica y socialmente por el logro colectivo".
Ha apuntado que en el libro trata de explicar este fenómeno de personas que, procediendo de familias conservadoras, "tomamos partido por la igualdad y el socialismo democrático", del que se ha mostrado "contento" por su trayectoria, así como ha recordado cuando conoció a Bono, en un mitin del año 1983, y como llegó a nombrarle consejero de Educación y Cultura.
De esa etapa, subrayaba el "cambio de connotación" que lograron darle al Alcázar de Toledo, escenario de esta presentación, y de cómo este edificio pasó de hacer referencia sobre todo al capítulo del asedio en la Guerra Civil a ser "un lugar de cultura y civilización" al acoger la Biblioteca regional.
También recalcaba la importancia de hacer que "una generación de padres y madres que no tuvieron la oportunidad de tener estudios superiores y de abuelos analfabetos, pasara a otra de hijos y nietos universitarios" con la creación de la Universidad de Castilla-La Mancha.
Además, ha reivindicado la política y los políticos al tiempo que ha lamentado que están puestos "bajo sospecha", lo cual atribuye a "muchos errores cometidos por mucha gente", aunque no obstante ha afirmado: "Yo soy de los se remueven cuando se generaliza diciendo que todos somos iguales, porque podría poner muchos ejemplos de cuestiones que nos diferencian a unos y otros".
Por su parte, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que le arropaba en este acto de presentación del libro, invitaba a leerle por conocer el perfil de Barreda, "de natural, discreto", y capítulos de su vida como la relación con su mujer, cuya figura también alababa, así como descubrir su papel en la política, en la que "le tocó una cosa muy complicada como fue sustituir a una persona como Bono".
Además, lamentaba que, en su momento, "hubo una operación de aniquilación" contra él y confesaba que incluso le pareció "ofensivo" y de una "carga obscena brutal" que le plantearan cuando asumió la Secretaría regional del PSOE que pidiera disculpas por la "herencia". Asimismo aseguraba que los socialistas están "muy orgullosos" de todo el trabajo hecho por sus antecesores y de cómo se ha gestionado la autonomía.
Coincidía con Barreda en que la democracia española, el nacimiento y desarrollo de las autonomías, y la incorporación a la Unión Europea (UE) son "revolucionarias" y que las tres juntas son también hoy día "la solución".
García-Page también reivindicaba el simbolismo cultural del Alcázar de Toledo desde que acoge la Biblioteca de Castilla-La Mancha y desvelaba que al menos en dos ocasiones ha tenido sugerencias o propuestas para sacar de allí la Biblioteca regional.
