Dimite otra consejera de Podemos en Castilla-La Mancha con una dura carta contra la dirección

  • Miriam Pérez abandona el Consejo Ciudadano regional y pide la baja del partido tras denunciar irregularidades en la gestión de José García Molina y su equipo, a los que acusa, entre otras cosas,  de "generar una red clientelar " para "no perder el poder" y "apartar a los críticos".

  • Asegura que se marcha por "responsabilidad" y gracias a que "Íñigo Errejón ha demostrado que se puede seguir adelante desde otros caminos", por lo que su renuncia se suma a la que hace solo dos meses presentaron las entonces consejeras Cristina Cancho y Laura Lorrio.

TOLEDO.- En plena crisis interna, sin haber digerido aún la vuelta de tuerca de Íñigo Errejón y con el órdago de la mayoría de líderes territoriales de Podemos sobre la mesa, la formación morada castellano‑manchega continúa debilitándose y perdiendo efectivos. Muestra de ello el nuevo abandono en el Consejo Ciudadano de Podemos Castilla-La Mancha debido a la falta de transparencia, el ninguneo al que se somete a algunos compañeros y desafección hacia un proyecto que ha dejado de ser ilusionante.

Motivos que señala en una dura carta de dimisión la hasta ahora consejera Miriam Pérez Gutiérrez, quien ha anunciado su marcha del partido morado al considerar que "la actuación de la dirección del partido" en la región durante los últimos veinte meses no la representa, como tampoco a "los principios" que la llevaron  a presentarse en representación de los círculos.

Una nueva salida de este maltrecho Consejo Ciudadano regional que en los últimos meses ha ido perdiendo componentes, que han presentado su dimisión al ver cómo de una forma u otra se les imposibilitaba el desarrollo de su labor como consejeros.

Tras Laura Lorrio y Cristina Cancho es ahora Miriam Pérez quien dice adiós a este órgano y pide la baja en la formación morada, al considerar que es "lo más responsable" hacia sí misma, pero también hacia "los derroteros" de la formación, más aún ‑advierte‑ "ahora que Íñigo me ha demostrado que se puede seguir adelante desde otros caminos".

Y es que para esta ciudadrealeña su andadura en el Consejo Ciudadano autonómico de Podemos ha estado plagada de sinsabores y situaciones con las que considera necesario terminar.

Cuestiones que va desgranando a lo largo de su escrito de dimisión ‑al que ha tenido acceso PeriódicoCLM‑, en el que relata, por ejemplo, cómo "desde el primer día" el funcionamiento del Consejo Ciudadano regional "se ha basado en no perder el poder, apartar a los críticos, generar una red clientelar, usar la información y los tiempos en su propio beneficio", así como "otros muchos comportamientos" que considera "impropios" de un partido que "ilusionó a millones de personas hace cinco años y que hoy está prácticamente desarticulado a nivel municipal, sobre todo en las zonas rurales".

Relata así que la primera situación de este tipo vivida se producía incluso antes de celebrarse la primera reunión del Consejo Ciudadano, cuando "se impedía la entrada al diputado David Llorente ‑portavoz de Podemos en el Parlamento regional‑ con una burda excusa", al indicar que no podía asistir como hasta entonces había hecho "porque al haber nuevo Consejo Ciudadano autonómico, habría nuevo reglamento", algo que "no era cierto", sino que respondió a una decisión personal del secretario regional de la formación, José García Molina, según denuncia la ya exdirigente del partido morado.

Respecto a la segunda reunión, recuerda cómo se acudió con un consejero ciudadano menos, tras la "expulsión ilegal" de Fernando Barredo, a raíz de las "mentiras y calumnias" publicadas contra él en un periódico de ámbito nacional e impidiéndole asistir a las reuniones, "llegando a contratar seguridad privada para hacerlo", precisa.

Una reunión, por otra parte, en la que únicamente se informó sobre "la pregunta trampa" con la que se consultó a los inscritos "para asegurarse entrar en el Gobierno de Page si queríamos tener presupuestos regionales", y que "nada tuvo que ver" con la planteada a los consejeros ciudadanos a través de Telegram ‑canal considerado a veces oficial para unas consultas y otras no válido para ello, a conveniencia de los responsables de la formación‑.

Como también considera "impropio" que cuando en la siguiente reunión se acordó contratar a alguien para ayudar a la secretaria de Organización, María Díaz, esta decisión se transformó en "un dedazo" al contratar al secretario del Grupo Municipal de Ganemos en el Ayuntamiento de Ciudad Real y compañero de la secretaria de Finanzas, Mario Herrera, el cual, según precisa Pérez en su escrito, "ha ocultado las cuentas del partido en la región en estos veinte meses".

Critica así la falta de transparencia en las finanzas de la formación a nivel regional, "a pesar de las reiteradas" ocasiones en las que se han solicitado explicaciones por parte de varios miembros del Consejo.

Hace también referencia a otra reunión del Consejo, a la que asistían como invitados David Llorente y Antonio Sanabria ‑entonces asesor de Podemos en las Cortes regionales‑ para explicar por qué no habían firmado el cambio de condiciones de trabajo de los empleados del partido, y que fue aprovechado por la secretaria de Organización para sacar "un escrito recibido la noche anterior" en el que se acusaba al diputado regional "de trato sexista y de amenazar a las empleadas".

Y a todas las reuniones a las que los consejeros han debido acudir "sin más información o documentación que el acta anterior", las cuales ‑denuncia‑ "no se han vuelto a publicar desde hace más de un año", apareciendo en algunas de ellas la firma de personas "que ni asistieron a la reunión anterior".

Un cúmulo de razones que la ya exconsejera de Podemos resume en falta de transparencia que "roza la vergüenza ajena"; la suspensión "ilegal" de un consejero; el uso del feminismo "para desacreditar y purgar a un diputado"; oscurantismo en las contrataciones; la invisibilidad en las redes sociales oficiales del partido del trabajo realizado por los cargos "no afines" y "actas que no responden a lo debatido anteriormente e incluso que adjuntan falsedades".

A ello se suman el "acoso" a compañeras por opinar diferente; la falta de cumplimiento de la paridad en la representación del partido en la televisión pública, así como el "ninguneo" a consejeras críticas.

Vivencias que han llevado a Miriam Pérez a perder "la ilusión" por este proyecto, en el que no quiere ser "una futura pegacarteles".

Termina su escrito de dimisión agradeciendo a varios de sus compañeros ‑algunos ya fuera del partido o en cargos diferentes al Consejo Ciudadano regional‑ (Cristina Cancho, Laura Lorio, Xohana Bastida, María del Carmen Usero, Clorinda Ivonne Tejada, Ana Ortega, María Ángeles Llorente  y Fernando Barredo) todo lo aprendido a su lado, "por ser grandes trabajadoras y luchadoras". También a otros dos consejeros, Luis Benítez de Lugo y Ana del Val, con los que, a pesar de no pensar igual respecto a "las formas" del partido, "siempre han estado dispuestos a debatir, hablar o aclarar situaciones" y a los que considera también "gente luchadora".

Al resto, "por si no tengo oportunidad de volverlos a ver", les dedica la última línea de su carta de dimisión para desearles "suerte y salud en la vida".

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