Page lamenta que se hayan "inventado" ministerios que no sean más que "un apartamento en la Castellana"

El presidente de Castilla-La Mancha pone a la cartera de Consumo y la de Universidades como ejemplo del "ombliguismo de la M-30" que aqueja al Estado.
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, durante el acto de este miércoles en Toledo. —  E. GONZÁLEZ
photo_camera El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, durante el acto de este miércoles en Toledo. — E. GONZÁLEZ

TOLEDO.- El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha criticado hoy el "ombliguismo" de la M-30 que aqueja al Estado al que, incluso en el discurso, le cuesta salir más allá y ver que tras la circunvalación madrileña "hay otra España".

Así lo ha señalado el jefe del Ejecutivo castellanomanchego durante un acto celebrado en Toledo, en el que García-Page ha recordado que en el marco constitucional lo que ha hecho el Estado ha sido "quitarse" las competencias, de modo que aquellas "realmente trascendentes para la opinión pública", como son la educación, la sanidad, el empleo o los servicios sociales, se encuentran ya en manos de las autonomías.

Un contexto que lleva a preguntarse "qué queda del Estado", algo que en algunos casos, como "algunos ministerios que se han inventado, como el de Consumo o el de Universidades", ha señalado, no es más que "un apartamento en la Castellana".

Considera García-Page que en Madrid hay "demasiado ombliguismo" y por ello es importante que es importante que desde allí se "asomen" al resto de España y que el resto "entre en el circuito y en los debates de Madrid".

Para el presidente regional en Castilla-La Mancha no se pierde el tiempo en problemas de autoestima, puestos que "sabemos quiénes somos", hay gente en España que "está perdiendo el tiempo, mirándose todos los días al ombligo".

Algo que ha relacionado con el que es, a su juicio, "uno de los problemas" que tiene el país, y que no es otro que el "ombliguismo de la M-30". Un concepto con el que no tiene que ver con Ayuso ni con Almeida, "que ya hablarán ellos" -ha precisado-, sino más bien con "la fundación como distrito federal de la Comunidad de Madrid", fruto de un pacto entre el PSOE y UCD en su momento, con el objetivo de que fuera una comunidad que "empatizara con toda España".

Así, considera que es "importante" que "desde Madrid no se emitan mensajes negativos, porque a ver si el rechazo de una parte de Cataluña a la idea de España, se complica mucho más, en un agravio entre Cataluña y Madrid, que sería más grave y más duro de superar", ha sentenciado.

En este sentido, García-Page considera que eso se debe "evitar" y para ello cree que "Madrid tiene que caer simpático al conjunto de España, desde la perspectiva de que es la capital de un estado tan complejo como el nuestro".

LA CITA EN SANTIAGO

Un contexto en el que se va a dar "un paso importante" el próximo día 23 de noviembre en Santiago de Compostela, donde varios presidentes autonómicos "vamos a dejar muy claro" cuál es el modelo de España plural, también en términos financieros y económicos, en el que "nosotros también contamos".

Una lógica desde la que considera importante "ayudar" a que Madrid se asome al resto del país, y que "no tenga que salir un diputado por Teruel para que alguien se acuerde de que existen provincias que van a desaparecer". En este sentido ha considerado "lamentable" que pase simplemente como "necesidad electoral", y peor aún si quien "defiende ese objetivo de Teruel, vive en Valencia", ha apostillado en referencia a Tomás Guitarte, único diputado de Teruel Existe.

El presidente castellanomanchego ha pedido que en este modelo de transición en el que se adentra el país, "se siga el consejo de Baltasar Gracián", quien consideraba muy imprudente no acometer los problemas que se tienen delante -como considera Page que se actuó en la última etapa de la crisis en las relaciones con Cataluña-, pero mas aún es salir a buscarlos.

Por ello, y aunque es consciente de que en España "tenemos que hacer muchas cosas", es importante "no inventarnos problemas", que es, en su opinión, "lo que han conseguido en algunos sitios los populismos", los cuales no arreglan problemas reales sino que "se inventan otros".

LOS DÍAS CONTADOS

No obstante, para Emiliano García-Page son "pocos los años" que restan al populismo en España, una "infección político electoral" que terminará reabsorbiéndose, tanto a izquierdas como a derechas.

Una reabsorción tras la que no se trata de "ir a una política de centro, ni a un PP-PSOE, ni a un bipartidismo", puesto que "en España como tal nunca ha sido real" -ha precisado- ya que "la mitad de los gobiernos democráticos han estado vendidos, políticamente, o al PNV o a Convergencia", algo que -ha apostillado- "no es del todo malo" puesto que "nos vamos entendiendo".

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