Aunque finalmente tanto el Grupo Parlamentario Socialista como el Grupo Parlamentario Popular han sacado adelante en el pleno de las Cortes sus respectivas propuestas sobre la cohesión de España con los únicos votos a favor de sus propias bancadas, absteniéndose el Grupo Parlamentario Podemos en ambas ocasiones, la realidad es que dicho debate ha sufrido momentos acalorados durante las intervenciones de los ‘populares’.
El debate era a propuesta de los conservadores, pero el primero en intervenir ha sido el diputado de Podemos, José García Molina. En su intervención, el líder de la formación morada ha criticado que "no era ni el momento ni el lugar" para traer "este debate falso" al Parlamento, calificándolo de "oportunista" y no "oportuno", en la víspera de las elecciones catalanas del próximo domingo.
Molina ha defendido un modelo de estado plurinacional en el que se pueda "debatir sobre la forma de poder estar juntos con el respeto de las singularidades" y ha abogado porque la legitimidad del Estado no se imponga sino que se decida por "vía democrática de las urnas".
Por su parte, el socialista Rafael Esteban ha señalado que "hay un debate ahí fuera, que es Cataluña", debate que, a su juicio, tiene que ir en la línea de convertir las "debilidades y amenazas" en "fortalezas y oportunidades". "No se puede estar permanentemente en el ataque, en la confusión", ha asegurado.
Esteban ha defendido que "lo que hace diferentes" a los ciudadanos tiene que servir para "unirlos mucho más" porque por medio de "proyectos comunes" se contribuye al espíritu de ser español, rechazando el enfrentamiento entre partidos, porque tiene el mismo efecto que "el agua a los gremlins".
Para finalizar, la diputada del PP Ana Guarinos ha replicado al diputado de Podemos que este debate "es serio y muy importante" porque se aborda la indivisibilidad de España, ya que el país ni "se divide ni se trocea". Sobre este asunto ella ha dicho sentirse “muy española y sin ningún tipo de complejos”, aseguraba al tiempo que señalaba con su dedo índice la pulsera con los colores de la bandera constitucional que llevaba en la muñeca.
Ha reconocido que le pone la piel de gallina recordar el espíritu de la Constitución española que, a su parecer, es un texto en el que no hay "ni una palabra inoportuna ni un artículo incorrecto", al tiempo que ha defendido que "ningún territorio está por encima de todos los españoles".
