TOLEDO.- El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, está absolutamente convencido de que el Gobierno de España, "ni éste, ni ninguno" -ha precisado- vaya a plantear el apoyo a las cuentas como "una compraventa o un alquiler de intereses", puesto que se trata de una cuestión moral.
Así de rotundo se ha mostrado el jefe del Ejecutivo castellanomanchego durante una entrevista en el programa Espejo Público de Antena 3, en relación a las palabras que el pasado lunes pronunciaba el coordinador de EH Bildu, Arnaldo Otegi en un acto celebrado en Eibar, donde apuntaba la necesidad "obligar" al Gobierno de Sánchez a un cambio legislativo que favorezca a los presos de ETA y señalaba que "si para que salgan doscientos presos hay que votar los presupuestos, los votaremos".
Unas consideraciones a las que ya había reaccionado este miércoles García-Page, calificándolas como "un insulto, no solo a la dignidad de las víctimas y sus familias, sino a la moral de un país", subrayando además que los integrantes de Bildu son "los herederos de la banda terrorista".
Aseguraba así no estar dispuesto a aceptar que "los perdedores de la banda terrorista puedan estar planteando un intercambio de presos por dinero". Algo tan inmoral en sí mismo, que "explica cómo pudieron amparar y convivir con la violencia".
En esta misma línea ha vuelto a pronunciarse este jueves, señalando que si hace diez años cuando se produjo la renuncia de ETA "no hubo contraprestación", ahora resultaría "más inmoral" que se planteara "por los flecos" del problema del terrorismo, "de ninguna de las maneras", ha añadido.
De este modo se ha mostrado convencido de que el Gobierno no planteará obtener el apoyo a los presupuestos como una compraventa, puesto que se trata de "un problema moral" que "va más allá de las elecciones y de la política".
Por otra parte, García-Page considera "molesto" que a Otegi y a su formación se les esté dando un "sobreprotagonismo político" y que Bildu "siga sacando rendimiento a ETA".
Y es que, ha recordado el presidente autonómico, el fin del terrorismo fue una "renuncia unilateral" por muchas circunstancias, "por los aciertos de los distintos gobiernos, de manera especial el último, y sin contraprestaciones", ha subrayado, por lo que a ETA "no le quedaba más camino que renunciar".
Asimismo ha precisado que si Otegi intervino en el último tramo intentando intermediar únicamente fue porque respondía al interés de su formación política el buscar una salida "a lo que ya no tenía". Algo que no fue ni buena intención por España, por los fallecidos o por las víctimas, sino que "simplemente hizo lo que tenía que hacer en interés de su organización".
Respecto a este punto, este miércoles García-Page apuntaba que realmente no hubo un acto de voluntad, sino "un acto de derrota", puesto que la victoria frente al terrorismo de ETA fue posible "por el esfuerzo colectivo de una sociedad que tuvo moral para aguantar", además de "gallardía, coraje y determinación".
"Echo de menos, después de diez años, un reconocimiento de derrota y de perdón, eso no lo va a arreglar todo, pero sí que nos hará colectivamente celebrar algo que, a pequeña escala, celebramos hoy aquí, la suma", sentenciaba el presidente de Castilla-La Mancha.
