TOLEDO.- El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha aplaudido este martes el "éxito colectivo" que supone para la democracia española el fin de los ongi etorri, es decir, los recibimientos públicos que se realizaban a los presos de la organización terrorista ETA una vez habían cumplido su condena.
El jefe del Ejecutivo autonómico ha realizado estas declaraciones este martes durante la presentación de un proyecto de depuración en la ciudad de Talavera de la Reina, donde ha resaltado el contraste entre los homenaje a los etarras y los actos institucionales "absolutamente respetuosos" con motivo de la disolución de la banda terrorista.
"No hemos tirado ni un cohete, ni hemos celebrado ni una fiesta, ni a nadie se le ha ocurrido declarar fiesta el día que se anunció el fin definitivo de ETA", ha recordado el dirigente autonómico, quien en octubre avanzó que Castilla-La Mancha tendrá una ley para reconocer a todas las víctimas del terrorismo.
En ese sentido, García-Page ha lamentado que "un país que ha sufrido" y además ha sido "pudoroso" y "templadísimo" a la hora de celebrar el fin del terrorismo vasco "haya tenido que estar aguantando años después cómo todavía a los asesinos se les vitoreaba como si fueran héroes".
El líder socialista ha opinado que aplaudir a los asesinos supone un acto de "inmoralidad", añadiendo que detrás de ese tipo de acciones siempre está la "cobardía", y ha criticado nuevamente que se les tratase durante tanto tiempo como héroes cuando lo que hicieron fue "amedrentar, asustar y explotar la esperanza de un país".
Por todo ello, el presidente castellanomanchego se ha alegrado de que hayamos conseguido que ahora "hasta les dé vergüenza" realizar homenajes públicos a los presos de ETA, afirmado que se trata de "otra pequeña muesca" dentro del "éxito colectivo" que supone el fin del terrorismo para España.
