El condenado, Salustiano Amador, en una imagen durante el proceso judicial. Foto: TeleMadrid

TOLEDO.- La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a 37 años de prisión a Salustiano Amador por asesinar a su mujer en la autovía A-5 a la altura de la localidad toledana de Santa Cruz de Retamar, dejar el cuerpo en la cuneta, donde fue hallado por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y tratar de matar a su cuñado. Además, se le retira la patria potestad de su hija menor y es obligado a indemnizar con más de 300.000 euros a varios afectados.

La sentencia se dicta después de que el pasado 2 de marzo el jurado popular considerara culpable al procesado de haber acabado con la vida de su mujer atropellándola intencionadamente en un suceso ocurrido el 24 de mayo de 2018 en el que intentó matar también a su cuñado.

El jurado consideró probados -en su mayoría por unanimidad- todos los hechos que se imputan a Salustiano, incluidos los agravantes de alevosía y ensañamiento que contempló la Fiscalía en sus conclusiones finales, con los que elevó de 39 a 44 años y medio la petición de cárcel.

Así, la sentencia da por demostrado que el procesado, tras estar en una celebración, decidió irse en coche junto a su mujer ‑Dolores Vargas‑, quien pidió a su hermanastra y al novio de ésta -Mohamed A.N.- que le acompañaran porque tenía miedo.

Durante el viaje los tres acompañantes de Salustiano le pidieron que parara debido a su conducción agresiva, y él acabo haciéndolo, momento en el que su mujer se bajó del coche por la puerta trasera derecha, a pesar de la petición en contra del procesado.

Cuando Dolores comenzó a andar por el arcén, delante del turismo, "Salustiano, con el ánimo de acabar con su vida, o representándose esa posibilidad, decidió acelerar y embestir a Dolores con el vehículo, pasando, al menos, en dos o tres ocasiones, sobre el cuerpo de ésta, mientras que aceleraba y daba marcha atrás, causando su fallecimiento", reza la sentencia.

Esto ocurrió de forma "sorpresiva, inesperada y súbita, sin que Dolores tuviera la posibilidad de defenderse", y después de que Salustiano hubiera insultado a su mujer por no haber entregado el regalo que llevaba a la celebración.

También había insultado a su cuñado al que golpeó en la cara y agarró del cuello, y que, una vez ocurrido el atropello de Dolores, también intentó atropellar dando marcha atrás y acelerando para alcanzarle.

La sentencia recoge que, como consideró probado el jurado, el procesado "impuso una relación de control y dominación" sobre su mujer acabó con su vida "al no respetar que le llevase la contraria", y no considera demostrado que el haber consumido alcohol o drogas le afectase a su capacidad volitiva e intelectual.

Rechaza así la versión exculpatoria del acusado, que aseguró que había consumido alcohol y drogas y no supo que había atropellado a Dolores, porque "carece de la más mínima racionalidad".

Por todo ello la Sección 27 de la audiencia madrileña condena a Salustiano a 26 años de cárcel por un delito de asesinato con agravante de parentesco, de razón de género y reincidencia; le prohíbe acercarse a su hija menor durante veinte años y le retira la patria potestad, y además le impone pena de libertad vigilada durante cinco años.

También le condena a once años y tres meses de cárcel por un delito de asesinato en grado de tentativa contra su cuñado, al que le prohíbe acercarse durante dieciséis años. Por las lesiones que le causó le impone una multa.

La sentencia suma en indemnizaciones más de 300.000 euros en total para este cuñado y su novia -ambos iban en el coche el día del crimen-, y para la hija menor de Salustiano, su suegra y otros familiares.

Los magistrados aclaran que, como establece el Código Penal, las penas de prisión impuestas tendrán un tiempo máximo de cumplimiento de treinta años.