Alrededor de cincuenta personas han formado la cadena humana de las lagunas de Villafranca, que ha reclamado así a las administraciones una mejor gestión de los vertidos contaminantes y residuos a los ríos, mares y océanos, y en el caso concreto de estos humedales manchegos se exige un mejor tratamiento de las aguas del río Gigüela, haciendo extensivo el uso de depuradoras en todos los municipios de su cuenca, el control de extracciones ilegales de agua y una mejor gestión del río y las lagunas por parte de la Confederación Hidrográfica del Guadiana.
Desde el colectivo ecologista se ha querido poner en valor la necesidad de contar con la puesta en marcha y desarrollo del Plan de Ordenación de Recursos Naturales por parte del Gobierno regional. Un documento que data de 2006, con casi 20 años de recorrido ya -recuerdan-, y con el que se pretendía "contribuir a mantener un estado de conservación favorable a las especies de aves, flora y fauna silvestre que tengan presencia en el territorio", según refleja el documento. Sin embargo, a día de hoy, "aún no se ha concretado en medidas eficaces".
En este sentido, desde la Asociación Lagunas Viven proponen el establecimiento de un caudal ecológico en el río Gigüela; fijar concesión justa y a partir de criterios científicos para las Lagunas de Villafranca y mejorar la calidad del agua en todo el entorno depurando vertidos y controlando los mismos.
