Acogimiento familiar: una alternativa solidaria para los menores tutelados

El acogimiento familiar temporal es la medida prioritaria de la Administración regional para los menores que tutela, ofreciéndoles así la posibilidad de contar con un ambiente familiar adecuado y estable, darles seguridad y cuidados en el seno de un hogar.

TOLEDO.- Un ambiente familiar adecuado, estabilidad, cariño, cuidados, poder contar con una figura de referencia y una atención personalizada a sus necesidades son algunos de los beneficios que proporciona al menor el acogimiento familiar. Una decisión que ofrece al niño o la niña, mientras esté bajo tutela de la administración, la posibilidad de vivir en un ambiente familiar complementario al suyo, en el que pueda recibir el cuidado y la atención que le faciliten un desarrollo armónico de su personalidad, al tiempo que mantiene la relación y el vínculo con su familia de origen.

Una medida temporal, incompatible con la adopción, que posibilita que para esos niños y adolescentes la familia siga siendo el grupo fundamental para el crecimiento y el bienestar, aunque por un tiempo tenga que ser distinta a la suya.

El acogimiento familiar se presenta así como una alternativa adecuada y complementaria a los menores que por diversas circunstancias no pueden ser atendidos por sus familias, pero también para los de aquellos progenitores que no pueden ejercer la parentalidad por distintos motivos.

Su papel es asumido por las familias acogedoras, que se comprometen a cuidar y educar al menor, apoyarle incondicionalmente, integrarme en su red social, respetar su identidad personal y familiar, su historia de vida, así como a facilitar la relación con su familia de origen y colaborar con la Administración.

Una labor de los acogedores que también supone su compromiso para ayudar al menor a elaborar su vida, así como a reparar y compensar daños y carencias a nivel afectivo.

Familias acogedoras que abren las puertas de su hogar a estos niños y adolescentes de forma temporal, cubriendo sus necesidades, proporcionándoles apoyo, seguridad y afecto.

¿QUIÉN PUEDE ACOGER?

Para poder convertirse en acogedor es necesario cumplir una serie de requisitos. En Castilla-La Mancha puede acoger cualquier persona mayor de 25 años, o formar parte de una familia dispuesta a ofrecer un ambiente estable y afectivo al menor.

Un núcleo familiar en el que todos sus miembros deberán estar dispuestos al acogimiento.

Personas y familias que son cada vez más necesarias, y que deben estar dispuestas al compromiso solidario que representa acoger a estos menores vulnerables.

Niños, niñas y adolescentes hasta los 18 años tutelados o en situación de guarda por la Administración, para los que se haya determinado el acogimiento como medida temporal, al estar previsto el retorno con su familia de origen o en tanto se determina otra medida de protección más apropiada para su situación.

Menores que en ocasiones presentan necesidades especiales, ya sea por su edad, por ser grupos de hermanos o por sus capacidades diferentes, y sobre los que el Programa de Acogimiento Familiar de Castilla-La Mancha destaca la necesidad de poner el foco.

Pero con la voluntad de querer ayudar a estos menores no basta, y por ello las personas que solicitan colaborar en el programa reciben una formación específica, con el objetivo de proporcionarles los conocimientos y habilidades necesarias para afrontar las posibles dificultades que puedan surgir en el proceso de acogimiento familiar.

Tras la formación, el equipo interdisciplinar de la Dirección Provincial de Bienestar Social realiza una valoración de la familia solicitante a fin de determinar su inclusión en la bolsa de familias acogedoras de la región.

Un proceso en el que también se analiza el tipo y duración de los acogimientos que cada familia se encuentra dispuesta a ofrecer, y que puede durar desde unos días, en los acogimientos de urgencia, hasta varios años.

APOYO CONSTANTE

Una labor en la que las familias acogedoras no se encuentran solas. Y es que desde la Administración regional se les ofrece apoyo técnico y supervisión especializada durante todo el proceso.

Apoyo importante sobre todo en los momentos más sensibles, como los primeros encuentros, las visitas u otras eventualidades que pudieran dificultar la adaptación de los niños.

Pero, además, las familias acogedoras cuentan también con un apoyo económico para sufragar los gastos derivados del acogimiento del menor dentro de la familia por gastos que genere el niño.

Las personas o familias interesadas en colaborar en el programa mediante el acogimiento de uno o más niños, deben dirigirse a los servicios de Menores de la Dirección Provincial de Bienestar Social, donde les ofrecerán la información que precisen y donde podrán tramitar la solicitud de colaboración con el programa.

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