"Preferimos hacer un traje a medida a comprarnos un chándal"

  • El director general de Salud Pública defiende la adaptación de las medidas para frenar el coronavirus adaptadas "a las realidades y necesidades particulares" de cada municipio.
  • Camacho reconoce que la situación en Castilla-La Mancha respecto a la pandemia "dista mucho de ser buena", aunque en las últimas semanas se ha producido "cierta estabilización".

TOLEDO.- A la hora de establecer restricciones y medidas especiales para tratar de frenar la expansión del coronavirus, Castilla-La Mancha prefiere, siempre que se puede, "hacer un traje a medida a comprarnos un chándal", puesto que las realidades y necesidades particulares de cada municipio y cada territorio son distintas, por lo que "la manera de actuar también ha de modularse".

Así lo ha señalado el director general de Salud Pública, Juan Camacho, durante la rueda de prensa que ha ofrecido este viernes en Toledo, para informar sobre la incidencia de la COVID-19 en la región así como sobre las decisiones adoptadas en la última reunión del Consejo Interterritorial.

En concreto, ha detallado cómo ayer mismo se aprobaban dos tipos de documentos, uno a nivel nacional, que ejerce de acuerdo marco, y otro de ámbito regional de actuaciones coordinadas para controlar, en la medida de lo posible, la posible incidencia de la pandemia por COVID-19.

Respecto al documento aprobado para todo el territorio nacional, Camacho ha destacado su virtud de "armonización", al plantear cuestiones de mínimos que "sirven de herramienta común para todas las comunidades autónomas", marco dentro del cual cada región tiene la capacidad de decisión a la hora de "trasladarlo a su realidad específica" tanto en el contexto de la pandemia como de características sociales, demográficas o geográficas.

Ha detallado así que el documento nacional recoge unos "mínimos" sobre los que trabajar, mientras que el autonómico "simplifica" respecto a las actuaciones que se estaban llevando a cabo hasta ahora.

De este modo, mientras que hasta el momento en Castilla-La Mancha había cinco niveles de actuación: medidas de nivel 1, de nivel 2, de nivel 3, a nivel de Gerencia de Atención Sanitaria y  para poblaciones de más de 50.000 habitantes, ahora con el nuevo documento se simplifican los niveles, pasando a ser solo 3.

Ambos documentos, ha subrayado, están "vivos, son adaptables", al tiempo que ha recordado que tanto los indicadores como las medidas para los distintos niveles de riesgo "pueden y deben ser" revisados.

Se trata, ha precisado, de "un molde" que debe irse adaptando "a cada realidad concreta".

Línea en la que ha considerado que también se encontraban las palabras del presidente autonómico, Emiliano García-Page, de hace unos días en las que planteaba la necesidad de abordar la posibilidad del toque de queda como medida a nivel nacional.

"Creo que se refería más a una circunstancia en la que no había un mínimo de actuación, ni estas líneas maestras" que ahora establece el documento aprobado en el Comité Interterritorial.

No obstante, respecto a la posibilidad concreta de disponer del toque de queda como herramienta para tratar de frenar el avance de la pandemia,  que era solicitada ayer formalmente el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, en el Consejo Interterritorial, Camacho ha recalcado la posición favorable del Ejecutivo castellanomanchego hacia poder contar con el toque de queda "como una herramienta más de gestión a la hora del control de la pandemia, incluido dentro del paquete de medidas del nivel de riesgo" que se considere.

Pero además, disponer de ella a nivel nacional y "aplicarla de una manera armonizada" consideran que puede ser "de enorme utilidad".

No obstante, ha precisado que aún quedan por definir diversas cuestiones al respecto, como por ejemplo los horarios de inicio y finalización y, fundamentalmente, "cómo se plantearía jurídicamente", algo que "se está estudiando a varios niveles".

Y aunque desde Castilla-La Mancha se considera que "todo lo que venga del consenso y del estudio profundo a nivel nacional nos da un soporte jurídico mayor", Camacho ha recordado que el toque de queda "no deja de ser una limitación a un derecho fundamental, el derecho de libre circulación".

"LA SITUACIÓN DISTA MUCHO DE SER BUENA"

Valoraciones de una medida que se hacen desde el Gobierno regional en un momento en el que Castilla-La Mancha se encuentra situada "en la mitad hacia abajo de la tabla de incidencia acumulada en los últimos 7 días".

Y aunque en las últimas semanas se ha registrado "cierta estabilización", el director general de Salud Pública ha reconocido que "la situación dista mucho de ser buena".

"Hay muchas comunidades autónomas que están muy mal, la nuestra está mal, indudablemente", ha señalado Camacho, aunque esto "no nos hace parar, sino todo lo contrario".

En este sentido ha recalcado la importancia de "seguir insistiendo en medidas, en la responsabilidad social, así como el refuerzo de todos los recursos tanto de diagnóstico como de rastreo y asistencia".

CASI 8 MESES DEL PRIMER CASO

En este contexto el director general de Salud Pública ha recordado que dentro de seis días se cumplen exactamente ocho meses desde que se confirmara el primer caso de COVID-19 en la región, "creo recordar que ni se llamaba así, no tenía nombre", un paciente de la provincia de Guadalajara que ingresaba en el hospital con un problema respiratorio.

Desde entonces han pasado ocho meses en los que "hemos vivido casi de todo: momentos de sorpresa, de desaliento; momentos de sentirnos avasallados por la marcha del virus; momentos de aprendizaje, de ánimo".

Y aunque se entiende "la fatiga" de la sociedad, "el estar ocho meses con una espada de Damocles, sometidos a restricciones, a miedos y dificultades", algo "difícilmente tolerable", hay que ser conscientes de que "o permanecemos con la guardia alta y teniendo en consideración que la única manera de poder con esto es tomar cada uno nuestra parte de responsabilidad" o "difícilmente vamos a poder con el virus".

Comentarios