Page pide no tocar la Constitución "bajo ningún tipo de amenaza, ultimátum o chantaje"

  • El presidente castellano-manchego defiende la necesidad de un "gran consenso" para reformar la Carta Magna y reclama el papel de todos los españoles a la hora de tomar decisiones que "incumben a todos".
  • Hace un llamamiento al consenso, al acuerdo y a la serenidad, puesto que de perder los nervios saldrían ganando "los polos más radicales".
  • García-Page defiende los logros cosechados en estos 40 años de Constitución española y de pluralidad territorial de las autonomías.
     

TOLEDO.- El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha asegurado hoy que no hay institución legitimada para "trocear" la soberanía nacional ni mercadear con los derechos de todos, por lo que considera que cualquier modificación de la Constitución no sería factible si no es gracias a un "gran consenso" que no derive "de ningún tipo de amenaza, ultimátum o chantaje".

Así lo ha defendido durante el acto institucional con motivo del XL aniversario de la Constitución Española de 1978, que se ha celebrado este miércoles en el paraninfo de San Pedro Mártir de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), en Toledo.

Un acto en el que el presidente regional ha reclamado el papel de "todos los españoles y las españolas" a la hora de tomar decisiones que "incumben a todos", censurando así la legitimidad de "ningún gobierno" para mercadear con esos derechos, algo que, celebraba, "las principales fuerzas políticas tienen claro".

En este sentido, el presidente castellano-manchego hacía hincapié en que "una cosas es que se pueda matizar" el texto "y otra dar cuartos al pregonero, o a quienes quieren acabar con ella".

García-Page sostenía así que la Constitución de 1978 está hecha de un material que "incluso da cobijo a quienes la atacan", aunque alertaba sobre una situación de "disenso" institucional que se traduciría en "miseria económica, social y más desigualdad".

Junto a ello, el jefe del Ejecutivo autonómico alababa el papel que la Carta Magna y el Estado de las Autonomías han jugado en el proceso de modernización y desarrollo tanto de España como de Castilla-La Mancha, al mismo tiempo que advertía sobre las "amenazas" que el contexto político actual suponen para ambas.

Así hacía un llamamiento "al consenso, al acuerdo y la serenidad", puesto que "los polos más radicales" saldrían ganando "si perdiéramos los nervios".

Señalaba así que ante un "intento de atropello a la Constitución" y al autonomismo desde Castilla-La Mancha "nunca estaremos cruzados de brazos". En este sentido, García-Page reivindicaba el papel de la región en el contexto nacional, subrayando que "tiene tanta voz como el resto" y que el Gobierno regional se encargará de protegerla, "de modo que "no vaya a haber dos regiones con privilegios a costa del problema de las demás" o que "se impidan o cercenen los derechos de los ciudadanos de Castilla-La Mancha" a través de legislaciones que favorezcan ninguna lengua "que aquí no se estudia".

En este sentido, subrayaba que "nadie puede hablar de libertad o pluralidad como coartada para tener privilegios", algo que está ocurriendo con el independentismo catalán y que sin embargo esconde la aspiración de alcanzar mayores cuotas de reparto financiero o competencias, de ahí que también "hablan de las nuestras", apostillaba.

Emiliano García-Page recordaba así a los independentistas catalaes que el actual periodo democrático se caracteriza precisamente por ser el de mayor libertad cultural de la historia de España, por lo que "tenemos muy claro de qué va la cosa", sentenciaba.

Por el contrario, los castellano-manchegos "somos parte del Estado, nos reconocemos en la Constitución y, además, ponemos por delante al país, por encima de nuestros intereses".

Y es que para el presidente regional Castilla-La Mancha "representa una forma de entender el país y una forma de consagrar el artículo 14 de la Constitución", que habla "con contundencia, de que lo que pase en España incumbe a todos los españoles y españolas", por lo que en esta región "no queremos ser más, pero tampoco ser menos".

En este contexto, advertía de la "tentación, ahora o en el futuro", que supondría el "enfrentamiento dual" del que precisamente protege la Carta Magna; una pretensión de "dividir el país en dos mitades" que sería "extremadamente negativa" y a la que "pone coto" la Constitución de 1978, gracias al consenso alcanzado entre la ciudadanía y los propios autores del texto.

Desde entonces han pasado cuarenta años en los que se han cosechado importantes logros en España y en Castilla-La Mancha, entre ellos el haber puesto las bases para la entrada de la Unión Europea o las cotas alcanzadas en materias como la Sanidad, la Educación, la Dependencia y los Servicios Sociales.

Así, defendía como "uno de los grandes inventos de la Constitución" el reparto de poder a través de la "pluralidad territorial" de las autonomías, lo cual ha permitido avanzar "como nadie hubiera imaginado hace cuarenta años".

El aumento del número de turistas, así como la vertebración de España y de Castilla-La Mancha a través del ferrocarril de alta velocidad o de la red de autovías y autopistas, o las cotas de seguridad ciudadanas que caracterizan al país y a la región, fueron otros de los logros destacados por García-Page.

Asimismo, subrayaba la importancia de la creación de la clase media, tanto en "términos sociales, económicos y políticos", el aumento de la esperanza de vida, la universalización de la Sanidad y la Educación públicas o el sistema de pensiones, "que hay que protegerlo, aunque haya que actualizarlo y mejorarlo".

Para García-Page "estos han sido con diferencia los mejores cuarenta años, que los hemos gestionado en libertad y entre todas y todos", al tiempo que aseguraba que la de 1978 es una Constitución "muy incluyente, hecha de una aleación que nos permite mantener su firmeza sin que ello signifique que sea frontal".

Al acto celebrado en Toledo acudían más de doscientos invitados entre los que se encontraban los alcaldes de las principales ciudades de la región, los presidentes de las diputaciones, miembros del Consejo de Gobierno, los diputados regionales y los partidos políticos sin representación parlamentaria.

También asistían diputados nacionales y senadores, representantes de la las organizaciones empresariales, sindicales, sociales y culturales de la región, del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y autoridades eclesiásticas, entre otros.

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