El alcalde de Albacete, Vicente Casañ, en el Pleno extraordinario donde ha formalizado su renuncia. Foto: Ayto. Albacete

ALBACETE.- Todo listo para el relevo en la Alcaldía de Albacete. Una vez se ha hecho efectiva la renuncia de Vicente Casañ en el Pleno extraordinario de este mediodía, el PSOE volverá a tomar el bastón de mando diez años después de haber perdido el poder en la ciudad más poblada de Castilla-La Mancha.

El hasta hoy alcalde ha oficializado su dimisión tras dos años de mandato, paso previo para cumplir el acuerdo firmado con el vicealcalde Emilio Sáez en el que se comprometieron a intercambiarse los roles en el seno de la coalición de Gobierno a mitad de legislatura.

Algo que se había pactado previamente entre las direcciones autonómicas del PSOE y Ciudadanos, en un acuerdo que también afecta a Ciudad Real, que cambiará de alcaldesa el próximo 18 de junio, Guadalajara y otros dieciocho municipios de la región.

En la sesión plenaria celebrada este lunes, han estado presentes la coordinadora regional de Ciudadanos, Carmen Picazo, así como el presidente de la Diputación, Santiago Cabañero, y el subdelegado del Gobierno, Miguel Juan Espinal.

Un acto en el que ha quedado latente la división interna que sufre la formación naranja, con la marcada ausencia de Arturo Gotor, concejal de Ciudadanos. Quien sí ha estado presente ha sido su compañera Teresa García Arce, edil de Cultura, pese a que el domingo denunció ante los medios que su partido estaba incumpliendo el acuerdo por el que debía pasar a ser diputada provincial.

A las críticas se sumaron la semana pasada el coordinador local en la capital, Ángel Perea, así como los responsables del partido en Almansa, Hellín, Villarrobledo y La Roda; que firmaron un escrito en el que mostraron su disconformidad con el traspaso de poderes "según se había diseñado", e insinuaron que Carmen Picazo "había pedido al PSOE que cambiase de candidato a la Alcaldía".

Casañ ha reconocido que los avances llevados a cabo en la ciudad se han realizado de manera "más lenta" de lo esperado por parte de la ciudadanía, y ha pedido disculpas a aquellos que consideran que no han cumplido sus expectativas, así como a su familia y amigos "por el tiempo" que no les ha podido dedicar.

El regidor, que mantendrá su acta de concejal, ha recordado que su Gobierno "ha estado marcado por la pandemia", que venía en la gestión "sin manual de instrucciones", como también por "la tormenta Filomena, que hemos olvidado porque logramos evitar daños mayores".

Una situación de excepcionalidad en la que, sin embargo, se han conseguido acuerdos de calado "histórico" como el 'Pacto por la recuperación económico y social', firmado por el Ayuntamiento y los principales agentes sociales, y con el aval de todos los grupos políticos de la Corporación municipal.

El ya dimitido como alcalde ha subrayado en su discurso que sus enemigos son "el desempleo, la crisis sanitaria, la precariedad laboral o los problemas de acceso a la vivienda que tienen los jóvenes". Unas desigualdades contra las que seguirá luchando, "sumando y no dividiendo, incluyendo y no excluyendo".

En ese sentido, ha asegurado que seguirá trabajando "con la humildad y la molestia de un albaceteño que quiere lo mejor para Albacete" y que lo hará "sin pensar en cálculos políticos".

Casañ ha presumido de algunos de los logros alcanzados hasta el día de hoy, como el proceso de peatonalización del centro de Albacete, haber bajado el IBI de los habitantes de la ciudad o el proyecto de urbanización de la AB-20.

Finalmente, ha declarado que "Albacete cambia de alcalde, pero no cambia de Gobierno", y le ha desenado lo mejor al socialista Sáez en su nueva etapa. "Mucha suerte, Emilio. Porque tu suerte será la de todos", ha comentado.

En el turno de palabra de los grupos municipales, la portavoz de Vox, Rosario Velasco, ha espetado que el hasta ahora alcalde "ha cumplido con el PSOE, pero ha incumplido con los albaceteños que le votaron en su día", y ha descrito al Ejecutivo municipal como "un Gobierno socialista encabezado nominalmente por Casañ".

La lideresa de la extrema derecha ha cuestionado la legitimidad del alcalde, asegurando que se ha mantenido en el cargo por los votos del PSOE, "no por su voluntad popular".

En términos similares se ha pronunciado el líder del Partido Popular, Manuel Escudero, sosteniendo que el alcalde saliente "no ha estado a la altura" y "ha verbalizado con postureo los dos peores años de la historia del Gobierno municipal de Albacete".

El dirigente conservador, al igual que Vox y Unidas Podemos, le ha echado en cara la polémica compra del edificio del Banco de España, una medida de la que también se desmarcó el coordinador local de la formación naranja hace una semana.

Por su parte, Alfonso Moratalla ha dicho que el acto de traspaso en la Alcaldía va a ser el mayor cambio que van a experimentar en la ciudad, porque "en estos dos años no hemos visto ninguna transformación importante en la ciudad".

El portavoz de Unidas Podemos ha criticado la gestión de Casañ, que cree que ha reducido a un "intercambio de cromos con el PSOE" que ha supuesto "un gran desembolso de dinero público" para los albaceteños.

Desde Ciudadanos, que pasará a ser ahora el socio minoritario de la coalición, la concejala Laura Avellaneda ha defendido que  "han puesto el interés de Albacete y de sus vecinos por encima de cálculos partidistas", y ha destacado que las señas de identidad de Vicente Casañ en estos dos años han sido "el inconformismo y la ambición".

En un papel más duro con la oposición se ha mostrado la portavoz del PSOE, María José López, criticando que el Partido Popular no haya aportado ningún proyecto a la ciudad en este tiempo, y acusándoles de anteponer "los intereses de su partido a los de la ciudadanía".

La portavoz ha concluido su intervención trasladándole el "reconocimiento de todo el grupo socialista" a Vicente Casañ, y ha confirmado que contará con ellos en la nueva etapa que se abre en la ciudad más grande de Castilla-La Mancha.