La consejera de Igualdad, Blanca Fernández, en una rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno. Foto: Esteban González

TOLEDO.- Forzadas a vestir un burka, sin poder cantar o reír en voz alta y con las ventanas ocultas para que no las vean. Esas son algunas de las imposiciones que a partir de ahora sufrirán todas las mujeres de Afganistán como consecuencia de la toma del poder en el país por parte del movimiento talibán.

Unas restricciones diametralmente opuestas al cumplimiento de los Derechos Humanos, que las someten a los hombres en todo momento y lugar, y que para el Gobierno de Castilla-La Mancha las condena a poco más que una "muerte en vida".

Así lo ha manifestado la consejera de Igualdad y portavoz de la Junta de Comunidades, Blanca Fernández, en unas declaraciones difundidas a través de las redes sociales donde ha denunciado la situación crítica de las mujeres en el país asiático, algunas de ellas incluso en "peligro inminente de muerte".

La consejera ha comenzado su intervención recordando la posición del presidente Emiliano García-Page, quien en una carta dirigida a Pedro Sánchez se ha ofrecido al Gobierno central para dar solución a las circunstancias que viven gran parte de los afganos en caso de que haya una "respuesta internacional ordenada".

Desde la instauración del régimen talibán hace unos días, que en opinión de Fernández ha sido "prácticamente un paseo militar", son cientos de miles los ciudadanos afganos que corren peligro, pero esencialmente las afectadas "son las mujeres y las niñas".

La portavoz del Gobierno regional ha explicado que allí las mujeres ya no podrán salir solas por la calle, como tampoco podrán estudiar en centros que no sean religiosos, hacer la compra o cantar y reír en voz alta. "Todo lo que tiene que ver con la libertad está prohibido para ellas", ha comentado.

A partir de ahora, las mujeres afganas tampoco pueden salir a la calle si no están acompañadas de un familiar y tienen prohibido vestir con colores que "provoquen a los hombres". Incluso deben tapar las ventanas de las casas para que no se vea ningún rostro, silueta o voz femenina.

"El régimen talibán es absolutamente machista", ha dicho la consejera de forma contundente, afirmando además que en este momento "las mujeres ya no son nada en Afganistán", pudiendo ser apaleadas, agredidas verbalmente o condenadas a muerte por negarse a seguir las reglas de los extremistas islámicos.

Por todo ello, considera que es "una obligación política, moral y ética" ponerse a disposición para ayudar a paliar una crisis que "posiblemente no tiene parangón en la historia reciente". Un problema complejo cuya solución inmediata "es imposble", pero que para Fernández requiere "una respuesta que ayude a salvar miles de vidas".