TOLEDO.- El Partido Popular de Castilla-La Mancha calienta motores para una nueva visita de su líder nacional, Alberto Núñez Feijóo, quien este miércoles estará en Cuenca presentando candidatos, y para ello nada mejor que una más que cuestionable encuesta que les sitúe supuestamente empatados en intención de voto con el PSOE de Emiliano García-Page y con unos posibles 'socios' de gobierno de Vox como tercera fuerza política del arco parlamentario, que tal y como parece ya apalabrado, devolvería a los populares las llaves del Palacio de Fuensalida.
Algo que ya ha dejado claro el candidato del PP a la Junta de Comunidades, Paco Núñez, quien pese a la posición mantenida por su líder nacional respecto a que debe gobernar la lista más votada, reconoce abiertamente su disposición a tender la mano al partido de Abascal si lo necesita para gobernar. Así lo confirmaba este lunes en Ciudad Real, donde ha asegurado que su intención es "gobernar y hacerlo ganando al PSOE. Interpretaré los resultados y haré lo mejor", ha dicho, para a continuación precisar que está tanto para gobernar como "para formar gobierno, pero la democracia manda y los ciudadanos decidirán con su voto", ha apostillado.
Una "victoria" que los populares dan por segura, y a la que hacía referencia el vicesecretario de Comunicación del Partido Popular de Castilla-La Mancha, Santiago Serrano, subrayando que esta "se va apuntalando estudio tras estudio", como consecuencia también "del devenir político de nuestra comunidad autónoma".
Reflejo de este convencimiento el hecho de que numerosos dirigentes del partido hayan compartido en sus redes los datos extraídos de este 'sondeo', publicado por el portal Electomanía, dedicado al estudio político mediante encuestas entre sus propios usuarios registrados, en cuya ficha técnica se indica cómo la muestra se ha realizado mediante "formulario online abierto a la libre participación" y "a partir de una muestra aleatoria no representativa", según la cual socialistas y populares hipotéticamente estarían empatados con una intención de voto del 36,3 por ciento. Esto supondría, respecto a su anterior sondeo, que mientras los socialistas perderían 0,7 puntos, el PP habría subido 0,8 puntos en intención de voto; a la par que Vox (14,2 por ciento) y Unidas Podemos (6,8 por ciento) habrían bajado también 0,2 puntos, Ciudadanos mantendría el mismo porcentaje (2,6 por ciento) y España Vaciada el 1,8 por ciento.
Un sondeo que ya de por sí aparenta escasa fiabilidad -a pesar de lo cual los populares de la región se aferran a los números en vísperas de la visita de su presidente nacional-, lo cual se acrecienta si mirando a la última cita electoral autonómica y los resultados que pronosticaba este mismo portal.
Y es que en mayo de 2019, apenas quince días antes de las elecciones en las que García-Page lograría una histórica mayoría absoluta en Castilla-La Mancha, apuntaba que el PSOE obtendría 12 diputados y el 31 por ciento de los votos, frente a los 19 escaños y el 44,1 por ciento de los sufragios que conseguiría el 26M.
Mismo panel electoral en el que se auguraban para el Partido Popular de Paco Núñez 11 diputados, uno más de los que finalmente obtenía, y un porcentaje de intención de voto del 23,9 por ciento, que finalmente fue casi cinco puntos mayor (28,5 por ciento), aunque esto no les sirviera para obtener el undécimo escaño en el Parlamento castellanomanchego. Una derrota "sin paliativos", como el mismo Núñez la calificafa aquella noche electoral, en la que los populares pese a haber recuperado votos respecto al resultado obtenido en las generales celebradas apenas un mes antes, se dejó por el camino un tercio de los escaños cosechados en la anterior legislatura.
Sondeo que entonces señalaba a un Partido Popular que "robaba" escaños a Vox, formación de ultraderecha que finalmente no consiguió representación en las Cortes de Castilla-La Mancha, al no ser suficiente para ello el 7,02 por ciento de los votos obtenidos; como tampoco lo conseguía Podemos, partido al que su paso por el Ejecutivo regional y discrepancias internas terminó pasando factura, perdiendo los dos escaños cosechados en 2015 y obteniendo apenas un 6,9 por ciento de los sufragios, y al que este panel electoral auguraba conservar uno de ellos.
Un sondeo que se confirmó también demasiado optimista para Ciudadanos, partido para el que vaticinaba siete diputados en el Parlamento castellanomanchego, que sin embargo luego se quedaron en 4, al obtener el 11,3 por ciento de los votos.
Pronósticos que no se cumplieron para ninguno de los partidos políticos, el PSOE obteniendo siete escaños por encima del resultado del sondeo, mientras que hacia la derecha el PP conseguía uno menos de los pronosticados, Ciudadanos tres menos de los que se indicaban y Vox ninguno de los dos augurados. El séptimo que sumaban los socialistas era el que este portal otorgaba a Podemos, que sin embargo se quedaba sin representación parlamentaria.
Mientras tanto y a la espera de lo que decidan los ciudadanos de Castilla-La Mancha en las urnas el próximo 28 de mayo, hay quienes se agarran a los hipotéticos resultados de este sondeo y lo presentan ya como una victoria en la que, sin embargo, necesitarían echar mano de aquellos con quienes su jefe de filas a nivel nacional intenta -con poco éxito por ahora- marcar distancias de cara a la cita electoral.
